Por Corinna Acosta
En Nevada muchas mujeres venden su cuerpo, pero no son ellas quienes deciden el precio. Se trata del único estado en EE.UU. donde la prostitución de mujeres por medio de burdeles está legalizada en las regiones con menos de 400 mil habitantes, restricción que deja fuera de permisividad a la ciudad del pecado, ya que Las Vegas tiene una población que se aproxima a los 600 mil.
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Ejercer el oficio más antiguo del mundo de forma independiente está prohibido en el estado y se considera un delito menor, por lo que las mujeres que necesitan hacerlo deben solicitar un permiso para poder trabajar pagando $50 usd y luego acudir a un establecimiento con licencia.
Con excepción de los condados de Storey y Lyon, donde la edad mínima para trabajar es de 18 años, las trabajadoras sexuales deben ser siempre mayores de 21 años de edad.
En 1937 se promulgó una ley para exigir que las prostitutas se realicen exámenes médicos mensuales para descartar VIH o sífilis, y se sometan a otro semanal para detectar y prevenir otras enfermedades de transmisión sexual. Los dueños de los burdeles resultan responsables si un cliente es diagnosticado con una ITS después de ver a una de sus trabajadoras sexuales, por lo que este régimen medico es muy estricto en la mayoría de las casas.
Con todas estas medidas no es sorprendente que ninguna prostituta que trabaje en un burdel de tiempo completo haya dado un resultado positivo para VIH desde 1986 de acuerdo con datos recopilados por la revista Business Insider.
Hasta aquí, el tema de la prostitución legal podría parecer "aceptable", pues además de ayudar a combatir la trata de personas puede permitir la regulación de las condiciones de trabajo de quienes ejercen la prostitución y prevenir la propagación de enfermedades de transmisión sexual.
Sin embargo las mujeres que ejercen esta profesión no están ni remotamente cerca de recibir los derechos laborales de quienes trabajan en cualquier otra empresa de servicios bajo prestaciones de ley. Un gran porcentaje de ellas son obligadas a vivir dentro de los burdeles para los que trabajan, de donde casi nunca pueden salir sin autorización.
Los exámenes de salud requeridos de forma legal para continuar laborando, únicamente pueden ser realizados por el medico impuesto en la casa para la que trabajan, frecuentemente a precios muy altos y en condiciones inadecuadas.
Además, ninguna de ellas tiene la facultad de rechazar a ningún cliente a no ser que tenga una razón aprobada por la dirección, misma que acuerda el precio del servicio y a quien le corresponde hasta un 50% del monto total.
Los condados en los que se permite la prostitución obtienen aproximadamente un 25% de sus ingresos de negocios a partir de los impuestos de los burdeles legales, pero al ser consideradas contratistas independientes, las sexo servidoras no reciben beneficios de retiro, desempleo o seguro de salud.
Contrario a lo que pueda pensarse, el 64% de la población de Nevada se manifestó a favor de los establecimientos legales de prostitución durante una encuesta realizada en 2012.
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En 2010 la prostitución masculina fue legalizada bajo condiciones similares a las mencionadas a lo largo de este artículo.
Corinna Acosta
Asistente Editorial en Expok. Comunicóloga en construcción, por la Universidad del Valle de México. Inquieta por convicción, disfruta del cine y el teatro, pero también de cursos y congresos de música, danza, diseño, mercadotecnia, video, idiomas y lo que se le ocurra.
A veces silente, pero divertida. Amante de la radio, ha participado como locutora y productora en diversos proyectos. Fue coordinadora de contenido en la estación universitaria.
Reciente aliada de la sustentabilidad, lectora profesional y aficionada escritora, se incorporó a este espacio en 2012.
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