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Legislación y práctica de la eutanasia en Europa
La eutanasia es un tema espinoso sobre el que ni siquiera Europa parece ponerse de acuerdo. Mientras que en países como España y Francia es ilegal, pese a que en ambos territorios cuenta con gran apoyo, en otros, como en Holanda y Bélgica, la "muerte digna" es legal desde hace diez años. Repasamos las diferentes legislaciones sobre la eutanasia en el seno de la UE.
Países que han legalizado la eutanasia
© Thinkstock
Holanda fue el primer país del mundo en legalizar la eutanasia. Desde el 1 de abril de 2002 la ley autoriza la eutanasia activa directa (administración de un medicamento que provoca la muerte) cuando el paciente la requiere en plena posesión de sus facultades y cuando experimenta sufrimiento "insoportable e interminable" debido a una enfermedad incurable. La opinión de un segundo médico es siempre necesaria.
Bélgica le siguió en 2002, legalizando parcialmente el "suicidio asistido". El paciente incurable debe ser mayor, "capaz y conciente", y debe formular su demanda de manera "voluntaria, reflexionada y repetida" y estar libre de toda coacción.
En Luxemburgo se promulgó, en marzo de 2009, un texto que legaliza la eutanasia bajo determinadas condiciones. Este dispositivo, prohibido para los menores, concierne a los pacientes en situación médica "sin salida".
Países que autorizan o toleran alguna forma de muerte asistida
En Suiza se autorizan la eutanasia activa directa y la eutanasia pasiva (interrupción del dispositivo médico de mantenimiento de la vida), así como el suicidio asistido (la persona toma ella misma la dosis mortal).
En Francia, la ley Leonetti de 2005 instauró el derecho a "dejar morir", que favorece los cuidados paliativos. La ley autoriza la administración por parte de los médicos de tratamientos contra el dolor que permitan aliviar el sufrimiento, con el "efecto secundario de acortar la vida" de una persona con una enfermedad "grave, incurable y en fase avanzada o terminal".
Suecia ha legalizado la eutanasia pasiva en 2010.
En Gran Bretaña se autoriza, desde 2002, la interrupción de los cuidados en ciertos casos. Desde febrero de 2012, la justicia suaviza la persecución de las personas que hayan ayudado a morir a un familiar que así lo haya solicitado.
En Alemania se tolera la eutanasia pasiva si el paciente así lo ha solicitado. La situación es similar en Austria.
En Dinamarca, los ciudadanos pueden, desde 1992, declarar por escrito su rechazo a todo tipo de cuidado terapéutico. La declaración se guarda en un registro central.
En Noruega se autoriza la eutanasia pasiva siempre que lo pida el paciente. Si éste está inconciente puede hacerlo un allegado.
En Hungría y República Checa, los enfermos terminales pueden rechazar el tratamiento. Lo mismo ocurre es España, donde más del 60% de los españoles despenalizaría la eutanasia. El porcentaje asciende al 62,2% entre los jóvenes, según datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) y del informe Jóvenes Españoles 2010, de la Fundación Santa María.
En Portugal se condenan la eutanasia activa y la pasiva, pero el consejo de ética admite suspender el tratamiento en algunos casos desesperados.
Países que prohíben estrictamente la eutanasia
En Italia, la eutanasia activa es equiparable al homicidio voluntario. Incluso si el paciente da su consentimiento expreso, el código penal prevé una pena carcelaria de 6 a 15 años. El suicidio asistido también es delito.
La eutanasia también se prohíbe en Grecia y Rumania, donde puede castigarse con una pena de hasta siete años de cárcel.
En Bosnia, Croacia y Serbia la eutanasia se castiga igual que un homicidio.
En Polonia, la eutanasia se castiga con un pena de entre tres meses y cinco años, pero "en casos excepcionales" el tribunal competente puede atenuar la pena e incluso negarse a infligirla.
En Irlanda, toda forma de asistencia a la muerte o al suicidio es ilegal y susceptible de castigarse con 14 años de prisión.
Fuente: Paris-AFP/Relaxnews