Santiago de Chile -- Los estudiantes chilenos admitieron el domingo que la violencia imperante en sus últimas manifestaciones perjudica su movimiento y amenaza el apoyo ciudadano que han tenido desde el año pasado, y convocaron a nuevas marchas pacíficas y a un paro nacional para finales de este mes.
"Es necesario volver a la amplitud del movimiento social por la educación", dijo Noam Titelman, portavoz de la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech), que agrupa a las federaciones universitarias y que se reunió este sábado en una comunidad mapuche de la región de La Araucanía.
El miércoles pasado, una marcha de estudiantes secundarios derivó en graves incidentes en Santiago, que terminaron con 75 detenidos y cuantiosos daños materiales, incluida la quema de tres autobuses del transporte público.
Ello acarreó críticas al movimiento estudiantil, incluso de sectores que lo han apoyado desde el año pasado, cuando sus movilizaciones se extendieron por ocho meses, con más de 40 manifestaciones multitudinarias y la ocupación de centenares de colegios secundarios y universidades.
Los estudiantes abogan por una educación pública, gratuita y administrada en el nivel básico y secundario por el Gobierno central y no por las municipalidades, y a nivel universitario buscan el fin del lucro existente en muchos centros privados y de los altos costos de las carreras, que deben solventar con créditos del sistema financiero.
El Gobierno ha respondido con ofertas de créditos más baratos, más becas y una reforma tributaria que se discute en el Congreso, que busca recaudar hasta mil millones de dólares para la Educación, pero se niega a los cambios estructurales del sistema que exigen los estudiantes.
"Utilizaremos todos los medios de movilización que permitan recuperar los principios básicos que sustentan nuestro movimiento, como la no violencia, la creatividad y el apoyo de la familia", dijo el domingo Titelman, que también preside la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (Feuc).
Para demostrar la voluntad de alejarse de la violencia, la Confech convocó a movilizaciones durante la semana del 20 de agosto, a las que llamó a participar "a los padres de familia, abuelos y niños" y cuyo sello será "la creatividad".
También los dirigentes estudiantiles universitarios llamaron a un paro nacional para el 28 de agosto.
A su vez, el presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech), Gabriel Boric, planteó que "es fundamental recuperar la amplitud, la alegría y el carácter ciudadano de nuestras movilizaciones".
Los dirigentes criticaron a la oposición política por haber aprobado la tramitación parlamentaria de la reforma tributaria tras haberse comprometido a rechazarla y reafirmaron su reprobación a la iniciativa.
Lo mismo ocurrió, dijo Boric, con una investigación sobre el lucro en las universidades cuyas conclusiones fueron finalmente rechazadas en la Cámara de Diputados.
"La oposición se comprometió a apoyar los temas que hemos planteado, sin embargo no fueron capaces de ordenar sus filas", apostilló.
En tanto, la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (Aces) anunció un paro nacional para el 23 de agosto, en rechazo a la reforma tributaria impulsada por el Gobierno.
"Esperamos que la Confech se sume", dijo tras un cónclave en que se resolvió la convocatoria Eloísa González, portavoz de la Aces.
Respecto de la violencia del 8 de agosto, González dijo que los jóvenes hicieron una autocrítica, "pues no se debe dar espacio a que la discusión se concentre en torno a la violencia y no en las demandas de los estudiantes".
Los secundarios han ocupado desde el pasado viernes ocho colegios de Santiago.