"Mi reacción fue proporcionada pero no fue diplomática, todo se pudo haber hecho mejor" 
Justo antes de iniciar esta entrevista, el presidente de RN, Carlos Larraín, recibió un mensaje en su celular. Era el líder de la DC, Ignacio Walker, quien le enviaba sus felicitaciones por la columna que escribió el viernes en este diario y donde hablaba de la necesidad de escuchar a los partidos políticos y "cotizar" sus planteamientos.
El mensaje animó a Larraín, pese al fuerte resfrío que lo mantuvo en reposo toda la semana. Sólo se levantó el lunes para ir a la reunión de la Alianza con el Presidente, en La Moneda, en la víspera de la votación en la Cámara del salario mínimo. Fue el día de su gran polémica, cuando se retiró abruptamente, antes del inicio de la cita, tras enterarse de la presencia del diputado Joaquín Godoy, a quien acusa de hacer un paralelo entre él y Guido Girardi, lo que interpretó como una injuria.
"No le trabajo a la etiqué francesa", dice.
-¿Entonces comparte lo que dijo el vocero Andrés Chadwick en cuanto a que usted tiene que moderar su temperamento?
-No leí eso, y podría guardarse sus consejos. Se lo atribuyo a su delicado estado de salud.
-¿No asume ese temperamento?
-Claro, pero no soy tendencioso ni arbitrario, y no me pongo a mandar donde no me corresponde. Pero donde estoy, que es RN, no metan las manos.
-¿Qué pasó en La Moneda?
-Llegué a la reunión, y me encontré con esta persona, y le dije al ministro Larroulet que me parecía completamente fuera de lugar. Y me mandé a cambiar nomás, pues. Luego me fui a un canal de televisión, porque me habían invitado. Bueno, todo se pudo hacer mejor por mi parte, desde luego. Pude quedarme y reclamar formalmente en voz alta por la presencia de este señor que me acusa de extorsionista, término circense. Pero no soy escandinavo, no tengo sangre de horchata, y reaccioné de manera espontánea. No debí ser tan espontáneo, pero mucha gente no entiende que en política te saquen hasta la bisabuela al trajín y después se sienten a la mesa, porque se ve como si fuese un tongo arreglado, y yo trato de ser honesto en política.
-Si volviera a ese día, ¿haría las cosas de manera distinta?
-Estoy archiconsciente de que el episodio del lunes no es una ayuda para la unidad.
-¿Se arrepiente?
-No me arrepiento, porque fui hombrecito. RN ha trabajado por la unidad con devoción, pero hay gente que trabaja contra la unidad, y, particularmente, se trata de socavar a RN. Con la UDI no se atreven, con nosotros sí, y eso simplemente ya tocó fondo.
-¿A qué se refiere con eso?
-Nadie puede creer que estoy contra el gobierno. Trabajé para que fuera elegido, y después he apoyado todo, y a veces a contrapelo. O sea, tengo un título moral inobjetable en materia de unidad, pero de pronto a uno lo rebalsan, y eso es todo lo que pasó el lunes, la gota que colmó el vaso.
-Hay quienes creen que fue una falta de respeto al Presidente...
-El Presidente no estaba ahí, y, al contrario, si me hubiera quedado, la reunión hubiera sido muy peleada, poco agradable para él. No le he faltado el respeto, me lo faltaron a mí, que también tengo derecho a una reaccioncita.
-Cuando el Presidente, que es de RN, invita a la máxima autoridad de su partido, que es usted, a una reunión relevante de la Alianza, ¿no le parece una reacción desproporcionada retirarse, por la presencia de un diputado?
-Mi reacción fue rigurosamente proporcionada, pero no fue diplomática, todo se pudo haber hecho mejor.
-Algunos diputados le piden que haga un mea culpa.
-Seguramente son los que piden mi destitución.
-Se le ve incómodo en este tema.
-Es que acabamos de tener una elección interna donde saqué más del 80% de los votos. Ellos participaron y perdieron, y cuando se pierde una elección hay que agachar el moño. Si se fomenta un conflicto interno se afecta la eficacia en un momento crucial en que tenemos que ver cómo abordamos cinco batallas electorales. Esto no es un problema de amor propio, es de eficacia política.
-Hay quienes sostienen que 'tocó fondo' la relación entre el partido y el gobierno. ¿Qué opina?
-Si fuera así, pasaría a ser un gobierno de partido único, situación nada conveniente. Yo pienso dar un paso adelante, definir un modo de colaboración más inteligente, que es lo mismo que más estrecho. Tenemos cinco elecciones en 20 meses, vamos a terminar con la lengua afuera, y hay que ver cómo lo enfrentamos en común. Y ésa es mi gran queja, que no veo una dirección política clara. Ahora, si alguien en el gobierno opta por pelearse con toda la Concertación y con RN, querría decir que tienen instinto suicida.
-¿Y qué piensa cuando la UDI señala que actúa con más lealtad que RN con el Gobierno?
-No ha sido así. Hemos sido de una lealtad absoluta. Incluso en la propuesta por el monto del salario mínimo estamos queriendo ayudar al gobierno, porque la propuesta nuestra estaba aceptada por la DC diez días atrás. Habríamos hecho cambio y fuera, esto estaría aprobado, el gobierno no estaría metido en este enredo, y habríamos introducido una discrepancia dentro de la Concertación, no dentro de la Alianza. O sea, hasta en esto somos cooperadores. Ahora, hace apenas cuatro semanas en la UDI se proponía la derogación del impuesto a los combustibles, y aún lo agitan, y eso habría significado menores ingresos para el fisco por 2.400 millones de dólares; es decir, un déficit anual de más o menos el 3%. Y en ese momento nosotros salimos contra la derogación, porque el gobierno nos hizo una explicación. Baldo (Prokurica), quien era el gran impulsor de la rebaja, apoyó al Presidente, y ése sí que era un tema gordo, porque esto del salario mínimo es como la cabeza de un alfiler. Me alegro que la UDI apoye al gobierno, pero nosotros también lo hemos hecho, y ése es el camino para conseguir la reelección.
-¿Está dispuesto a reunirse con el Presidente para superar lo ocurrido?
-Claro que sí. Mi relación con el Presidente es perfectamente racional, no es de orden afectivo, así es que comprendo que él necesita terminar bien su período, y nos necesita para conseguirlo. Pero, al mismo tiempo, el gobierno debe ser capaz de coordinar un itinerario con un mínimo común denominador con el cual trabajar en armonía. ¿Qué vamos a hacer, por ejemplo, con la reforma tributaria, cuando ya se gastaron 240 millones provenientes de una reforma tributaria aún no aprobada? ¿Vamos a hacer una primaria inteligente o no? Éstos son dos ejemplos nomás. Hay mucho que hablar, y a partir de este desencuentro público tendríamos que ser capaces de ejercer el poder con más inteligencia. RN aspira a eso.
-¿A qué se refiere con ejercer el poder con más inteligencia?
-A que no se fomente una división al interior de RN, a que se anuncien los objetivos del gobierno, a que se trabaje con ambos partidos, porque no es natural que se conozca el monto del salario mínimo luego que ingresara a la secretaría de la Cámara. Eso parece muy raro. He oído que se está pensando en un proyecto que limita el aporte fiscal a los partidos justo en un año en que se va a ampliar la base electoral y que está costando mucho reunir fondos. Ahí hay varias ideas.
-Cuando habla de problema de conducción política, ¿apunta al ministro Rodrigo Hinzpeter?
-Por el contrario, apuesto por Rodrigo Hinzpeter, porque es el que tiene más desarrollado el lóbulo político, sin duda, pero tenemos que trabajar de la mano, con los partidos políticos, y eso a veces se olvida.
-Usted tuvo una compleja relación con él. ¿Qué cambió?
-He tenido desencuentros con el ministro del Interior, particularmente cuando ocurrió el episodio de las reuniones donde se ridiculizaba a RN, que eran dirigidas por el subsecretario del Interior. Ahí naturalmente tenía que preguntarme de dónde venían esos disparos, pero eso se desinfló, y ahora Rodrigo Hinzpeter, pese a que no aparece mucho, tiene un papel interno muy importante para modelar mejor el trabajo político interno. Lo palpo, veo que tenemos esa sintonía, y hay que ver cómo nos ayudamos unos con otros. Lo que viene no es fácil.
-¿Cree que pueda tener éxito esta interlocución con La Moneda?
-Sí, porque en la discusión del salario mínimo estaba más con nosotros que con los campeones de la econometría, entre comillas, que hablan de los equilibrios financieros como si fuera la trinidad, y nunca piensan en los equilibrios políticos, ni siquiera de corto plazo. Por eso apuesto por don Rodrigo Hinzpeter; no sé si a él le guste esta apuesta.
-¿Y cuál es la base para mejorar la relación con el gobierno?
-Un poco de confianza y que se deje de fomentar la división del partido por gente que ronda en torno al gobierno.
-¿Quiénes son?
-No sé, pero eso es elemental. En seguida, más apertura, más confianza en que nosotros somos útiles en el proceso político. Hay que ver cómo los parlamentarios de RN y la UDI defienden los proyectos del gobierno, a veces en ausencia de los ministros del ramo. Por lo menos hablar, por ejemplo, también los proyectos antes de enviarlos. Y a la inversa, en el tema de desarrollar una conversación con la DC, eso fue visto con suspicacia desde el gobierno, cosa extrañísima, porque cómo no entender que una sociedad de libertad necesita tener una base más amplia y que hay que buscarla en el centro. Cómo no entender que la DC está en un proceso de diferenciación de algunos sectores de la Concertación. Eso se va a hablar, o vamos a seguir con gato encerrado en todo esto.
-¿Siente que por cuidar el apoyo de la UDI, el gobierno ha sido más condescendiente con ellos que con RN?
-A la UDI le tienen más miedo que a nosotros, porque la UDI no se deja trajinar.
Foto: Alex Moreno / Texto: Margaret Valenzuela
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