A pesar que la labor de las relaciones internacionales saca aplausos en las encuestas, al interior de la Cancillería no existe un consenso sobre el tema. De hecho, algunos empresarios y políticos cuestionan el estilo "pasivo" de la cartera al momento de defender sus intereses.
Por Equipo Política
Desde que el gobierno argentino a la cabeza de Cristina Fernández anunció la expropiación del 51% de las acciones de YPF -controlada por la empresa española Repsol- y la consiguiente respuesta por parte de Chile en orden a que aquella decisión no afectaba a activos de ENAP, de inmediato las miradas se volcaron a la gestión del canciller, Alfredo Moreno. Sólo horas después, se conocería un documento -en el que habrían participado funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores- que cuestionaban el rol que cumple el titular de la cartera en el manejo de la política exterior.
Es que la respuesta de Moreno el martes pasado en La Moneda aclarando que "no hay acciones ni activos chilenos involucrados" fue leída como una corrección a las declaraciones del presidente Sebastián Piñera, quien sólo días antes había asegurado que el país estaba "involucrado" en el conflicto entre Argentina y España por YPF.
Más allá de la posición oficial del gobierno sobre la materia, de inmediato y en forma pública y reservada, desde el sector empresarial y político, se alzaron voces cuestionando directamente a la Cancillería en este nuevo estilo, que acusan de "pasivo" cuando se trata de defender los intereses de Chile en el exterior.
Por otro lado, acusan una "falta de planificación y de perspectiva" de la política exterior chilena en general, y critican la falta de decisión ante problemas de índole económico-comercial. Enumeran una serie de acontecimientos en el ámbito regional que han marcado la administración Piñera en estos dos años. Con Argentina, por ejemplo, aún están encendidas las alertas frente a las restricciones a las importaciones chilenas; con Brasil también está pendiente una decisión en cuanto a las trabas a la entrada de vinos.
A esto se suma un año movido en término de demandas vecinales: con Perú, el diferendo ante el tribunal internacional de La Haya y con Bolivia, el reclamo de mediterraneidad que ha reiterado el presidente Evo Morales. Y es justamente en la relación con los vecinos, donde algunos plantean que se trabaja en base a la "improvisación" y con "falta de planificación".
No obstante, otros reconocen que Moreno y su equipo se han anotado un triunfo contundente con la rápida y precisa respuesta a la ofensiva boliviana, que no ha logrado poner en la agenda su demanda marítima en los foros regionales, ni en la reunión anual de la Organización de Estados Americanos (OEA), la Cumbre de las Américas, por nombrar sólo algunos.
Para los que defienden la política exterior de esta administración, las gestiones con Perú y Bolivia avalan el buen pie de la Cancillería chilena y su gestión. Argumentan que el respaldo es claro enlas encuestas donde es el área mejor evaluada desde que asumió el gobierno de Piñera.
¿Y la modernización?
Al momento de hacer el check list, la modernización de la Cancillería es uno de los temas pendientes en materia de gestión. En los pasillos del ex Hotel Carrera, los funcionarios reclaman que no existen avances sobre la materia a pesar de ser parte de las promesas del gobierno resumidos en las "siete grandes reformas" anunciadas el pasado 21 de mayo.
La Subsecretaría de Comercio Exterior, los avances en materia de carrera funcionaria , el clima laboral imperante, la escasa movilidad del escalafón del mérito, y el desconocimiento de los resultados finales de la escala de evaluación de los embajadores, son parte del "debe".
Y agregan: las remuneraciones, la especialización y la capacitación funcionaria, se suma a una lista "inconclusa". La cuota permanente de embajadores políticos, los embajadores "vitalicios" y un sistema de evaluaciones, son algunas de las materias que se marca en rojo la los Asociación de Diplomáticos de Carrera (Adica). "Prometes tanto y al final, no pasa nada; existe una gran molestia", señalan. Incluso comentan que existen temas complejos como el del Consulado de Guayaquil en Ecuador, donde hay una investigación sumaria sobre un supuesto acoso laboral contra tres funcionarios de aquella representación.
Para el presidente de Adica, Francisco Devia (RN), la modernización de la Cancillería se ha transformado en una tarea pendiente. Precisa que los cambios en el Ministerio de Relaciones Exteriores no pasan sólo por completar la modernización, sino que con un nuevo marco legal. En ese sentido, valora la disposición del canciller Alfredo Moreno de conformar una comisión multisectorial, que se haya dictado el primer reglamento de destinaciones y adscripciones, un programa de gestión y desarrollo por competencias, y que se estén dando pasos concretos para reformar la Academia Diplomática.
No obstante, dice que "con menos de un 80% de embajadores de carrera, con funcionarios desmotivados y mal remunerados, con una frustración por el lento desarrollo de la carrera funcionaria, nos dice que la Cancillería no está bien".
Añade que "falta una Dirección de Planificación fuerte, hay bastante preocupación dentro de los diplomáticos o funcionarios, hay molestia, hay gente que me pregunta ¿cuándo nos vamos a movilizar? (…) hay desconocimiento de la importancia de la política exterior de Chile, la sociedad chilena no valora el significado de nuestro trabajo, salimos en los diarios en el rescate de los chilenos en Egipto (...) como un "atención al cliente", la gente piensa que no servimos para nada. Y en estricto rigor eso no es así", concluye.
De "Sanhattan" a la Cancillería
Los mismos funcionarios a la hora de hacer un balance de la gestión del canciller dicen que el primer error del actual gobierno fue poner a un empresario y no a un político al mando de las relaciones internacionales. Que su perfil, más bien técnico, le pasa la cuenta al momento de tomar decisiones que requieren de una mirada política. Dicen que justamente es este elemento el que choca con su subsecretario, Fernando Schmidt, funcionario de carrera y embajador.
Al contrario, al interior del gobierno y en particular en La Moneda, cierran filas con el desempeño de Moreno. Destacan su perfil técnico-empresarial como un atributo de "mesura" ante las determinaciones.
El presidente de RN, Carlos Larraín, fiel a su estilo dice que "no me parece procedente que se critique al canciller cuando estamos enfrentando una dificultad que nos viene encima derivada de los caprichos expropiatorios de Argentina y en vísperas de alguna decisión de La Haya".
En tanto, el diputado, Jorge Tarud (PPD), manifiesta que si bien "fue sorpresa que se nombrara a un empresario como canciller, él se ha manejado bien en los temas, es una persona estudiosa que se ha concentrado en las materias centrales de la política exterior, y que además ha cultivado una muy buena relación con los parlamentarios".
A todo esto, las críticas llegaron también desde el PPD, partido que elaboró un crudo diagnóstico respecto de la labor de la Cancillería en estos dos años de administración, pero con un detalle: que en el documento participaron funcionarios activos de la Cancillería, algunos muy relevantes en la toma de decisiones en materia de política exterior.
En dicho texto se afirma que "la política exterior se esta desdibujando con los gobiernos de derecha", entre otros y piden aunar criterios para tener una nueva política exterior estratégica a partir de 2014. El documento fue elaborado en base a los aportes de Alberto Van Klaveren, agente de Chile ante La Haya por el diferendo con Perú; Heraldo Muñoz, ex embajador de Chile ante la ONU; y los ex embajadores en China, Fernando Reyes Matta; y en México, José Goñi, entre otros.
En la misma línea, ayer el senador Jorge Pizarro (DC) afirmó que a la vista de la reacción de la Cancillería frente a la expropiación de YPF en Argentina, aseveró que "llama la atención la ineptitud de este gobierno para reaccionar frente a temas delicados (...) sobre todo cuando el canciller corrige al presidente".