París, 17 feb (EFE).- La libertad de prensa y de expresión está amenazada también en las democracias consolidadas, según una de las principales conclusiones de la conferencia sobre el futuro de los medios en la era digital, que hoy concluyó en la sede de la Unesco en París.
"Internet es un desafío para los gobiernos autoritarios", pero "también para los democráticos que desean proteger sus secretos", además de constituir "un riesgo para los gobiernos que quieren espiar a los ciudadanos", subrayó el periodista de "The International Herald Tribune" Barry James, relator del encuentro.
Organizada por el Comité Mundial por la Libertad de Prensa y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), esta conferencia -abierta ayer y que se celebró tras el caso WikiLeaks y las escuchas ilegales del "News of the World"- contó con la participación de unos 200 periodistas, juristas y expertos de diferentes países.
Al igual que hizo la redactora jefe del diario francés "Le Monde" Sylvie Kauffmann entre otros ponentes, Barry James subrayó que, si bien todavía "es difícil de evaluar" el impacto del caso WikiLeaks, "no fue un evento único", ni un asalto a la confidencialidad del Estado, ni tuvo verdaderas consecuencias.
"Aparte del joven soldado que dio las informaciones al inicio, en la prensa, en efecto, (el caso) no planteó cuestiones de deontología", añadió.
Bradley Manning, de 24 años, comparecerá el próximo día 23 ante una corte marcial que podría condenarle a cadena perpetua por haber filtrado a WikiLeaks más de 700.000 documentos clasificados de EEUU, entre ellos cables del Departamento de Estado, vídeos y registros de las guerras de Irak y Afganistán.
James subrayó que el tema de la conferencia no era WikiLeaks, ni el "New of the World", sino saber "qué impacto supusieron las fugas, o los robos, de información en internet" y qué "verdaderos desafíos plantearon a la libertad de expresión", pese a presentarse inicialmente como una "cierta oportunidad" informativa.
Al inicio de WikiLeaks se pensó que "se había abierto una enorme brecha en la confidencialidad del Estado" y se estaba ante una "nueva era de apertura" en la que "los secretos ya no estaban seguros", pero pronto "nos hicieron comprender que hubo una contra-reacción" contraria a la libertad de la información, recordó.
Igual que James, numerosos ponentes subrayaron que esta situación "no durará eternamente", ya que países como EEUU están preparando estrategias para poder perseguir organizaciones como WikiLeaks, algo hoy imposible en aras del derecho inalienable a la libertad de expresión.
Sobre las escuchas ilegales del dominical británico "News of the World", el relator subrayó que el caso "no sorprendió a nadie", pues en el Reino Unido se conocían sus métodos desde hacía tiempo.
Consideró, en cambio, abusivo que un órgano de prensa sea investigado por 171 policías o que los abogados revelen fuentes.
James, quien se definió como "un periodista a la antigua" consciente de que el modelo que conoció "ha cambiado y está casi terminado" aunque espera que no sea así, dijo que tiene "dudas" sobre el periodismo ciudadano, pero coincidió con la directora ejecutiva de "The International Herald Tribune", Alison Smale, en que "es interesante" buscar cómo combinar los dos.
En cualquier caso, añadió, "está bastante claro", sea cual sea el cambio de paisaje que se imponga, que "harán falta siempre periodistas", tanto por lo que publican como por lo que no publican y por su capacidad de seleccionar y elegir los temas sobre los que escriben, subrayó.
"Eso es lo importante, la ética, los valores, eso es lo que hace falta en Internet", destacó James, y también la directora del International Press Institute, Alison McKenzie.
Sobre "el periodismo profesional y el periodismo ciudadano", este último reflejado en los 156 millones de bitácoras accesibles a 2.000 millones de internautas, McKenzie considera vital que trabajen juntos.
Por su parte, la surafricana Lance Guma, de SW Radio Africa, dijo que, "de una manera o de otra, periodistas y ciudadanos periodistas deben encontrar una manera de trabajar juntos y unir sus fuerzas" para que el público que lea, escuche, vea sus noticias en línea o en papel pueda estar seguro de que las informaciones son correctas. EFEFuente