creemos que con mayor prudencia saldrá electa senadora
El regreso de Jacqueline van Rysselberghe: "Hoy soy infinitamente más prudente de lo que era hace un año" Bruno Ebner
Hace exactamente un año y un día, Jacqueline van Rysselberghe (47) pasó quizás uno de los cumpleaños más amargos que recuerde.
El 3 de febrero de 2011, el senador Alejandro Navarro (MAS) dio a conocer una grabación en la que la entonces intendenta del Biobío y militante UDI reconoce ante los vecinos de la población Aurora de Chile que usó el terremoto del 27-F en favor de ellos, y que "inventó una historia" con el fin de que todos se vieran favorecidos con una solución habitacional; incluso, aquellos que no fueron afectados por el sismo.
Dos meses después, el 3 de abril del año pasado -y ante presiones políticas-, Van Rysselberghe renunció. Hoy, la "Coca" reaparece: "En la UDI saben que lo que yo quiero es ser candidata a senadora". Y así se lo dijo hace algunos días no sólo a la actual directiva, sino también a la que asumirá en abril. Está decidida.
-¿Cómo celebró este cumpleaños? ¿Con aquel recuerdo desagradable?
-El año que pasó fue difícil, sin duda, pero no fue malo. Los primeros meses fueron efectivamente súper duros, pero no fue un mal año en general. Fue un año de reencuentros familiares; hacía mucho tiempo que no tenía la posibilidad de estar con mis hijos; emprendimos un negocio con mi marido... Desde el punto de vista familiar, ha sido súper enriquecedor.
-¿Y desde el punto de vista político?
-También ha sido bueno, porque por lo que veo en la calle, y de acuerdo a las encuestas que manejo, desde el punto de vista electoral tengo la impresión de que no sufrí mayor daño.
-¿Cómo fue su vida inmediatamente después del episodio?
-Fueron muchos meses en los que se dijo una cantidad increíble de cosas tremendas, a través de todos los medios de prensa nacionales, y eso, evidentemente, es difícil de sobrellevar. Porque no sólo me afectaba a mí, sino que también a mi familia.
-Dice que en la calle ha notado buena recepción. ¿Pero le han dicho cosas desagradables?
-No. En general, la gente se siente casi con la obligación de consolarme. Las personas vieron que me saqué la mugre y que hice todos mis esfuerzos para que esta región no sólo se pusiera de pie después del terremoto, como se puso, sino que además no se incendiara. Se auguraban grandes conflictos sociales y nada de eso pasó. Por lo mismo, la recepción ha sido súper buena, y los que no se suman, en general son bastante respetuosos.
-Y en términos más de colegio, ¿se sintió víctima de bullying ?
-(Ríe con ganas) Absolutamente. Esto fue un bullying político, pero con mayúscula (sigue riendo).
-Cuando estalló el caso, afirmó: "Me siento absolutamente orgullosa de lo que hice". ¿Lo mantiene?
-Yo sabía, y así se demostró, que todos los pasos estaban administrativamente bien hechos. Mi declaración fue en el contexto de que los problemas hay que resolverlos de la mejor manera posible, y en el caso particular de la población Aurora de Chile, me parecía que era pertinente resolver el tema completo, no de unos poquitos. Y eso fue lo que hicimos, y así lo decretó la Contraloría.
-Quizás no hubo irregularidades, pero sí se podría decir que su declaración no fue la ideal...
-Lo que pasa es que se veía re'feo. Sí, yo reconozco que cometí muchos errores. Reconozco que uno como autoridad tiene que estar consciente. A mí no se me ocurría que estaba haciendo nada malo, pero debí haber cuidado las formas. También cómo se hicieron las cosas.
-¿Son válidas las mentiras piadosas para ayudar a los necesitados?
-Es que no hubo ninguna mentira piadosa, lo que hice fue una muy mala forma de decir algo. Eran las 10 de la noche, después de tres horas y media de reunión. Traté de explicar de muy mala manera que habíamos juntado todas las variables sociales que existían en ese proyecto para poder darle un sentido y poder presentarlo como un proyecto global, y eso estaba hecho. Entonces, cuando después de varias veces que me preguntaban lo mismo, lo dije así no más, y lo dije re'mal. De que se escuchaba mal, se escuchaba muy mal...
-¿Está sentida con RN, partido que fue muy crítico hacia usted?
-Hubo personas que efectivamente se portaron de una manera que creo que no correspondía.
-¿Quiénes?
-No, mira, estoy en una etapa en la que no quiero pelear con nadie y creo que ya ése es un tema pasado. A mí me hubiera encantado que muchas de las personas que emitieron juicios bastante duros en mi contra me hubieran preguntado, porque me daba la impresión de que no manejaban toda la información.
-¿La presión de RN fue mucha para La Moneda en este caso?
-Se conjugaron todas las variables y de la peor manera posible. Se dio en verano, no había otras noticias; hubo un feriado en el intertanto en que se presentó la acusación constitucional, hasta que recién después de un mes se sorteó la comisión (que revisaría el libelo acusatorio en contra). Todo esto hizo extremadamente largo el período.
"Fue un mes -prosigue- en el que el Gobierno, y yo lo agradezco, hizo todos los esfuerzos para cambiar el eje de la agenda política, pero que la Alianza estuviera desordenada en ese minuto ayudaba a que eso no fuera posible. Pero hubo un punto de no retorno: el sorteo de la comisión. No se podía echar hacia atrás la acusación constitucional y necesitábamos una Alianza ordenada, y eso no se logró. Si no fuera así, yo creo que ganábamos la acusación, porque era humo, no había nada serio detrás de ella. Pero iba a durar un mes. Un mes con la Alianza desordenada iba a ser insostenible para el Gobierno".
-¿Ha hablado con el Presidente o con el ministro Hinzpeter después de esto?
-Sí, un par de veces.
-¿Con quién?
-Con ambos. El Presidente, súper amoroso, cuando ha pasado por acá, me ha llamado para saludarme y
saber en qué estoy.
-¿Se decepcionó de la política?
-No de la política, pero sí fue doloroso. Más que las críticas, me dolieron los silencios de gente que pudo haber hablado y se calló.
-¿Cómo fue el proceso para decidirse a ser candidata a senadora?
-Cuando en 2005 me lo ofrecieron, yo no quise, porque me gustaban mucho más los cargos ejecutivos, como ser alcaldesa. Entonces ahora, cuando evalué la posibilidad de un cargo senatorial, decidí tomarme unos meses para ver si era compatible la labor de legislador con la cercanía con la gente y me dediqué a recorrer la región, a estar con los dirigentes, con alcaldes y ver si desde fuera del mundo ejecutivo uno podía ayudar a resolver problemas. Y me di cuenta, absolutamente, de que sí.
-¿Y esto lo conversó con la UDI?
-Sí, tanto la directiva actual de la UDI como la directiva que va a asumir saben que lo que yo quiero es ser candidata a senadora.
-¿Y qué le dijeron?
-Que tengo todo el derecho...
-¿Pero la van a apoyar?
-En las circunscripciones en las que haya más de un candidato, como ésta, el comité electoral tiene que buscar un mecanismo para zanjar al aspirante. A mí me encantaría que fuesen primarias abiertas, pero tengo la impresión de que, por la complejidad que tiene esto y los costos de hacer primarias, lo más probable es que sean encuestas. Pero me la voy a jugar por ser candidata, porque creo que puedo ser un aporte.
-Si llega al Senado, ¿cómo va a enfrentar al senador Navarro si éste es reelegido también?
-No es claro, porque él en este minuto está fuera de la Concertación, y si va por fuera, lo más probable es que pierda, que se vaya para la casa.
-¿Y si él gana y se lo encuentra?
-Con Navarro tenemos una historia en común. Él era dirigente estudiantil y yo me metí en los movimientos gremiales de la Universidad de Concepción. Desde esa fecha hemos sido adversarios políticos, y por lo tanto, no sería nada nuevo.
-¿Ya tiene sede de campaña?
-Mi tienda (bromea). Es una casa esquina blanca... Le dicen "La Casa Blanca".
-¿La "Coca" se reinventó después de vivir su propio 27-F?
-(Ríe) Yo creo que sí. Una experiencia tan fuerte como la que viví, a una la cambia, hace que una vea las cosas de manera distinta, que desarrolle cualidades diferentes. Probablemente, hoy soy infinitamente más prudente que hace un año.
"Más que las críticas, me dolieron los silencios de gente que pudo haber hablado y se calló".
"Reconozco que cometí muchos errores. A mí no se me ocurría que estaba haciendo algo malo, pero debí haber cuidado las formas. También cómo se hicieron las cosas".
"No se podía echar hacia atrás la acusación constitucional y necesitábamos una Alianza ordenada, y eso no se logró".
Fuente:
Saludos
Rodrigo González Fernández
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