MINISTRO NO CLAUDICARÁ EN SU LUCHA CONTRA LOS ABUSOS, LAS MALAS PRÁCTICAS Y LA CONCENTRACIÓN
La arremetida de Longueira que irrita a sectores empresariales
El sello que le ha puesto a su gestión lo ha convertido en el blanco de numerosas críticas, pero también podría transformarse en su plataforma presidencial.
POR BLANCA ARTHUR
Como nunca durante su larga historia en el primer plano de la política, Pablo Longueira, parece más contento que ahora.
Es lo que proclama a quién quiera oírlo. Él mismo reconoce que jamás se imaginó que desde el Ministerio de Economía pudiera enfocarse en los temas que más le interesan, como son todos aquellos relacionados con lo social.
Pero bastó que el Presidente le encomendara abocarse a luchar por los problemas de desigualdad que afectan en especial a los sectores medios, para que comenzara su gestión como un huracán, arremetiendo frontalmente en contra de los abusos, sin dudar de responsabilizar de ellos a las malas prácticas de sectores empresariales.
Con el caso de La Polar transformadose en un emblema de las situaciones que perjudican a los consumidores, no titubeó en partir denunciando posibles irregularidades en otra empresas del retail, mientras simultáneamente se dedicaba a acelerar la aprobación del Sernac Financiero, proponía rebajar los límites de las tasas de interés o buscaba incentivos para beneficiar a las PYME.
Con la innegable potencia que asume sus desafíos, Longueira encontró la oportunidad para liderar desde el gobierno una lucha por aquellas causas que siempre lo han estimulado, como lo confirma su trabajo con los sectores populares que permitieron una importante presencia de la UDI en las poblaciones.
Pero aun la impronta que le ha puesto a su misión en el gabinete lo han hecho ganar popularidad, se ha convertido en el blanco de las críticas de muchos sectores de derecha, sobre todo empresariales, que de lo que menos lo acusan, es de populista, apuntando a que con sus acciones incluso puede poner en riesgo el actual sistema económico.
Él, sin embargo, no se amilana. Como está seguro de estar haciendo lo que corresponde, el ministro Longueira no parece estar dispuesto a claudicar, menos cuando el reconocimiento a su tarea que muestran las encuestas, lo está reinstalando como una figura presidenciable.
Respaldo de Piñera
Es sabido que Longueira es un político acostumbrado a actuar con autonomía e independencia. Pero en esta controvertida tarea que ha asumido desde la cartera de Economía, ha contado desde el comienzo con el respaldo del presidente Sebastián Piñera.
En La Moneda recuerdan que su nombramiento en ese cargo no fue casual, ni sólo producto de la necesidad de que la UDI contara con la presencia de figuras importantes en el gabinete. La decisión de poner a Longueira en dicho ministerio coincidió con el momento en que Piñera optó por cambiar el énfasis en su gestión, tras concluir que las causas de fondo de las manifestaciones que tenían en jaque al gobierno, eran los reclamos por los abusos o el sobreendeudamiento fundamentalmente de la clase media.
Fue luego de asumir que no podía seguir apostando sólo al crecimiento, sino buscar formas para terminar con las desigualdades, cuando estimó que la persona más apropiada para asumir esa tarea era Longueira, quien por su perfil, podía darle la credibilidad que no era fácil para un gobierno de derecha.
Coincidiendo ambos en el diagnóstico, el presidente confió en que desde el Ministerio de Economía, el ex senador de la UDI podía reenfocar algunas prioridades poniendo el acento en una batalla pro consumidores, o impulsar el desarrollo de las PYME, ahogadas en muchos casos por la concentración del poder en los grandes.
Malestar empresarial
Con la anuencia de Piñera -con quien ha llegado a establecer una cercanía impensada en otros tiempos- Longueira le ha puesto un sello al Ministerio de Economía, que es el que irrita a la derecha más ortodoxa, aunque fundamentalmente a algunos sectores empresariales.
Éstos se han molestado no sólo con su discurso o con actitudes como ser el gran promotor de una reforma tributaria, sino también con distintas medidas, como el Sernac Financiero, al extremo que el gerente general del Banco de Chile, Arturo Tagle, calificó el proyecto como derechamente de inspiración soviética.
Lo que más les ha preocupado últimamente, en todo caso, es la embestida de la Fiscalía Nacional Económica (FNE), primero con las acusaciones de colusión en el caso de los pollos, pero sobre todo con el allanamiento a las oficinas de todas las cadenas de supermercados.
Considerando el estilo de Longueira, no son pocos los que parten de la base que él está detrás impulsando las acciones de la FNE, preguntándose incluso hasta dónde quiere llegar.
En esta situación, sin embargo, no estaría tan presente la mano del ministro como se supone. Por lo que precisan en el mismo gobierno, han sido decisiones autónomas de la Fiscalía, afirmación que se basa en que el caso de los pollos se trata de una investigación iniciada hace 10 años, mientras el allanamiento a los supermercados fue una diligencia producto de una denuncia concreta, que requería la autorización del Tribunal de la Libre Competencia, como también de la Corte de Apelaciones.
Pero aun cuando Longueira incluso se habría enterado del allanamiento a las oficinas centrales de todas las principales cadenas, alertado cuando el operativo se estaba realizando, eso no quiere decir que la forma en que está actuando la Fiscalía no sea funcional a sus propósitos de tratar de poner fin a las malas prácticas empresariales.
Tanto es así que no sólo salió a enmendar las críticas de algunos dirigentes, sino una de sus últimas iniciativas fue crear una comisión para que estudie cómo fortalecer la libre competencia, la que podría proponer sanciones penales a quienes atenten contra ella.
Como se encargan de recordar algunos de sus cercanos, la concentración económica era un tema que al ministro le inquietaba al menos desde comienzos de la década, por estimar que era contradictorio que en una economía social de mercado, se inhibiera la competencia al extremos de ahogar a los emprendedores, lo que al final termina perjudicando a los consumidores.
Longueira conoce perfectamente las críticas de aquellos sectores empresariales que reclaman porque su discurso puede terminar afectando el actual modelo. Por eso se encarga de precisar donde puede, que su actitud no es en contra de los empresarios, sino que se basa en una realidad que ellos mismos deben entender que no puede continuar.
Plataforma política
Como el ministro parte de la base que los abusos, expresados en casos como La Polar o aquellos de posibles colusiones son las causas del descontento de la ciudadanía que reclama cuando siente sus derechos atropellados, no está dispuesto a ceder en su lucha.
Quienes lo conocen bien admiten que no les sorprende porque saben que está actuando de acuerdo a lo que genuinamente cree, sin perjuicio de que aun cuando él se niega a aceptarlo, entiende que su gestión puede terminar transformándose en su plataforma presidencial.
Es la idea que se ha comenzado a instalar en todo el mundo político, donde perciben que si el sello que le ha impuesto al ministerio hace que siga subiendo en las encuestas, se le abriría una posibilidad cierta de representar a su partido.
Existe coincidencia en que es prematuro, aunque al interior de la UDI algunos no descartan que si logra un respaldo importante encarnando la lucha contra los abusos o las desigualdades, no podría eludir ser una carta presidencial, sobre todo porque estaría demostrándose su propia tesis de que no se llega al gobierno sólo con la derecha de ciertas comunas del país.
Lo que ocurra es hasta ahora incierto, porque el propio Longueira le comunicó a la UDI que no estaba disponible, lo que coincidió con sus afirmaciones de que le gustaría trabajar por la opción del ministro Laurence Golborne, que es la otra carta que seduce a dicho partido.
Está claro que, más allá de lo que se diga ahora, es un tema que está abierto, lo que dependerá las circunstancias al momento que se deba tomar la decisión.
Por el momento, lo que importa es que el ministro continuará con su tarea en el gabinete la que, cual sea finalmente su opción, podría culminar con la paradoja de que un gobierno de derecha termine siendo reconocido por su lucha contra las malas prácticas empresariales, aun cuando desde ese sector esperaron 20 años la llegada al poder de un gobierno que los representara.
Fuente:DF
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU
Diplomado en Gerencia en Administracion Publica ONU
Diplomado en Coaching Ejecutivo ONU(
CEL: 93934521
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