Accionistas minoritarios que perdieron patrimonio con el fraude de la multitienda comienzan a organizarse para exigir indemnizaciones. Acusan que las corredoras les recomendaron comprar acciones en los días previos a que se conociera el escándalo, a pesar de las múltiples señales que ya les indicaban que algo no cuadraba en las cuentas de la compañía y que sólo ahora se han conocido. Piden que se investigue si las corredoras con "cartera propia", que tenían acciones de La Polar, protegieron sus intereses al aconsejar a los pequeños inversionistas comprar títulos.
El 17 de junio pasado, una semana después de que estallara ante la opinión pública el fraude de La Polar, Rina Uribe (72 años) partió a Canadá a visitar a sus hijos. Las noticias sobre la multitienda ocupaban todas las portadas de los diarios que hojeó mientras despegaba el avión. Tuvo lástima por los accionistas que lo habían perdido todo. Y se sintió afortunada tras haber sobrevivido a un difícil 2010:
-En enero me operaron de un cáncer a la tiroide. En mayo se enfermó mi papá. Y en julio me agarré un cancer de mama -cuenta.
Rina estuvo casi todo el año internada y con radioterapia. Pero, al menos se había salvado de la catástrofe financiera de La Polar, ya que por su desconfianza frente al retail prefirió no invertir en acciones de esa compañía cuando todo el mundo lo hacía. Eso era lo que ella creía mientras volaba rumbo al reencuentro con su familia. Pero el relajo le duró poco. Seis días después de haber llegado a Vancouver recibió un correo electrónico de un ejecutivo de Banchile, su corredora de bolsa. Ella sí era accionista de La Polar y se acababa de enterar.
Cuarenta y cuatro millones de pesos. Los ahorros de toda una vida de trabajo invertidos en una casa que acababa de vender, dinero que tenía en custodia en Banchile mientras encontraba el lugar adecuado para pasar sus años de vejez. Pero el ejecutivo de Banchile que la atendía, haciendo uso del mandato verbal que Rina le dio tras firmar el contrato con la corredora, decidió invertir su dinero en acciones de La Polar, sin tener ella ni voz ni voto ni ninguna información al respecto.
Lo que le ocurrió a Rina Uribe no es una excepción. Son varios los accionistas minoritarios que, tras el escándalo de La Polar, se han quejado de que sus corredoras habían invertido sus dineros en acciones de la multitienda poco antes de que se destapara el fraude. Y sin que recibieran ninguna notificación de los cambios en sus portafolios de inversiones. Un asunto que ya ha motivado acciones legales contra algunas corredoras y presentaciones al Comité de Autorregulación (una especie de tribunal de ética) de la Bolsa de Valores de Santiago.
El asunto tiene un matiz más complejo, pues la mayoría de las corredoras tienen "cartera propia". Esto significa que, además de administrar acciones de terceras personas, transan otros títulos que son de la propia corredora. Y algunas tenían acciones de La Polar en su "cartera propia", por lo que muchos de estos pequeños accionistas sospechan que estas corredoras hicieron compras de títulos de esa compañía con el dinero de múltiples inversionistas minoritarios, sin consultarlos, porque tenían interés en sostener el precio de los títulos cuando ya había señales de que algo no funcionaba bien en La Polar.
"CARADURAS"
Los accionistas minoritarios se sienten estafados. Así lo explica la abogada Bárbara Salinas, quien representa a 229 accionistas, un grupo bastante heterogéneo de personas que crece cada día y que en su mayoría, según dice, es gente que no necesariamente se maneja en temas financieros y que confía y se basa en las recomendaciones de las corredoras para invertir sus ahorros.
-Las corredoras han salido muy indemnes de esta situación. Ellos tienen bastante más qué decir que excusarse diciendo que hicieron una mera recomendación. Son entes técnicos porque envían informes de recomendación basados en estudios profesionales. Y la gente se basó en eso para invertir sus dineros -señala la abogada.
En efecto, las corredoras de bolsa no han sido objeto de investigación alguna mientras la Superintendencia de Valores y Seguros avanza en sus pesquisas sobre las normas del mercado que pudieron ser burladas por los ex ejecutivos de La Polar. La fiscalía ya solicitó audiencia para formalizar a cinco ex gerentes de la multitienda. El Ministerio Publico acusará a los ex ejecutivos Pablo Alcalde, Julián Moreno, María Isabel Farah, Santiago Grage y Nicolás Ramírez por diversos ilícitos, entre ellos asociación ilícita y lavado de activos. Este último, debido a que, tal como lo documentó un reportaje de CIPER, estos ex ejecutivos realizaron diversas operaciones -como formar nuevas sociedades, liquidar sus sociedades conyugales y traspasar el usufructo de sus bienes inmuebles- con el objeto de eludir el pago de posibles indemnizaciones o multas con su patrimonio.
La tranquilidad con que las corredoras han salvado hasta ahora podría verse alterada por la decisión de un puñado de accionistas minoritarios dispuestos a llevar el conflicto a tribunales y a la Comisión de Autorregulación de la Bolsa de Comercio (ver recuadro). Esto, porque la prolijidad e independencia de las recomendaciones realizadas por algunas corredoras a sus clientes para que compraran títulos de La Polar, han sido puestas en duda desde que salió a la luz el escándalo.
César Barros, actual presidente de la multitienda, es uno de los críticos de lo que califica como "superficialidad" con que las corredoras hacen los análisis financieros con que recomiendan comprar o vender acciones:
-En general son profesionales inexpertos que hacen análisis sumamente superficiales y que se creen todo lo que les dice una compañía. Hacer recomendaciones es un trabajo complicado y las corredoras tienen a cargo (de esa tarea) a los recién salidos de la universidad. En cambio, la cartera propia la manejan los que sí saben.
En algunos casos, como el de Rina Uribe, ni siquiera se trató de una mala recomendación, sino del uso de su dinero sin que fuese informada. Ella dice que ha pedido las grabaciones de la conversación telefónica en la que supuestamente dio un mandato verbal al ejecutivo para que pudiese operar sin informarle. Banchile le respondió, según relata Rina, que en su sucursal de La Serena no tienen sistema para registrar esos audios. Otra accionista de la misma sucursal -que pidió reserva de su identidad- dijo a CIPER que compraron acciones de La Polar a su nombre basados en un "mandato presencial" que ella les habría dado, en circunstancias que se encontraba en un congreso en Santiago a la fecha en que supuestamente otorgó ese consentimiento.
En otra arista del conflicto, el abogado Tomás Fabres -que representa a clientes de La Polar cuyas deudas fueron repactadas sin consentimiento- asegura que hay corredoras que participan en la junta de accionistas de la multitienda sin especificar si lo hacen como propietarias de acciones o en representación de terceros a los que administran sus títulos. El problema, dice Fabres, es que las corredoras votan en esas juntas en defensa de sus intereses, pero sin consultar la opinión de los verdaderos dueños de las acciones:
-Para la primera junta extraordinaria (tras conocerse el fraude), los pequeños accionistas, que compran las acciones y las dejan en custodia en las corredoras, fueron a la junta y se dieron cuenta que ni siquiera eran accionistas, porque no tomaron el cuidado de hacer que la inversión quedara a su nombre. Han sido múltiples las estafas en que corredoras usan las acciones en custodia para garantizar sus operaciones. Las corredoras, muy caraduras, fueron ese día a la junta sin preguntarle a los verdaderos dueños de las acciones qué querían votar –dice Fabres.
¿QUÉ RECOMENDABAN?
En julio del 2010 las principales corredoras de bolsa ya estaban divididas respecto de la evaluación que hacían sobre las acciones de la compañía. Aunque había sido uno de los títulos mas valorados en el mercado, a esa fecha -casi un año antes de que se hiciera público el fraude- ya habían dejado de recomendarla entre sus favoritos las corredoras Celfin, Corpbanca, Santander, Bice y Tanner. En cambio, Banchile, LarraínVial, Security, Euroamerica, Cruz del Sur, BCI, IM Trust y Penta, sí aconsejaban a sus clientes que compraran acciones de la compañía. Seis meses después, en diciembre de ese mismo año, BCI y LarrainVial ya se habían sumado al grupo que sacó a La Polar de las más recomendadas. (Vea la evolución de las recomendaciones que hacían las corredoras sobre La Polar)
Aunque el aumento de las corredoras que dejaron de recomendar La Polar ya era una señal de que algo no funcionaba con las cuentas de la compañía, lo que sucedió en marzo de este año fue un verdadero campanazo de alerta que algunas corredoras sencillamente no quisieron escuchar. Ese mes se publicaron los resultados financieros de La Polar al cuarto trimestre del 2010. Una información que debía ser clave para los analistas de las corredoras. Por primera vez la empresa reconocía que tenía problemas con su cartera de crédito, situación que ya se sospechaba en el mercado. Sin embargo, la lectura que se le dio a este hecho varió dependiendo de cada corredora.
Salvador Arenas, gerente de Estudios de Renta Variable, de la corredora LarrainVial, dice que ellos tomaron como una señal positiva que la compañía "transparentara" el problema, aunque tres meses después quedó en evidencia que esa era sólo una mínima parte del forado financiero que arrastraba:
-Al reconocerlo, fue como un alivio. Dijeron "vamos a hacer un aumento de capital y en parte con esto vamos a arreglar el problema'. Decían además que estaban mejorando las políticas de crédito. Confiaron también en que su expansión a Colombia le permitiría a la compañía subsistir y seguir creciendo -comenta Arenas.
El último informe realizado por LarrainVial antes del descalabro del 9 de junio, recomendaba comprar, aunque reconocía que se trataba de una transacción riesgosa. Así lo recuerda Arenas:
-Ese informe lo hicimos con la información que había. Reconocía los problemas existentes y proyectaba un escenario en el que existía una cartera mala de US$ 300 millones, pero nunca de mil millones de dólares (la cifra real que se conoció después). El punto es que las corredoras sean explícitas con los riesgos. Creo que había mucho riesgo. Uno siempre cuando invierte en acciones, invierte en riesgo. En los commodities es alto, porque el precio fluctúa mucho. Pero en comercio no. Y con La Polar, por primera vez (el resultado de la evaluación) nos daba "comprar", aunque con riesgo alto.
Ramón Lagos, gerente de Renta Variable Nacional, de la corredora Penta, tuvo una lectura completamente diferente: "Cuando en marzo se presentaron los resultados del año anterior, ese fue el último día en que recomendamos las acciones de La Polar", dice tajante. Lagos agrega que habían consultado a importantes ejecutivos de la compañía, como Santiago Grage, a esa fecha gerente corporativo de Finanzas, y a su presidente, Pablo Alcalde y que su respuesta era siempre que "todo estaba bajo control". Hoy ambos integran la nómina de los ex ejecutivos que el Ministerio Público pedirá formalizar.
-Al explicar los malos resultados publicados en marzo usaron el argumento de que 'los clientes no nos acompañaron'. Eso no nos gustó, porque no pasa de un mes a otro. Empezamos a sensibilizar la cartera y dejamos de recomendar La Polar -afirma Lagos.
Penta es una de las corredoras que operan en el mercado que no tienen "cartera propia". Lagos dice que Penta no tiene acciones propias precisamente para evitar el conflicto de interés que hoy acusan los pequeños inversionistas de La Polar:
-Las tentaciones pueden ser grandes y ahí cada empresa puede solucionarlo como mejor les parezca. Nosotros optamos por no tener (cartera propia) de raíz. Penta Corredora de Bolsa nació posterior al caso Inverlink (que reveló este tipo de conflictos de interés en 2003) y cuando partimos, unos de los conflictos que no queríamos tener era la cartera propia. Así se es más transparente.
Ramón Lagos comenta que en el rubro siempre se habla de que debe existir una "muralla china" entre la cartera propia y los departamentos de estudio que emiten opinión para recomendar compras de títulos. Es decir, se sostiene que el conflicto se puede administrar, lo que no significa que deje de existir y que en casos como el de La Polar, éste vuelva a la palestra.
CORREDORAS Y AFP's
Hugo Castro, ingeniero comercial, profesor de la Universidad Federico Santa María y consultor especializado en mercados financieros, estima que la ausencia de cartera propia en una corredora no es garantía de que sus recomendaciones no estén intoxicadas por otros intereses:
-Probablemente, las corredoras que recomendaron salirse antes de La Polar son más independientes. Pero la inexistencia de cartera propia no es tan relevante, si se consideran las conexiones entre corredoras y AFP, por ejemplo, como es el caso de Penta y Cuprum, que son del mismo dueño. Penta no tiene cartera propia, pero si caían las acciones de La Polar, la rentabilidad se le iba a ir por la pérdida que sufriría la AFP de su propiedad (que sí tiene acciones en La Polar). En las AFP, el 1% del fondo es "encaje", es decir que debe ser comprado por los dueños.
A juicio de Castro, desde 2009 los analistas de las corredoras pudieron advertir síntomas de que en La Polar las cosas estaban fallando: "Bastaba con analizar los estados de flujos efectivos de la compañía, que era información publica, para percibir a partir del 2009 que era evidente un problema de caja grosero en La Polar y una renegociación de crédito compulsivo".
El académico y consultor financiero estima que las corredoras sencillamente optaron por no alertar sobre el riesgo a los inversionistas: "Mi hipótesis es que se quedaron con estas acciones para no afectar sus inversiones. Porque cuando tengo acciones en una empresa y percibo que se están yendo abajo, no puedo decir 'vendan', porque va a bajar el precio y estaría afectando mi inversión".
Dentro de las corredoras con cartera propia se encuentra LarrainVial, la que para el 30 de junio sumaba $69 mil millones. En la corredora rechazan las críticas e informan que sólo un 2% de su cartera propia está invertida en acciones y, principalmente, en acciones extranjeras.
Además de LarrainVial, las corredoras que recomendaron "comprar" acciones de La Polar hasta el mismo día en que estalló el fraude fueron Banchile, Euroamérica, Cruz del Sur e Inversiones Security. Penta, que da una opinión de acuerdo al valor, consideraba que la acción estaba "subvalorada". A esas alturas ya habían marcado cierta distancia las corredoras Santander, Celfin y Corpbanca, que recomendaban "mantener". Tanner aconsejaba derechamente "vender". BCI había puesto el precio de la acción en "revisión" el 2 de junio, una semana antes del escándalo. Mientras que IM Trust y Bice la habían dejado de seguir por falta de información.
EL CONFLICTO DE INTERÉS
El conflicto de interés que puede suponer ser custodios de acciones de terceros y al mismo tiempo tener una cartera propia, es para la abogada Bárbara Salinas una de las claves que deben ser investigadas en la crisis de La Polar:
-No es posible que una corredora sea intermediario válido para que un tercero compre o venda acciones y que, al mismo tiempo, haga lo propio pero respecto a un portafolio personal. Por lo tanto, es legítimo pensar que esa misma corredora al recomendar insistentemente la compra de acciones, podría estar vendiendo (al pequeño accionista) las suyas.
La hipótesis que menciona la abogada es una de las que baraja Mauricio Eastman, cliente de la corredora Santander, que compró acciones de La Polar al día siguiente de que se conociera el hecho esencial que gatilló el descalabro de la compañía. El 10 de junio pasado Eastman compró 3 mil acciones de La Polar a $1.485 pesos, realizando una transacción por $4.455.000. Luego, el 28 del mismo mes, cuando ya se conocía el fraude, volvió a comprar por un total de $20.253.170. Esta temeraria segunda compra, cuenta Eastman, fue adoptada siguiendo las recomendaciones de su ejecutivo de la corredora, quien le sugirió comprar "para nivelarse", mientras la mayoría de las corredoras a esas alturas aconsejaban abstenerse.
-Entró (Álvaro) Saieh al mercado y mi ejecutivo me llamó para decirme que comprara y así promediaba mis pérdidas. Y compré, apostando a que el valor de la acción subía en el día. Y en vez de subir, bajó -recuerda Eastman, quien aún no comprende por qué su ejecutivo lo aconsejó de esa manera. Al final, el valor de su inversión en La Polar se redujo en más de un 80%.
Pero mientras algunos compraban acciones aconsejados por sus corredoras, como Mauricio Eastman, o invertían en la multitienda sin siquiera estar informados, como Rina Uribe, los ejecutivos y directores de La Polar sólo vendían sus títulos. Y lo hacían desde mucho antes que se hicieran públicas las irregularidades. En efecto, desde 2010 los gerentes y directores de la compañía venían enajenando sus acciones. Y lo hacían a través de las mismas corredoras que recomendaban comprar a sus pequeños inversionistas.
Si la sostenida venta de acciones hecha por los ejecutivos y directores de La Polar desde 2010 respondió a información privilegiada, es parte de lo que debe aclarar la investigación de la fiscalía, al igual que si esa tendencia influyó en las decisiones de las corredoras que manejaban los portafolios de estos ex gerentes y en las recomendaciones que hicieron a pequeños inversionistas. Pero lo cierto es que en 2011 todas las personas que están obligadas a informar sus transacciones a la SVS porque tienen relación con la compañía -como sus directores, ejecutivos y los familiares de éstos-, enajenaron acciones. En 2010 sólo uno de los ejecutivos hoy imputados, Pablo Alcalde, compró, pero un paquete muy pequeño: 1.946 títulos por un precio total de $5.546.049.
De acuerdo con los registros de la SVS, en las ventas hechas en 2010 por personas vinculadas a la compañía destacan las transacciones realizadas por Heriberto Urzúa, director de La Polar desde 2007 y presidente de la compañía en los diez días que siguieron al destape del fraude, quien vendió acciones por un total $527.735.805. Ese mismo año el ex gerente de Asuntos Financieros, Julián Moreno, enajenó títulos por un total de $2.245.706.741. Y el ex director Fernando Francke vendió por $2.002.025.058.
Son 19 las personas relacionadas con La Polar, naturales y jurídicas, que han sido clientes de la corredora LarrainVial, según consta en documentos pesquisados por la fiscalía. Entre ellas se cuentan los cinco ejecutivos que el Ministerio Público desea formalizar en la audiencia que quedó fijada para el próximo 14 de diciembre.
Entre el 19 y el 24 de enero de este año, en los días posteriores a la renuncia de Nicolás Ramírez a la gerencia general de La Polar, hito que se considera la primera señal de que la compañía tenía problemas, LarraínVial vendió 1.032.895 acciones, por un monto total de $ 3.216.051.886. Una cantidad similar a la que Banchile vendió en esos mismos días: 1.113.103 acciones. Se trata de cifras considerablemente superiores a las que entonces vendió Penta, que a diferencia de las anteriores no tiene cartera propia: 257.374 títulos por $818.516.358.
En todo caso, como explican en LarrainVial, el alto flujo de acciones que gestionó está relacionado con el hecho de que ellos son la corredora más grande del mercado y que la renuncia de Ramírez causó movimientos que influyeron en las transacciones.
Las jornadas previas al 9 de junio, cuando detonó el escándalo de La Polar, sorprendieron a LarraínVial y Banchile –dos de las principales corredoras accionistas según la memoria 2010 de la multitenda- en posiciones muy diferentes. Mientras LarrainVial vendió 11.393.504 acciones en más de $20.828 millones entre el 2 y el 9 de junio, Banchile se dedicó preferentemente a comprar: entre el 2 y el 8 de junio adquirió 5.402.179 títulos en más de $12.699 millones.
CIPER intentó comunicarse con Banchile Corredora de Bolsa, pero fue imposible acceder a entrevistar a alguno de sus ejecutivos.
NUEVAS REGLAS
De haberse considerado a tiempo, tres medidas planteadas por la SVS al Ministerio de Hacienda, previo a la crisis de La Polar, podrían haber mitigado el impacto del fraude en el patrimonio de los accionistas. Estas iniciativas pretenden transparentar el ejercicio de las asesorías financieras, incluidas las ofrecidas por corredoras, y tras el fatídico 9 de junio estarían siendo reconsideradas por parte del ministerio.
La primera tiene que ver con la idoneidad y acreditación de los analistas bursátiles. La segunda, con regular eventuales conflictos de interés que podrían surgir al no transparentarse la cartera propia de las corredoras o las operaciones que realicen a contrapelo de las recomendaciones que dan a sus clientes. Y, por último, la fiscalización de entidades como los departamentos de estudio de las corredoras respecto de cómo elaboran sus recomendaciones públicas o masivas.
El diputado Gonzalo Arenas (UDI ), presidente de la Comisión de Economía de la Cámara, quien además encabezó la comisión parlamentaria investigadora del caso La Polar, reconoce que tras cerrar esa indagatoria se quedó con la idea de que esta situación se supo antes entre los agentes que transan acciones en el mercado: "Sospecho que corredoras de bolsa pudieron haber tenido un grado de información y seguían recomendando con precios muy altos a La Polar".
-Hay una falencia en la legislación. Así como recomendamos normas que aseguren mayor independencia a las clasificadoras de riesgo y auditoras, debieran existir normas que den más transparencia a la función de las corredoras. Hoy tienen un grado de regulación en la Ley de Mercados de Valores, pero creo que son insuficientes y no tienen los estándares para asegurar que actúen siempre de buena fe –comenta Arenas.
Accionistas minoritarios se organizan
Los accionistas minoritarios que perdieron patrimonio en La Polar, enfrentados a la indiferencia de las corredoras que les recomendaron invertir en esa compañía, se han comenzado a movilizar. Jaime Richards forma parte del grupo de accionistas que, junto a los abogados Bárbara Salinas y Luis Villaroel, se organizaron para presentar demandas en contra de La Polar y de quienes resulten responsables del delito de asociación ilícita y otros ilícitos que pudieran haberlos perjudicado. Además, están creando una entidad que agrupe a accionistas minoritarios:
-Es una asociación de minoristas bursátiles de Chile. La idea es tener voz propia ya que mientras a los consumidores los defiende el Sernac, en una situación como esta nosotros quedamos desamparados –explica Richards.
Otros han decidido acudir directamente a la Bolsa de Comercio, cuyo Comité de Autoregulación actualmente tramita los reclamos de cuatro accionistas que se sienten perjudicados por Banchile e IMTrust, que tenían la custodia de sus acciones.
Por último, esta mañana fue el lanzamiento de Bankus, una asociación de consumidores especializada en los mercados crediticios, financieros y de seguros, cuyo presidente es el abogado Tomás Fabres, director de la Fundación Chile Ciudadano.
Fuente http://ciperchile.cl/2011/11/14/la-polar-las-sospechas-que-caen-sobre-las-corredoras-de-bolsa/
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