SANTIAGO, 28 Jun. (EUROPA PRESS) -
Dirigentes estudiantiles y profesores chilenos decidieron convocar un paro nacional para el próximo jueves, 30 de junio, tras rechazar las propuestas que presentó el Gobierno de Sebastián Piñera para bajar el tono a la crisis en el sector educativo, pues consideran que son insuficientes y no abordan los asuntos clave de la protesta.
El Ministerio de Educación de Chile presentó un documento con los puntos que está dispuesto a negociar con la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech) y el Consejo de Rectores de las universidades, como lo son la creación de un fondo de revitalización de la educación pública universitaria, mediante el cual se aportarán 75 millones de dólares (52,5 millones de euros) al sistema universitario.
El Gobierno se ha mostrado a favor de fortalecer el Fondo solidario de crédito y reducir la tasa de interés del Crédito con aval del Estado, pero además propone una mayor participación de los estudiantes, mediante un acuerdo con los rectores de las universidades estatales, entre otros asuntos relacionados con las deudas que mantienen con los profesores.
Los dirigentes estudiantiles rechazaron este documento y aclaran que sus demandas no son económicas sino jurídicas, porque el objetivo de sus movilizaciones es lograr una reforma más profunda del sistema educativo chileno que cuente con la amplia participación de todos los sectores.
"No estamos pidiendo unos pesos más ni unos pesos menos para la educación superior, sino una reforma mucho más sistémica y profunda, y las medidas que hemos planteado son las bases para eso", dijo la presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, Camila Vallejo.
La Federación Metropolitana de Estudiantes Secundarios (Femes) todavía no se ha pronunciado en torno al documento del Ministerio de Educación, pero su presidente, Freddy Fuentes, adelantó que en los debates que han celebrado ha habido un fuerte rechazo a la propuesta.
En su intento por ejercer más presión, la Confech anunció una huelga nacional para el próximo jueves, 30 de junio, la cual ya cuenta con el apoyo de los gremios de profesores, rectores y varias organizaciones laborales. La movilización ha sido bautizada como "Paro Social" y espera que tenga una convocatoria aún mayor que las iniciativas anteriores.
La última marcha realizada la semana pasada, convocada por la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES) y la Femes, logró reunir a unas 25.000 personas en las calles de Santiago, sin embargo, dejó un saldo de nueve carabineros heridos y más de un centenar de detenidos.
A la luz de los continuos incidentes en estas manifestaciones, la Conferencia Episcopal de Chile instó al Gobierno de Sebastián Piñera a atender las peticiones de estudiantes y docentes. "Es urgente avanzar en la búsqueda de propuestas de consenso para encaminar los procesos que permitan responder a las justas demandas", recoge el comunicado firmado por el arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati.
"Creemos que la educación es un bien público, y el esfuerzo por mejorar su calidad y por hacerla más equitativa debe incorporar a todos los actores involucrados: el Estado, las instituciones educativas, los docentes, las familias y los mismos estudiantes", prosigue la nota.
Sin embargo, advirtió de que la normalización de la actividad educativa no solo requiere "el fin de un paro", sino también "voluntad para discernir, con amplia participación, las necesarias reformas que los jóvenes y el país esperan". En este sentido, señala que "las soluciones excluyentes no son el camino, tampoco las medidas arbitrarias, ni la violencia física o verbal".