Strauss-Kahn dice que la cooperación entre los países se ha debilitado tras la crisis financiera.
Es el tema principal de la cita del G20 este jueves en Corea del Sur: "la guerra de divisas".
Así la han definido tanto el director gerente del Fondo Monetario Internacional como el ministro de Hacienda de Brasil, entre otros.
El jefe del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Kahn, le dijo a la BBC el mes pasado que había indicios de que los países estaban tratando de utilizar sus monedas "como un arma".
Por su parte, el ministro de Hacienda de Brasil, Guido Mantega, afirmó que las devaluaciones competitivas de los países avanzados equivalen a una nueva guerra comercial.
"Estamos en medio de una guerra internacional de divisas", señaló en una reunión de líderes industriales en septiembre. "Esto nos pone en peligro porque nos quita competitividad", agregó.
Pero, ¿qué significa todo esto? Existen varios elementos principales, dos de ellos bastante nuevos, pero el primero tiene una larga data.
China vs. Estados Unidos
Es política de China manejar su moneda y limitar su movimiento frente al dólar estadounidense.
Así ha sido en el pasado y durante la crisis financiera, China volvió a impedir la subida de su moneda, el yuan.
China trata de empujar el yuan hacia abajo.
Desde poco antes de la cumbre del G20 llevada a cabo en Toronto, Canadá, en junio, China ha aliviado los controles y ha permitido que su divisa suba frente al dólar, pero en un porcentaje hasta ahora inferior al 2,5%.
Y debido a que el dólar se ha depreciado, el yuan también ha caído frente a muchas otras monedas.
¿Por qué existe una renuencia por parte de China para permitir que el yuan suba mucho? La respuesta está en el temor que existe en torno a la pérdida de empleos en las industrias de exportación, que se harían menos competitivas.
El aumento del yuan con respecto al dólar no ha sido suficiente para satisfacer a EE.UU., donde desde hace mucho tiempo hay una queja de que China manipula su moneda para ganar una ventaja injusta. El grito es: "Esto cuesta empleos en Estados Unidos."
La política económica de Estados Unidos
Muchos en EE.UU. se quejan de China, pero ¿tienen sus manos completamente limpias? Algunos en el resto del mundo dicen que no.
El dólar ha caído fuertemente en los últimos meses -porque las tasas de interés son bajas- por lo que los inversores han estado buscando una mayor rentabilidad en las economías emergentes.
Necesitan adquirir la moneda del país en cuestión para hacer esas inversiones. Esto tiende a empujar su valor hacia arriba, mientras que el dólar, que ellos están vendiendo, tiende a caer.
Y el efecto se ve agravado por otras políticas de la Reserva Federal de Estados Unidos, conocido como flexibilización cuantitativa. La Fed compra activos financieros y el dinero con el que paga tiene que ser invertido en alguna parte.
La debilidad del dólar tiene una ventaja para EE.UU., se trata nuevamente del tema de la competitividad. Ésta debe ayudar a los exportadores estadounidenses.
Estados Unidos es un país que tiene un déficit comercial grande, así que más exportaciones podrían ayudar a arreglar esa situación.
Algunos incluso argumentan que las políticas de la Fed en realidad tienen la intención de debilitar el dólar y ayudar a recuperar la economía de EE.UU. mediante la exportación de más productos.
Las economías emergentes
Las políticas de la Fed han dado lugar a una ola de búsqueda de oportunidades para hacer dinero en las economías emergentes. Esto tiende a empujar a sus monedas hacia arriba, lo que socava su competitividad.
También existe el riesgo de burbujas en los mercados financieros y de bienes raíces. Y las entradas de capital pueden ir en reversa -como lo hicieron en la crisis asiática en la década de 1990.
Así que el tercer elemento de la "guerra de las divisas" es la resistencia de las economías emergentes, y también la de algunos países desarrollados.
Brasil y Tailandia han utilizado medidas fiscales para frenar los flujos de entrada. Japón, Corea del Sur y otros han intervenido en los mercados de divisas mediante la compra de moneda extranjera en un intento de interrumpir la subida de las suyas.
Existe la opinión de que estos países sólo tendrán que vivir con ello. La presión al alza sobre las monedas de muchas economías emergentes refleja el hecho de que están creciendo más fuerte que EE.UU.
La situación es difícil de manejar para ellos, pero la razón de fondo es que lo están haciendo relativamente bien.
Los desequilibrios económicos
La guerra de las divisas está estrechamente relacionada con otro tema que ha preocupado a muchos economistas desde hace varios años, el de los desequilibrios económicos globales.
En términos internacionales, es el comercio el que no es equilibrado. En realidad, lo que más a menudo ocupa el centro de interés es la "balanza por cuenta corriente", lo que significa el comercio de bienes y servicios además de algunos elementos financieros, incluidas las remesas que los trabajadores migrantes envían a casa.
Generalmente, sin embargo, el comercio es el responsable de la mayor parte de los desequilibrios en cuenta corriente.
Algunos países tienen importantes excedentes comerciales, en particular China, Alemania, Arabia Saudita y Rusia. El país con un gran déficit es Estados Unidos.
Algunos países en el ojo de la tormenta europea tienen un déficit muy fuerte -Grecia, Portugal y España. Gran Bretaña también tiene un déficit, aunque como proporción del ingreso nacional, no es tan grande.
La otra cara de los desequilibrios internacionales consiste en los altos ahorro en casa en un país con superávit, como China, y el ahorro relativamente bajo en un país con déficit, como EE.UU.
El ahorro familiar ha aumentado en EE.UU., el Reino Unido y otros países deficitarios, ya que los consumidores están pidiendo prestado menos a raíz de la crisis financiera.
Pero los desequilibrios internacionales también reflejan la cantidad de préstamos concedidos a los gobiernos y en muchos países con déficit éstos han aumentado, compensando en parte el aumento en el ahorro privado.
¿Por qué es importante todo este asunto? Aquellos países donde el ahorro ha aumentado desesperadamente quieren exportar más. Quieren vender más en el extranjero para compensar a los consumidores en casa que están gastando menos dinero.
Este es el caso de EE.UU., Gran Bretaña y muchos otros. Y se podría hacer con mayor facilidad si los consumidores en China -y otros países con superávit- estuvieran dispuestos a comprar más bienes importados.
Un aumento en la divisa china no sería una panacea, pero probablemente ayudaría.