Reemplazaría a Juan Colombo
Viera Gallo, la carta de La Moneda para el Tribunal Constitucional
En enero la Presidenta debe nombrar al nuevo integrante del órgano. Y aunque su nombre no es el único que circula en Palacio, algunos echan mano a la nomenclatura hípica para calificarlo de "dato fijo". A su favor juegan sus amplias redes políticas y familiares -que lo vinculan desde el piñerismo hasta la Iglesia Católica-, así como su reconocida capacidad de articular acuerdos. "Es como el conde Gabriel Valdés, pero en la izquierda. Él también pertenece a la aristocracia política", señalan.
Por Jorge Molina Sanhueza EL MOSTRADOR
El próximo 17 de enero, el ministro del Tribunal Constitucional (TC) Juan Colombo pasará a los cuarteles de invierno, ya que cumple el tope de edad legal -75 años- para ejercer el cargo. El cupo es un bien preciado, ya que el organismo que tiene poder de veto sobre los proyectos del Ejecutivo, las mociones del Congreso y detiene fallos judiciales, es por esencia una institución política, donde se juegan definiciones sustantivas de la arquitectura jurídica de la república.
Los nombres para reemplazarlo ya comenzaron a correr en La Moneda. Hasta ahora, al menos, suenan tres: Francisco Zúñiga, profesor de la Universidad de Chile y cercano al PS, Humberto Nogueira, académico de la Universidad de Talca y ligado a la DC. Pero como se dice en la jerga hípica, el "dato fijo" en Palacio es el del actual ministro Secretario General de la Presidencia, el PS José Antonio Viera Gallo.
Abogado, ex diputado, presidente de Cámara y luego senador, según fuentes que conocen de las primeras conversaciones, cuenta con los votos tanto en la Concertación como en la derecha, donde es bien visto no sólo por sus redes familiares sino por su permanente actitud dialogante y proclive a mantener los equilibrios de la transición, conciliando los intereses de todos los sectores. "Viera Gallo es como el conde Gabriel Valdés, pero en la izquierda. Él también pertenece a la aristocracia política", señalan.
Si la estrategia resulta efectiva, habría un ministro teóricamente más cercano a las sensibilidades progresistas al interior del TC, independiente del gobierno que asuma en marzo, ya que esta designación es facultad privativa de la Presidenta. Sin embargo, es preciso constatar que Viera-Gallo es también hombre cercano a la Iglesia Católica y especialmente al cardenal Francisco Javier Errázuriz. De hecho, en la discusión sobre la Ley de Televisión, se mostró partidario de no afectar las actuales concesiones, una de las cuales -la de Canal 13- está en manos de la Universidad Católica.
Todo lo anterior, se enmarca dentro del nuevo estatuto jurídico del TC, regido por una nueva Ley Orgánica Constitucional dictada en octubre pasado. También se enmarca en la conducción del nuevo presidente del órgano Marcelo Venegas, quien busca alcanzar un perfil muy similar al que ha logrado Ramiro Mendoza a la cabeza de la Contraloría. Venegas inició la modernización del organismo basado en la que efectuó el Poder Judicial.
El cielo y el infierno
Colombo, hasta 2001, integraba el Consejo de Seguridad Nacional (Cosena), cargo en que fue nombrado durante el gobierno de Aylwin. En 2001 Colombo pasó de ese organismo al TC, del cual fue presidente por dos períodos, hasta que entregó el mando a Venegas este año. De allí que su reemplazo sea hoy prerrogativa del Ejecutivo.
La posible llegada de Viera Gallo responde a la lógica de los equilibrios al interior del órgano constitucional -que se compone de diez miembros- ya que su voto de sumaría a los de los otros cuatro concertacionistas: los DC Mario Fernández y Carlos Carmona y los PS Francisco Fernández y Hernán Vodánovic.
El resto de los ministros -José Luis Cea, Raúl Bertelsen, Marisol Peña Torres y Enrique Navarro-, como también el propio Venegas, cuentan con el timbre de la Alianza para ocupar sus sillas.
El único de los nombrados por el oficialismo que le ha dado dolores de cabeza a La Moneda fue Mario Fernández, un reconocido conservador en temas valóricos, cuando votó el año pasado en contra de la repartición de la píldora del día después en los consultorios públicos.
Si bien es poco probable que alguien pueda modificar su criterio de fallo en casos de este tipo, en el gobierno se confía en que los dotes de negociador de Viera Gallo, pudieran al menos influir en sus decisiones.
En el PS muchos concuerdan que si Viera Gallo llega al TC, este 2009 sería su último año en la política activa porque al terminar los ocho años que dura el cargo, tendría ya 74, pues nació en 1943. "Es el premio a la trayectoria", asegura una fuente partidaria.
Este medio intentó obtener una versión de Viera Gallo, pero en La Moneda se indicó que estaba de viaje en Temuco por actividades oficiales.
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