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Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en RSE de la ONU
Diplomado en Gestión del Conocimiento de la ONU
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Dirección: Renato Sánchez 3586 Of 10
Fono Cel. 93934521
SANTIAGO CHILE
RODRIGO GONZALEZ FERNANDEZ, HA CREADO EL OBSERVATORIO POLITICO PARA DIFUNDIR LOS ASPECTOS RELEVANTES DE LA POLITICA PLURALISTA Y PARA ELLO NOS CONECTAMOS CON LOS PRINCIPALES REFERENTES MUNDIALES EN LA RED.DICTAREMOS CHARLAS , CONFERENCIAS DIRIGIDAS A ORGANIZACIONES, EMPRESAS, PERSONAS, PARTIDOS POLITICOS, ETC. PORQUE LA POLITICA ES DE LA ESENCIA DE LA DEMOCRACIA. FOMENTAMOS LA POLITICA 2.0, EL MARKETINGPOLITICO2.0 PUEDEN RESERVAR FECHAS EN FONO: cel: 93934521SANTIAGO-CHILE
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¿ES UNA TRAGEDIA EL CALENTAMIENTO GLOBAL, EL CAMBIO CLIMATICO?
LONDRES | THE ECONOMIST
No sabía ni la mitad de lo que estaba ocurriendo. Un mes después, Rokonuzzaman tenía el agua a la altura del tórax como consecuencia de las inundaciones que habían arrasado su casa, su granja y hasta el poblado donde se realizó la reunión. El ciclón Aila que causó el estallido tormentoso que destruyó las barreras contra las inundaciones que tenía el poblado, fue en sí un ejemplo atendible de cómo el cambio climático está provocando devastación en los países pobres. Bangladesh, situado en el sur de Asia, es uno de los países más pobres y con mayor densidad de población del mundo.
La mayoría de los habitantes de Occidente sabe que el mundo pobre contribuye al cambio climático, aunque la escala de su contribución todavía constituye una sorpresa. Los países pobres y de ingresos medios ya representan poco más de la mitad del total de las emisiones de carbono. Brasil produce más anhídrido carbónico per cápita que Alemania. Las emisiones que surgirán, a lo largo del tiempo, de las estaciones de generación de energía planificadas por esos países equipararán a la totalidad de la contaminación industrial del mundo desde 1850.
Sin embargo, no se advierte con frecuencia que el calentamiento global causa mucho más daño a las naciones pobres del que éstas hacen al clima. En un informe que presentó en el año 2006, Lord Stern calculó que un aumento de 2° C en la temperatura global tendría un costo equivalente a 1% del PIB mundial. Pero, el Banco Mundial, en su nuevo Informe de Desarrollo Mundial, señala ahora que el costo para África se situará más cercano al 4% del PIB y en el caso de India cerca del 5% del PIB. Aun en la eventualidad de que los costos ambientales se distribuyeran de manera equitativa a cada persona en la Tierra, los países en vías de desarrollo igual sobrellevarían el 80% de la carga, debido a que representan el 80% de la población mundial.
A medida que se acerca la cumbre sobre el clima, convocada para diciembre del corriente año en la ciudad de Copenhague, los países pobres expresan alarma por el ritmo lento de las negociaciones destinadas a reemplazar el Protocolo de Kyoto. Acordado parcialmente en 1997, sus normas son vinculantes para los países ricos en cuanto a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en 5,2% para el año 2012, tomando los niveles de 1990.
Calcular el costo del calentamiento global resulta difícil, debido a que nadie sabe realmente cuánto debe atribuirse al cambio climático y cuánto a otros factores. Sin embargo, un indicio de los crecientes costos es el número de personas alrededor del mundo que son afectadas por los desastres naturales. Entre 1981 y 1985, menos de 500 millones de personas necesitaron asistencia internacional ante desastres. Entre 2001 y 2005, el número llegó a 1.500 millones de personas. Esto incluye el 4% de la población de los países más pobres y más del 7% de la población en los países de ingresos medios.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce que en total, el cambio climático causó la pérdida de 5.5 millones de años de vida ajustados por discapacidad (es una medida del daño a la salud humana) en 2000, en su mayoría en África y Asia. Cálculos realizados por el Foro Humanitario Global, un centro de investigaciones de Suiza, y por la publicación científica Cuantificación Comparada de Riesgos a la Salud, sitúan el número de muertes adicionales atribuibles al cambio climático en 150.000 por año. El daño indirecto, a través del impacto en el suministro de agua, los rendimientos de las cosechas y las enfermedades, es enormemente mayor.
Los pobres son más vulnerables que los ricos por varios motivos. Viviendas precarias e inapropiada atención de la salud significan que los desastres naturales de todo tipo les provocan más daño. Por ejemplo, cuando el huracán Mitch arrasó a través de Honduras, en 1998, los hogares pobres perdieron entre 15% y 20% de sus activos, m
ientras los ricos sólo perdieron el 3%.
TERRIBLE. El calentamiento global agrava esa situación, mientras también incrementa las posibilidades de contraer enfermedades que ponen en riesgo la vida y que prevalecen en los países más pobres. En muchos lugares, las ciudades fueron construidas justo por sobre la llamada "línea de malaria", por encima de la cual no pueden sobrevivir los mosquitos trasmisores de la enfermedad. Nairobi, en África, es un ejemplo.
El tiempo más caluroso permite que los insectos se muevan en alturas que anteriormente no fueron afectadas, y diseminen una enfermedad que ya es el mayor asesino en África. Para 2030, sólo en África, el cambio climático puede dejar expuestas a la malaria a 90 millones de personas más.
De manera similar, los brotes de meningitis en África están fuertemente relacionados con la sequía. Probablemente los dos aumenten. Los pronósticos indican que la diarrea aumentará 5% para 2020 en los países pobres, como consecuencia del cambio en el clima. El dengue ha expandido sus alcances: su incidencia se duplicó en zonas de las Américas entre 1995-97 y 2005-07. Una estimación indica que el 60% de la población del mundo estará expuesta a la enfermedad para 2070.
La historia de Rokonuzzaman muestra que los países pobres son especialmente vulnerables a las inundaciones. Diez de las 15 ciudades más grandes del mundo en vías de desarrollo están en zonas costeras bajas expuestas al creciente nivel de los mares o a los impulsos de las marejadas. Están incluidas Shangai, Mumbai y El Cairo. En el sur y este de Asia, las planicies inundables de la zona de influencia de los grandes ríos siempre han sido el hogar de enorme número de personas y de intensa actividad económica.
El cambio climático está abrumando los esquemas sociales y de otra índole que en el pasado permitieron a los países y sus habitantes hacer frente a las inundaciones. Los presupuestos nacionales no están en condiciones de abordar los costos de mejorar las defensas. Holanda también resulta afectada y destina US$ 100 por habitante, por año, para las defensas contra las inundaciones. En Bangladesh, ese monto es la cuarta parte de los ingresos anuales del habitante medio.
IMPACTO. La mayor vulnerabilidad es que las condiciones del tiempo afectan de manera grave las principales actividades económicas de los países en vías de desarrollo, como son la agricultura y el turismo. El calentamiento global seca las tierras cultivables. Debido a que dos tercios de África es desierto o tierras áridas, el continente está altamente expuesto. Un estudio pronostica que para 2080 la quinta parte de las tierras agrícolas de África estará severamente desgastada. Y, esa es sólo una parte del problema.
El calentamiento global también parece estar acelerando el ciclo hidrológico de la Tierra, causando inundaciones y secas (cae más lluvia en períodos más breves, con mayores brechas entre medio). Además, al derretirse los glaciares, el calentamiento global reduce la capacidad de almacenaje de la naturaleza. Dos tercios del agua fresca del mundo están almacenados en los glaciares, los que, al derretirse, dejan a los países pobres con menor amortiguación para proteger a los agricultores de los esquemas cambiantes de la lluvia y del tiempo.
La falta de previsibilidad sería terrible aun en los mejores tiempos: al ser golpeada por la sequía y las inundaciones, la tierra se hace menos productiva.
Eso está complementado por otro problema. Las variedades de semillas de más altos rendimiento, resistentes a las pestes, fueron inventadas en la década de los 60, y estaban destinadas a prosperar en climas estables. Las antiguas semillas, en realidad, son mejores para abordar el tiempo variable, aunque ahora se usan mucho menos. Restablecer su uso significará tener menos alimentos.
En India, las ganancias de la Revolución Verde se están reduciendo como consecuencia de la contaminación local, el calentamiento global y la declinante resistencia a las pestes y enfermedades.
Un estudio realizado por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) pronosticó que los rendimientos de las principales cosechas indias declinarían entre 4,5% y 9% adicionales a lo largo de los próximos 30 años, como consecuencia del cambio climático.
Una evaluación reciente, sobre la base de un gran número de estudios referidos a lo que podría ocurrir a largo plazo si el carbono continuara siendo emitido hacia la atmósfera, descubrió que la producción agrícola mundial caería 16% para la década que comienza en 2080 y posiblemente la caída sería del 21% en las naciones en vías de desarrollo.
Si bien la escala del tiempo hace que esos pronósticos no sean más que conjeturas informadas, no existen grandes dudas de que el cambio del clima está socavando los avances de la agricultura intensiva en los países en vías de desarrollo, en el mismo momento en que el crecimiento de la población y la mayor riqueza significan que el mundo necesitará duplicar la producción de alimentos en las próximas tres a cuatro décadas.
En 2050, el mundo deberá alimentar entre 2.000 millones y 3.000 millones de personas más y abordar las cambiantes dietas (con mucha agua) de una población más rica. Aun sin el cambio climático, la productividad agrícola deberá aumentar 1% por año, lo que es mucho. Debido al cambio climático, el incremento deberá ser del 1,8%, según el banco.
Negociación. Si esta multitud de problemas tiene un aspecto positivo es que le da a los países en vías de desarrollo un gran interés por mitigar el impacto del cambio climático al igual que a las naciones ricas. El Banco Mundial indica que una política sobre el cambio climático ya dejó de ser una simple opción entre el crecimiento y el bienestar ecológico. En principio, esa realidad debería favorecer un acuerdo en la cumbre de Copenhague, al incrementar el número de países que quieren lograrlo. Pero, quedan dos grandes problemas.
El primero es que los países más pobres quieren grandes sumas de dinero. El Banco Mundial calcula que impedir que el calentamiento global supere los 2° C, tendrá un costo de entre US$ 140.000 millones y US$ 675.000 millones anuales para los países en vías de desarrollo, empequeñeciendo los US$ 8.000 millones por año que fluyen hacia ellos en la actualidad para mitigar el cambio climático.
El costo de la adaptación al cambio climático (la opción sería intentar frenarlo) es de US$ 75.000 millones y abrumadoramente superior a los US$ 1.000 millones anuales que está a disposición de esos países.
El segundo problema es que los países pobres ven un acuerdo sobre el cambio climático en términos muy diferentes. En el caso de las naciones ricas, el problema es medioambiental: los gases de efecto invernadero se acumulan en la atmósfera y deben ser cortados, preferentemente usando el tipo de metas vinculantes, recomendadas por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático.
En el caso de los países en vías de desarrollo, el problema es de equidad e historia: los países ricos son responsables de dos tercios del carbono que llega a la atmósfera, desde 1850. Cortar las emisiones en términos absolutos perpetuaría un esquema injusto. Por consiguiente, los países pobres creen que las emisiones per cápita y no las emisiones absolutas, deberán ser el parámetro.
Asimismo, las metas fijadas a nivel nacional tienen poco efecto en los países pobres, donde la administración pública funciona mal.
Por tanto, ricos y pobres también discrepan sobre las condiciones que deben agregarse al dinero destinado a adaptarse o mitigar el cambio climático.
Los ricos lo ven como una suerte de ayuda, enfocada a proyectos específicos con metas que pueden medirse y que requieren estrictas condiciones. Los países más pobres ven el dinero como una compensación sin condiciones para un problema que ellos no causaron.
El costo del cambio climático da a las naciones en vías de desarrollo un gran interés en llegar a un acuerdo en Copenhague. Pero, qué tipo de acuerdo quieren y cuánto esfuerzo deben hacer para lograrlo, es otro asunto.
Las cifras
1% Del PIB mundial es el costo que tendría un aumento de 2° C en la temperatura global. Para África sería 4% del PIB y 5% en India.
1.500 Son los millones de personas que necesitaron ayuda internacional entre el 2001 y el 2005 ante los desastres naturales.
Las cifras
90 Son los millones de personas más que quedarán expuestos a la malaria en África como consecuencia del cambio climático.
16% Caerá la producción agrícola mundial para la década que comienza en 2080. En los países en desarrollo la caída será del 21%.
Fuente: El País Digital 27.09.2009
LA TECNOLOGÍA VERDE SE PONE DE MODA
La ONU inició una campaña de promoción del uso de métodos amigables con el medio ambiente
El secretario general de la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático, Yvo De Boer, reivindicó este viernes la "tecnología verde" para los países en desarrollo y animó a las naciones ricas a que superen la barrera de la propiedad intelectual.
"Hay consenso en la transferencia de tecnología a los países menos desarrollados, y se han realizado progresos en este sentido durante las negociaciones", señaló De Boer en conferencia de prensa en el último día de la reunión sobre cambio climático de la ONU que se celebra en Bangkok desde el 28 de septiembre.
"Las negociaciones están avanzando, pero los líderes mundiales deben ser más ambiciosos en sus propuestas", añadió De Boer, quien agregó que "los futuros acuerdos sobre cambio climático deben construirse sobre el Protocolo de Kioto".
En este sentido, destacó el fracaso de los países ricos en "poner sobre la mesa" un compromiso sobre reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y ayuda financiera a los países pobres. El G77 más China y algunas organizaciones no gubernamentales (ONG) han acusado a los países industrializados de intentar negociar un acuerdo alternativo al camino abierto por Kyoto.
De Boer señaló que la Unión Europea ha probado su fidelidad al Protocolo como "único instrumento legal" para combatir el calentamiento global, pero otros Estados desarrollados prefieren un pacto diferente. Sobre Estados Unidos, el responsable de la ONU dijo que no cree que la primera potencia mundial dependa de la aprobación de una ley sobre cambio climático, que se debate en el Senado, para llegar a un compromiso en la Conferencia de Copenhague del próximo diciembre.
"El mismo senador Kerry, que presentó la ley, así lo ha reconocido", espetó De Boer. Muchas de las delegaciones de los 179 participantes en la reunión de Bangkok han culpado a Estados Unidos de ser el principal obstáculo en las negociaciones, aunque el grupo Union of Concerned Scientists aseguró que el presidente Barack Obama está "completamente comprometido" con el cambio climático.
"Si no hay progreso en el Senado no es por culpa de Obama sino de la industria petrolera, que está haciendo todo lo posible para ralentizar el debate", manifestó Alden Meyer, miembro de la citada organización.
Solamente Noruega, que no pertenece a la Unión Europea, ha comprometido un recorte del 40 por ciento de sus emisiones de gases efecto invernadero, dentro del 25-40 por ciento que aconsejan los científicos para evitar el catastrófico aumento de dos grados de las temperatura mundial.
La Unión Europea ha propuesto un recorte del 20 % , ampliable a 30 % si otros países industrializados adoptan un compromiso equivalente. Los logros y fracasos de esta reunión de Bangkok pasarán a la que se celebrará en Barcelona a principios de noviembre, antesala de la Conferencia de Copenhague.
(EFE)
Fuente: Observa.com.uy 09.10.2009
Balance social: comunicación entre empresa y sociedad |
Pocos países establecen la obligatoriedad de presentar un balance social para empresas con un determinado número de trabajadores. Francia y Portugal están entre esos pocos Por Juliana Gómez Varios estudios reseñados por el Instituto Ethos demuestran que el compromiso de una organización con el futuro de los recursos naturales y humanos es decisivo para su imagen frente a la opinión pública. Por ejemplo, una investigación realizada en 2002 por la consultora McKinsey & Company mostró que 83% de los grandes inversores aceptarían pagar más por acciones de compañías de América Latina que posean un buen gobierno corporativo. Pero cómo lograr estos efectos si no se comunica la gestión social de la empresa. El instrumento por defecto para informar a la sociedad y rendir cuentas de la actuación social a las audiencias internas y externas de la empresa, es el balance social, según Yonaida Sánchez, miembro de Gerencia Social Consultores y docente de la Universidad Católica Andrés Bello y la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado. El balance social es un documento o informe que recoge los principales indicadores de desempeño económico, social y ambiental de la empresa. Según lo definido por el Manual de Balance Social desarrollado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), es un instrumento de gestión para planear, organizar, dirigir, registrar, controlar y evaluar en términos cuantitativos y cualitativos la gestión social de una empresa; el cual, como los informes financieros, debe ser presentado al final de cada período. "El balance social exige que la empresa tenga un plan de su acción social y tenga estructurados sus sistemas. Porque el objetivo es comparar los resultados de lo ejecutado contra lo planificado", explica Sánchez. Apelando a la buena voluntad A favor de la legalización, muchos autores argumentan que sería una herramienta de planificación y control en el campo socioeconómico de mucha utilidad para los gobiernos. En contra, está el hecho de que la regulación podría convertirse en un nuevo instrumento de intervencionismo estatal en la vida económica y empresarial. Sánchez es de la opinión que la tendencia es hacia la obligatoriedad; sin embargo, aunque no exista aún una legislación al respecto, éticamente se considera correcta la divulgación de esta panorámica de las iniciativas sociales hacia los trabajadores, sus familias y las comunidades. Estándares del balance social El más difundido y popular es el Modelo "Global Reporting Initiative" (GRI). GRI es una red internacional creada en 1997 por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) y por la Coalición por Economías Ambientalmente Responsables (Ceres), con el objetivo de adoptar un patrón internacional para los balances. Otros modelos disponibles en español: A estos, Sánchez agrega dos guías desarrolladas localmente que son de gran ayuda para los organismos y consultores que elaboran este tipo de documentos en el país:
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