A su paso por París, este martes 14 de julio de 2009, el Presidente Federal de Alemania, Horst Köhler, hizo pública alusión a un suceso inusual que se estaba desarrollando en las calles de la Ciudad Luz: varias decenas de soldados germanos pertenecientes a la brigada binacional desfilaron por los Campos Elíseos como parte de los eventos con que se festeja el Día Nacional de Francia.
Eso inspiró a Köhler a comentar que, aunque los franceses no están acostumbrados a ver militares alemanes en sus avenidas, el gesto del presidente galo, Nicolás Sarkozy, podía ser interpretado como una señal de que el país vecino está preparado para emprender el proceso de integración europea con una sólida alianza franco-alemana.
Fuego en la fábrica
Bildunterschrift: Großansicht des Bildes mit der Bildunterschrift: Horst Köhler, Nicolás Sarkozy y Manmohan Singh en París.Köhler, quien asistía a la celebración de la fecha patria gala en calidad de invitado de honor al igual que el Primer Ministro de la India, Manmohan Singh, habría incurrido en una seria indiscreción si hubiera decidido mencionar los otros acontecimientos que tenían lugar casi simultáneamente en otras calles de Francia y que, más que contribuir al ambiente festivo de la ocasión, dejaban en el aire la pregunta: ¿Tiene Francia algo que celebrar?
En la localidad de Chatelleraut, 366 trabajadores de la fábrica de componentes para automóviles New Fabris amenazaron con hacer explotar la planta si no se les paga la indemnización que se les adeuda. Aunque la fábrica fue declarada en bancarrota y cerrada el 16 de junio de 2009, la misma sigue albergando material de valor para sus clientes.
Tumulto en la periferia
Según la agencia Associated Press, el dirigente sindical Guy Eyermann ha amenazado con hacer volar todo por los aires si las empresas automotrices Renault y PSA Peugeot Citroën no cancelan 30.000 euros a cada uno de los trabajadores hasta el 31 de julio, dejando claro hasta qué punto la actual crisis financiera puede comprometer la paz social de un país europeo relativamente estable económicamente y que la cultura de la protesta francesa tiene componentes tan teatrales como violentos que no se pueden atribuir exclusivamente a los jóvenes descendientes de inmigrantes de las periferias metropolitanas.
Y, sin embargo, son precisamente los disturbios de las banlieu de Lyon, París y otras ciudades los que acaparan los titulares de la prensa internacional. "Tumulto durante el Día de la Patria: vándalos incendian más de 300 automóviles en Francia", tituló el servicio online de la revista alemana Der Spiegel un artículo sobre los sucesos que sobresaltaron al país vecino en la víspera del 14 de julio de 2009.
Libertad, igualdad, fraternidad
Bildunterschrift: Großansicht des Bildes mit der Bildunterschrift: Como en otras ocasiones, la policía francesa intenta controlar las calles.Un reporte preliminar sobre los acontecimientos habla de 317 automóviles incendiados, 240 detenciones transitorias y una docena de policías heridos durante las revueltas. En esta oportunidad 10.000 agentes policiales solamente en París habían salido a las calles para ponerle coto a las bandas juveniles que generan los disturbios cada año en la noche antes del Día Nacional de Francia.
Muchos apoyan la política de mano fuerte contra los artífices de esas revueltas y aplauden el endurecimiento de las leyes para controlarlas desde junio de 2009, los miembros de bandas criminales son castigados con hasta tres años de cárcel y una multa de 45.000 euros. Pero otros critican el discurso agresivo, el talante discriminatorio y la violencia empleada por las instituciones francesas para referirse y tratar a los jóvenes en las periferias pobres de las grandes ciudades, alegando que eso no soluciona los graves problemas sociales del país sino que los complica, poniendo en entredicho la vigencia del lema que la república francesa ha hecho suyo: "libertad, igualdad, fraternidad".
Autor: Evan Romero-Castillo
Editor: José Ospina Valencia