A 60 años del inmortal salto del Capitán Alberto Larraguibel |
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Sábado, 20 de Junio de 2009 15:01 |
La gesta y récord mundial, hasta hoy permanece imbatible Hace 60 años que Larraguibel -junto a su caballo "Huaso"- se alzó sobre los 2.47 metros de altura. El récord mundial hasta hoy continúa imbatible Pocos ya recuerdan y homenajean al ilustre angolino, ejemplo de perseverancia y de nobleza. Desde aquí recordamos la heroica entrega del extinto y valiente militar chileno. Por Héctor González Moren / Corresponsal Traiguén.- Ocurrió hace 60 años, en el patio del Regimiento de Caballería "Coraceros" de Viña del Mar, fecha en que la equitación chilena se llenó de gloria a través del oficial de Ejército, el angolino Alberto Larraguibel Morales. El insigne capitán se había formado como saltador a caballo, en los jardines de salto del regimiento Húsares Montados de Angol y era partícipe de cuanto torneo ecuestre se realizaba en regimientos de todo el país. Luego de montar a renombrados caballos, "Faithfull" fue el que lo llevaría a la gloria. El ejemplar se complementó a la perfección con el avezado jinete con quien logró sonada victorias y record, ya que disputó -con otro oficial de ejército- en su mismo nivel. Luis Riquelme en los record de Chile y en salto en toda Sudamérica, en su mismo nivel, intercambiándose las marcas, hasta llegar a ser monarcas sudamericanos de la misma marca en altura a caballo, considerándose que estaban en condiciones de intentar batir el récord mundial, el cual se encontraba en manos de un oficial del ejército italiano y por largo tiempo. Preparativos Se iniciaron los preparativos por cuenta de la Federación Ecuestre de Chile y del Ejército. El nombre del caballo de Larraguibel, "Faithfull" fue cambiado a "Huaso" y quedó como único postulante al record mundial del hoy extinto regimiento "Coraceros" de Viña del Mar. El día llegó, era un 5 de febrero del año 1945. La cita concitó el interés no solo de las autoridades de la citada federación, sino además público de toda América y de Chile, es más, asistió también el propio Presidente de la República de la época Gabriel González Videla, ministros de Estado, autoridades militares, invitados especiales y público en general. El ambiente era de gran expectación. Según crónicas de la época el "salto" o barrera que Larraguibel intentaría superar, era inmenso y causaba temor de lo imposible. "Huaso" entró al patio de saltos traído por su cuidador -el cabo González quien lo cuidaba en todo momento- quien luego de acariciarlo, hablarle y tranquilizarlo lo entregó en manos de su capitán para que lo montase. El jinete subió con suavidad a la montura y dio un corto paseo deteniéndose con su animal ante el inmenso obstáculo, hablándole con voz pausada y estimulante. Volvieron al punto de partida que tenía previsto para iniciar la jornada, iniciando así, el camino a la gloria. Fue así como al galope llegó al máximo y la concurrencia vio elevarse al caballo junto a su jinete hacia el cielo, sobrepasando la barrera de tres varas e iniciar la bajada a tierra para caer resistiendo el enorme peso y la gravedad, todo en medio del griterío de la multitud. Se había vencido el inmenso obstáculo de 2.47 metros de altura, récord vigente e insuperado hasta hoy. De eso han pasado sesenta años a la fecha. Larraguibel en Victoria Luego de su hazaña, homenajes, agasajos y felicitaciones, el récord mundial retornó a su regimiento Húsares y la Municipalidad de Victoria le cursó una invitación especial al jinete, para ofrecerle un banquete de homenaje. Por tanto, Larraguibel llegó a principios de septiembre a esta ciudad justo el mismo año de la comentada hazaña. El capitán fue esperado por una multitud en la Estación de Ferrocarriles de Victoria, entre ellos "nosotros", los estudiantes normalistas de la época. El insigne militar lucía sencillo, tranquilo, como un verdadero héroe del deporte. La gran banda del regimiento "Miraflores" de Traiguén solemnizó la bienvenida. "Yo llevaba la revista Zig-Zag en una mano y mi pluma marca Fuente en la otra; me acerqué alcanzándole la página abierta de la revista en donde aparecía la gloriosa foto del "salto inmortal" para recibir su autógrafo". El saltador al verme, no dudó en estirar su mano entre el gentío y estampó su firma. Sinuosa escritura y me la devolvió con una leve sonrisa. Lo recuerdo como si hubiese sido hoy". Luego la comitiva oficial, a los sones de la banda del "Miraflores" -hoy desaparecido regimiento de Traiguén- encabezó la salida hacia el club social de Victoria en donde se les ofreció un almuerzo de gala. Es válido recordar que durante todo el trayecto realizado, el público no paró de aplaudir al gran capitán Alberto Larraguibel. ¿Acaso aún conservo la revista autografiada? La respuesta es no. Alguien la tomó de mi estante en la Escuela Normal de Victoria y nunca más supe de ella hasta hoy, a mis 80 años. Héctor González Moren más informacion, pincha aquí |
Fuente:lasnoticiasdevictoria.cl/
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Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
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