Bildunterschrift: Helene Wessel, una de las "madres de la Ley Fundamental".Vivir y trabajar sin miedo
El lugar elegido para la celebración de las sesiones de la asamblea constituyente fue Bonn: en pleno corazón de la zona británica, a la ciudad renana se accedía fácilmente desde los restantes territorios.
Los trabajos para acomodar a los políticos en la que se convertiría en la capital de la RFA durante los años sucesivos se libraron a contrarreloj. Mientras se hacía sitio para los comisarios, los empleados del Museo del Rey (Museum König) metían a toda prisa jirafas de cuatro metros y medio de altura en cajas de madera: allí donde hasta hacía poco se habían expuesto elefantes indios, monos y otros animales disecados, iba a decidirse el devenir de Alemania.
En aquel curioso ambiente y bajo la presidencia del conservador Konrad Adenauer, quien después sería nombrado primer canciller de la RFA, se reunieron los miembros de la asamblea y elaboraron una Ley Fundamental cuya labor era la de ser constitución, pero sólo temporalmente. Pese a su carácter provisional, el texto legislativo debía sustentarse en los pilares de la democracia, la libertad y el respeto de los derechos humanos.
Ya en la sesión de apertura, el 1 de septiembre de 1948, el primer ministro de Renania del Norte-Westfalia, Karl Arnold, apeló en su un discurso a la conciencia de los presentes. "Cada vez que incluyan una palabra en la Ley Fundamental", dijo Arnold, "piensen que ésta tiene que ser una Carta para la vida pública alemana y que ha de darle a todos los individuos la certeza y la absoluta garantía de que sus inalienables derechos serán respetados y protegidos con todos los medios de los que dispone el Estado, y que pueden vivir y trabajar sin miedos ni temores".
Un día triste en la historia de Alemania
Bildunterschrift: Großansicht des Bildes mit der Bildunterschrift: Konrad Adenauer, presidente de la asamblea contituyente, ratifica la Ley Fundamental.No todos los derechos humanos fueron defendidos con la misma contundencia que pedía Arnold para el ciudadano que vive y trabaja. La igualdad entre hombres y mujeres, por ejemplo, tuvo que abrirse paso entre el escepticismo y las objeciones de muchos comisarios masculinos. Sin embargo, encontró su espacio en el documento gracias a las "madres de la Ley Fundamental", féminas como la centrista Helene Wessel, la democratacristiana Helene Weber y las socialdemócratas Friederike Nadig y Elisabeth Selbert, que se impusieron a las reticencias de sus colegas.
Finalmente, discutida cada una de sus palabras, la constitución provisional fue sometida a votación el 8 de mayo de 1949. Con voz firme, Konrad Adenauer anunció el resultado: 53 votos a favor y 12 en contra daban a la Ley Fundamental el aprobado. Después de recibir el visto bueno de los parlamentos regionales, con excepción del bávaro, y de los representantes de los vencedores occidentales, el 23 de mayo pudo entrar en vigor, lo que no evitó que los gobernantes militares mantuvieran la ocupación y se opusieran a que el Berlín occidental fuera el Estado federal número 12.
El 23 de mayo de 1949 no fue un día alegre en Alemania. Una parte del país disponía de una nueva constitución, pero firmaba al mismo tiempo su segregación de la otra mitad.
Temporalmente para siempre
Bildunterschrift: Großansicht des Bildes mit der Bildunterschrift: Hoy, la Ley Fundamental celebra sus 60 años.Según los expertos, la Ley Fundamental sigue conteniendo a día de hoy todo lo que una legislación de estas características necesita. El adjetivo de provisional que se le dio hace 60 años tenía mero carácter simbólico. Tras la caída del Muro de Berlín en 1989 y la reunificación de Alemania, se discutió si había llegado el momento de que recibiera el nombre de constitución, pero los ciudadanos no consideraron que fuera necesario.
La relación de los alemanes con su Ley Fundamental es buena, opina Christoph Möllers, profesor de derecho público en la Universidad de Göttingen. Y además, asegura, es un ejemplo para muchos otros Estados que se enfrentan o se han enfrentado al paso de una dictadura a una democracia. Según Möllers, el documento alemán es una de las constituciones más influyentes del mundo.
Autora: Birgit Becker
Editora: Claudia Herrera Pahl