Otro humo, otra vez | |||||
El cielo de la capital argentina volvió a teñirse de gris este jueves, pero no porque se reiniciaran los incendios que llenaron a Buenos Aires de humo hace apenas unas semanas. Esta vez el culpable es el volcán Chaitén, en Chile. El viernes pasado el volcán, ubicado a unos 1.200 kilómetros al sur de la capital chilena, Santiago, entró en erupción, generando la evacuación de los pueblos más cercanos, Chaitén y Futaleufú. Las cenizas y los gases expedidos por la erupción cruzaron la frontera a Argentina, donde afectaron a la vecina provincia sureña de Chubut. La reactivación del volcán esta semana generó una nube de cenizas aún mayor, que, en complicidad con la dirección del viento, llevó los efectos de la erupción hasta las provincias patagónicas de La Pampa, Río Negro y Neuquen, llegando hasta el sur de Buenos Aires. Este jueves el Servicio Meteorológico Nacional de Argentina (SMN), confirmó que la nube de cenizas alcanzó la capital federal del país, aunque aclaró que no se prevé que cause problemas similares a la anterior humareda. ¿Déjà vu?
Y es que a diferencia de la vez pasada -cuando la humareda podía olerse hasta adentro de las casas, y llegó a afectar gravemente la visibilidad- esta nueva nube está ubicada a 3.500 metros de altura sobre la atmósfera. Así lo indican voceros del SMN, quienes afirmaron además que la presencia del humo no está reduciendo la visibilidad en el tránsito terrestre, aunque sí puede generar complicaciones en el tránsito aéreo. Expertos en salud advierten, por su parte, que la nube de cenizas podría volver a generar molestias en los ojos y la garganta. La mayoría señala que la nube no es tóxica, aunque -como en el caso del humo- hay quienes disienten sobre la gravedad de la situación. De victimario a víctima Los problemas que padece en estos momentos Argentina, como consecuencia del volcán en Chile, no distan mucho de los que acaba de vivir otro vecino de la región: Uruguay. Y es que los habitantes de algunas de las principales ciudades uruguayas, incluyendo la capital, Montevideo, debieron soportar varios días de cielo gris, olor a quemado y problemas de visibilidad, luego de que el viento llevara hasta allí el humo generado en la vecina Argentina. El efecto en tierras uruguayas de los incendios de pastizales en el delta del Paraná, llevó incluso a un pedido de explicaciones por parte de la cancillería uruguaya a su vecino occidental. En el caso del volcán, las autoridades argentinas han llevado a cabo reuniones con sus colegas chilenos, para coordinar los trabajos de asistencia, que incluyen la ayuda a los ciudadanos chilenos que se desplazaron hasta Argentina, para huir de la erupción. La extensión de la actividad del Chaitén permanece una incógnita, por lo que se desconoce por cuánto tiempo y cuán graves serán sus efectos. |
Saludos
Rodrigo González Fernández
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
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