El presidente Bush habla sobre la guerra contra el terrorismo
(Destaca el quinto aniversario de la operación Libertad para Iraq y una
mayor seguridad) (3483)
"Este día, en el 2003, Estados Unidos empezó la Operación Libertad Iraquí.
A medida que la campaña se desenvolvía, decenas y miles de nuestros
soldados atravesaban la frontera iraquí para liberar al pueblo de Iraq y
expulsar al régimen que amenazaba a las naciones libres. Después de cinco
años en esta batalla, es comprensible que haya debate acerca de si vale la
pena librar esta guerra, si vale la pena ganar esta guerra y si podemos
ganarla. Para mí, las respuestas son claras: Expulsar a Sadam Husein del
poder fue la decisión correcta, y ésta es una guerra que Estados Unidos
puede y debe ganar", dijo el presidente en unas palabras pronunciadas en el
Pentágono el 19 de marzo con motivo de la conmemoración del quinto
aniversario de la guerra en Iraq.
A continuación una traducción de las palabras del presidente tal como fue
publicada en español por la Casa Blanca:
(comienza el texto)
LA CASA BLANCA
Para su publicación inmediata
Oficina del Secretario de Prensa
19 de marzo de 2008
Declaraciones del Presidente Sobre la Guerra Contra el Terrorismo
El Pentágono
10:04 A.M. EDT
EL PRESIDENTE: Gracias a todos. Subsecretario England, gracias por la
presentación. Un jefe no está presente pero el otro sí. (Risas.) Le
agradezco sus amables palabras. Me complace estar de regreso con los
hombres y mujeres del Departamento de Defensa.
Este día, en el 2003, Estados Unidos empezó la Operación Libertad Iraquí. A
medida que la campaña se desenvolvía, decenas y miles de nuestros soldados
atravesaban la frontera iraquí para liberar al pueblo de Iraq y expulsar al
régimen que amenazaba a las naciones libres.
Después de cinco años en esta batalla, es comprensible que haya debate
acerca de si vale la pena librar esta guerra, si vale la pena ganar esta
guerra y si podemos ganarla. Para mí, las respuestas son claras: Expulsar a
Sadam Husein del poder fue la decisión correcta, y ésta es una guerra que
Estados Unidos puede y debe ganar.
Los hombres y mujeres que ingresaron a Iraq hace cinco años depusieron a un
tirano, liberaron a un país, rescataron a millones de personas de horrores
indescriptibles. Algunos de esos soldados nos acompañan hoy y deben saber
que el pueblo estadounidense está orgulloso de sus logros. y también lo
está el Comandante en Jefe. (Aplausos.)
Les agradezco al almirante Mullen y a los jefes del Comando Conjunto que
están aquí. Gracias por venir. El secretario Donald Winter de la Marina. El
subsecretario de Estado John Negroponte nos acompaña. El almirante Thad
Allen del Servicio de Guardacostas está aquí. El embajador de Iraq está
aquí. Señor embajador, nos enorgullece su presencia. Soldados, marinos,
infantes de Marina, aviadores y costeros, guardacostas, gracias por venir,
gracias por vestir el uniforme. Los hombres y mujeres del Departamento de
Estados también están aquí.
La Operación Libertad Iraquí fue una impresionante muestra de eficiencia
militar. Tropas del Reino Unido, Australia, Polonia y otros aliados se
unieron a nuestras tropas al inicio de operaciones. A medida que avanzaban,
nuestras tropas bregaron con tormentas de arena tan intensas que el cielo
diurno se oscurecía totalmente. Nuestras tropas lucharon en combates
desiguales con los fedayines de Sadam, escuadrones de la muerte a las
órdenes de Sadam Husein que no obedecían las reglas de la guerra ni los
dictados de su conciencia. Estos escuadrones de la muerte se escondían en
escuelas, se escondían en hospitales, esperando atraer fuego hacia civiles
iraquíes. Usaban mujeres y niños como escudos humanos. No los detenía nada
en sus esfuerzos por impedir que tuviéramos éxito. pero no pudieron detener
el avance de la coalición.
Las fuerzas de la coalición, ayudadas por la campaña aérea más eficaz y
precisa de la historia, atravesaron velozmente 350 millas de territorio
enemigo, destruyeron divisiones de la Guardia Republicana, llegaron al paso
de Karbala, tomaron el Aeropuerto Internacional de Sadam y liberaron Bagdad
en menos de un mes.
En el camino, nuestras tropas escribieron nuevos capítulos en la historia
del heroísmo militar estadounidense. Durante esas primeras semanas de
combate, el sargento primero del Ejército Paul Ray Smith y sus tropas
fueron atacados sorpresivamente por unos 100 elementos de la Guardia
Republicana. El sargento Smith reunió a sus hombres y, antes de caer
mortalmente herido, encabezó un contraataque en el que murieron 50 soldados
enemigos. Sus acciones les salvaron la vida a más de 100 soldados
estadounidenses. Por ello se le concedió la Medalla de Honor.
Hoy, a raíz de los desafíos que hemos enfrentado en Iraq, algunos miran
atrás y dicen que este periodo fue la parte fácil de la guerra. Pero no
hubo nada fácil al respecto. La liberación de Iraq requirió increíble
destreza e impresionante valentía. Y la velocidad, precisión y brillante
ejecución de la campaña será estudiada por los historiadores militares en
los años venideros.
Lo que nuestras tropas encontraron en Iraq, después de expulsar del poder a
Sadam, era pavoroso. Descubrieron prisiones para niños, cámaras de tortura,
salas de violación donde las mujeres iraquíes eran violadas frente a su
familia. Encontraron videos que mostraban a los matones del régimen
mutilando a iraquíes considerados desleales a Sadam. Y a lo largo de la
campiña iraquí, encontraron fosas comunes de miles ejecutados por el
régimen.
Porque actuamos, Sadam Husein ya no llena los campos con los restos de
hombres, mujeres y niños inocentes. Porque actuamos, las cámaras de tortura
y salas de violación y prisiones para niños que tenía Sadam han sido
clausuradas para siempre. Porque actuamos, el régimen de Sadam ya no invade
a sus vecinos ni los ataca con armas químicas y misiles balísticos. Porque
actuamos, el régimen de Sadam ya no paga a los familiares de los atacantes
suicidas en Tierra Santa. Porque actuamos, el régimen de Sadam ya no les
dispara a los aviones británicos y estadounidenses que patrullaban las
zonas de prohibición de vuelos, ni se opone abiertamente a la voluntad de
las Naciones Unidas. Porque actuamos, el mundo es mejor, y Estados Unidos
de Norteamérica está más seguro. (Aplausos.)
Cuando destituimos al régimen iraquí, éste no depuso las armas ni se
rindió. En lugar de eso, los elementos del antiguo régimen se sacaron los
uniformes y se internaron en la campiña para luchar contra el surgimiento
de un Iraq libre. Y luego se les unieron terroristas extranjeros que
deseaban detener el avance de la libertad en el Oriente Medio y deseaban
establecer refugios desde donde planear nuevos ataques contra países al
otro lado del mundo.
La batalla en Iraq ha sido más larga, más difícil y más costosa de lo que
habíamos previsto. pero es una lucha que debemos ganar. Por eso, nuestras
tropas se han enfrentado a estos enemigos con valentía y determinación. Y
mientras luchaban contra los terroristas y extremistas en Iraq, han ayudado
al pueblo iraquí a recuperar su país y han ayudado a la joven democracia a
levantarse de los escombros de la tiranía de Sadam Husein.
En los últimos cinco años, hemos visto momentos triunfales y momentos
trágicos. Vimos con admiración cómo 12 millones de iraquíes desafiaban a
los terroristas y acudían a las urnas y elegían a sus líderes en elecciones
libres. Vimos con horror cómo Al Qaida decapitaba cautivos inocentes y
enviaba atacantes suicidas a provocar explosiones en mercados y mezquitas.
Estas acciones muestran el carácter brutal del enemigo en Iraq. Y nos
sirven como sombrío recordatorio: Los terroristas que asesinan a inocentes
en las calles de Bagdad quieren asesinar a inocentes en las calles de
Estados Unidos. Derrotar a este enemigo en Iraq hará que sea menos probable
que enfrentemos a este enemigo aquí en nuestro país.
Hace poco más de un año, la lucha en Iraq estaba flaqueando. Los elementos
extremistas estaban teniendo éxito en sus esfuerzos por empujar a Iraq al
caos. Habían establecido refugios en muchas regiones del país. Estaban
creando divisiones sectarias entre los iraquíes. Y su estrategia de usar la
violencia en Iraq para provocar divisiones en Estados Unidos estaba
funcionando. y la presión en Washington para que nos retiráramos antes de
terminar la labor era cada vez mayor.
Mi gobierno comprendía que Estados Unidos no podía retirarse porque se
enfrentaba al terrorismo. Y sabíamos que si no actuábamos, la violencia que
había estado consumiendo a Iraq empeoraría, se esparciría y finalmente
podía llegar a niveles de genocidio. Bagdad habría podido desintegrarse en
un frenesí de matanzas, e Iraq habría podido caer en una guerra sectaria
total.
Así que reformulamos la estrategia y cambiamos de curso en Iraq. Enviamos
refuerzos al país en un cambio drástico de política que ahora se conoce
como "el aumento". El general David Petraeus asumió el mando con una nueva
misión: Trabajar con las fuerzas iraquíes para proteger al pueblo iraquí,
presionar [sic] al enemigo a sus baluartes y negarles santuario a los
terroristas en todo el país. Y eso es precisamente lo que hemos hecho.
En Anbar, líderes de tribus suníes se cansaron de la brutalidad de Al Qaida
y empezaron un levantamiento popular llamado "el despertar de Anbar". Para
aprovechar la oportunidad, enviamos a 4,000 infantes de Marina adicionales
a ayudar a estos valientes iraquíes a sacar a Al Qaida de la provincia. Ya
que este esfuerzo tuvo éxito, inspiró a otros iraquíes a participar en la
lucha. Pronto, empezaron a surgir levantamientos similares en todo el país.
Hoy en día, hay más de 90,000 ciudadanos locales preocupados que protegen a
sus comunidades de los terroristas, insurgentes y extremistas. El gobierno
de Bagdad se ha pronunciado con su propio aumento de tropas: desde el año
pasado tienen 100,000 nuevos soldados y policías iraquíes. Estas tropas
iraquíes han combatido valientemente, y miles han dado la vida en esta
lucha.
Juntas, estas tropas estadounidenses e iraquíes han expulsado a los
terroristas de muchos de los santuarios que alguna vez tuvieron. Ahora los
terroristas se han congregado en la ciudad de Mosul al norte de Iraq y sus
alrededores. y las tropas iraquíes y estadounidenses los persiguen
incansablemente. En las próximas semanas habrá luchas reñidas en Mosul y
zonas al norte de Iraq. Pero no me cabe la menor duda de que, gracias a la
valentía de nuestros soldados y la valentía de los iraquíes, los
terroristas de Al Qaida en esa región sufrirán el mismo destino que Al
Qaida sufrió en otras partes de Iraq.
De la misma manera que hemos luchado contra Al Qaida, las tropas iraquíes y
de la coalición también han combatido a los grupos extremistas chiítas,
muchos de ellos respaldados y financiados y dotados de armas por Irán. Hace
un año estos grupos iban en aumento. Ahora están cada vez más aislados, e
iraquíes de todos los credos están arriesgando la vida para evitar que
estos extremistas se apoderen de su joven democracia.
Para asegurar que al progreso militar en Iraq le sigan rápidamente mejoras
reales en la vida cotidiana, hemos aumentado al doble el número de equipos
de reconstrucción provincial en Iraq. Estos equipos de expertos civiles
están prestando servicios en todas. las 18 provincias de Iraq, y están
ayudando a afianzar a líderes responsables y propiciar el crecimiento de
las economías locales y unir a los iraquíes para que la reconciliación se
dé desde la base. Son muy eficaces. Están ayudando a que los iraquíes
comunes y corrientes se sientan seguros de que al rechazar a los
extremistas y reconciliarse, podrán ocupar su lugar en un Iraq libre. y
forjar una vida mejor para sus familias.
Aún queda mucho trabajo arduo por hacer en Iraq. Los logros que hemos
alcanzado son frágiles y reversibles. Pero en este aniversario, el pueblo
estadounidense debe saber que desde que se inició el aumento de tropas, el
nivel de violencia ha disminuido significativamente, hay menos muertes
civiles, hay menos matanzas sectarias, hay menos ataques contra las tropas
estadounidenses. Hemos capturado o eliminado a miles de extremistas en
Iraq, entre ellos cientos de líderes y agentes clave de Al Qaida. Nuestros
hombres y mujeres de uniforme están actuando con el característico honor y
valentía. El aumento de tropas está surtiendo efecto. Y gracias a nuestro
éxito en Iraq, hemos comenzado a traer a algunos de nuestros soldados a
casa.
El aumento de tropas ha hecho más que revertir la situación en Iraq: ha
dado paso a una importante victoria estratégica en la guerra más extensa
contra el terrorismo. Para los terroristas, se suponía que Iraq iba a ser
el lugar donde Al Qaida concentraría a las masas árabes para expulsar a
Estados Unidos. En vez, Iraq se ha convertido en un lugar donde los árabes
se unieron a los estadounidenses para expulsar a Al Qaida. En Iraq, estamos
presenciando el primer levantamiento árabe en gran escala contra Osama bin
Laden, su funesta ideología y su red asesina. Y no se puede dejar de
recalcar la importancia de este suceso.
El movimiento terrorista se alimenta de un sentido de inevitabilidad y
afirma ser producto de fuerzas históricas incontenibles. Los logros del
aumento de tropas en Iraq están demostrando que se trata de un mito y
desacreditando a los extremistas. Cuando las tropas iraquíes y
estadounidenses concluyan la labor, los efectos repercutirán mucho más allá
de las fronteras de Iraq. Osama bin Laden dijo alguna vez: "Cuando la gente
ve un caballo fuerte y un caballo débil, por naturaleza le gusta el caballo
fuerte". Al vencer a Al Qaida en Iraq, le mostraremos al mundo que Al Qaida
es el caballo débil. (Aplausos.) Les mostraremos que los hombres y mujeres
amantes de la libertad pueden vencer a los terroristas. Y les mostraremos
que el futuro del Oriente Medio no le pertenece al terrorismo; el futuro
del Oriente Medio le pertenece a la libertad.
El desafío que tenemos por delante es consolidar los logros que hemos
alcanzado y sellar la derrota de los extremistas. La experiencia nos ha
enseñado a golpes lo que sucede cuando retiramos nuestras fuerzas demasiado
rápido: los terroristas y extremistas regresan, aprovechan los vacíos,
establecen refugios y los usan para propagar el caos y las matanzas. El
general Petraeus ha advertido que una reducción demasiado rápida podría
resultar en un desmoronamiento. en el que Al Qaida e insurgentes y los
extremistas de las milicias recuperarían terreno perdido y la violencia
escalaría.
Damas y caballeros de las Fuerzas Armadas: Tras haber llegado tan lejos y
haber logrado tanto, no vamos a permitir que eso suceda.
El mes entrante, el general Petraeus y el embajador Crocker vendrán a
Washington para prestar testimonio ante el Congreso. Esperaré sus
recomendaciones antes de tomar decisiones sobre nuestros niveles de tropas
en Iraq. Cualquier reducción adicional se basará en las condiciones en el
terreno y las recomendaciones de nuestros comandantes. y no debe poner en
peligro los logros que con tanto esfuerzo han alcanzado nuestros soldados y
civiles durante el último año.
Los éxitos que estamos viendo en Iraq son innegables. sin embargo, hay
algunos en Washington que aún proponen la retirada. Los críticos de la
guerra ya no pueden argumentar convincentemente que estamos perdiendo en
Iraq. por lo que ahora argumentan que la guerra cuesta demasiado. En meses
recientes hemos escuchado cálculos exagerados de los costos de esta guerra.
Nadie argumentaría que esta guerra no ha tenido un alto costo en vidas y
recursos. pero estos costos son necesarios cuando se toma en cuenta el
costo de una victoria estratégica para nuestros enemigos en Iraq.
Si permitiésemos que nuestros enemigos prevalecieran en Iraq, la violencia
que ahora está en declive se aceleraría. e Iraq caería en el caos. Al Qaida
recuperaría sus santuarios perdidos y establecería nuevos. fomentaría
violencia y terrorismo que se propagarían más allá de las fronteras de
Iraq, con serias consecuencias para la economía mundial.
De tal caos en Iraq, el movimiento terrorista surgiría envalentonado. con
nuevos reclutas, nuevos recursos y una determinación aun mayor de dominar
la región y hacerle daño a Estados Unidos. Un Al Qaida envalentonado con
acceso a los recursos petrolíferos de Iraq podría ir en pos de sus
ambiciones de adquirir armas de destrucción masiva para atacar a Estados
Unidos y otras naciones libres. Irán se envalentonaría también. con una
determinación renovada para desarrollar armas nucleares e imponer su tipo
de hegemonía en todo el Oriente Medio. Nuestros enemigos verían a un
Estados Unidos. verían un fracaso estadounidense en Iraq como prueba de
debilidad y falta de determinación.
Permitir que esto suceda sería ignorar las lecciones del 11 de septiembre y
aumentar las probabilidades de que Estados Unidos sufra otro ataque como el
que experimentamos ese día. un día en que 19 hombres armados con cuchillas
mataron a casi 3,000 personas en nuestro. en nuestro territorio; un día
cuyas secuelas fueron que más de un millón de estadounidenses perdieron el
trabajo, perdieron sus empleos. Los terroristas pretenden causarle daños
aun mayores a nuestro país. Y no tenemos responsabilidad mayor que vencer a
nuestros enemigos en todo el mundo para que no puedan llevar a cabo otro
ataque así.
Mientras nuestra coalición lucha contra el enemigo en Iraq, hemos
permanecido a la ofensiva en otros frentes de la guerra contra el
terrorismo. Pocas semanas antes de iniciar la Operación Libertad Iraquí,
las tropas estadounidenses capturaron a Khalid Sheikh Mohammed, el cerebro
detrás de los atentados terroristas del 11 de septiembre; lo detuvimos en
Pakistán. Casi al mismo tiempo de iniciar la Operación Libertad Iraquí, las
fuerzas de la coalición, a miles de. cientos de millas lanzaron un ataque
contra los terroristas en las montañas del sur de Afganistán en una
operación denominada Operación Ataque Valiente.
Durante toda la guerra contra el terrorismo, hemos llevado al enemigo.
hemos luchado contra el enemigo en cada uno de los frentes de batalla. Y,
entonces, mientras continúe el peligro terrorista, Estados Unidos de
Norteamérica continuará luchando contra el enemigo dondequiera que se
manifieste. (Aplausos.) Permaneceremos a la ofensiva.
Pero a largo plazo, vencer a los terroristas requiere de una alternativa a
su ideología asesina. Y allí tenemos otra ventaja: tenemos una ventaja
única con nuestros militares cuando se trata de encontrar a los terroristas
y llevarlos ante la justicia. Y tenemos otra ventaja en nuestra firme
convicción en el poder transformador de la libertad.
Entonces, estamos ayudando al pueblo iraquí a establecer una democracia en
el corazón del Oriente Medio. Un Iraq libre combatirá a los terroristas en
vez de protegerlos. Un Iraq libre será un ejemplo para otros del poder de
la libertad para cambiar sociedades y reemplazar la desesperanza con
esperanza. Al propagar la esperanza de la libertad en el Oriente Medio,
ayudaremos a las sociedades libres a echar raíces. y cuando lo hagan, la
libertad producirá la paz que todos deseamos.
Nuestros soldados en el frente comprenden lo que está en juego. Saben que
la misión en Iraq ha sido difícil y ha puesto a prueba a nuestra nación.
porque son ellos los que han sobrellevado gran parte de la carga. Todos son
voluntarios que se han ofrecido para defender a Estados Unidos en tiempos
de peligro. y algunos de ellos han hecho un gran esfuerzo por
reincorporarse a la lucha.
Uno de esos valientes estadounidenses es un sargento de artillería de la
Infantería de Marina llamado William "Spanky" Gibson. En mayo del 2006 en
Ramadi, una bala de un francotirador terrorista le desgarró la rodilla
izquierda. Luego los médicos le amputaron la pierna. Tras meses de difícil
rehabilitación, Spanky no sólo estaba caminando. estaba entrenando para
triatlones.
El año pasado, en el evento de natación "Escape from Alcatraz" cerca de San
Francisco, conoció al general de la Infantería de Marina James Mattis,
quien le preguntó si podía hacer algo por él. Spanky tenía una sola
petición: Pidió ser movilizado nuevamente a Iraq. Hoy en día sirve en
Faluya. la primera persona con amputación total de una pierna en regresar
al frente. Dice lo siguiente sobre su decisión de regresar: Los iraquíes se
encuentran donde nosotros nos encontrábamos hace 232 años como nación.
Ahora están iniciando una nueva nación, y ésa es una de las razones
principales para regresar allá. Quería decirle al pueblo de este país que
he regresado a ayudar en lo que pueda.
Cuando estadounidenses como Spanky Gibson sirven de nuestro lado, el
enemigo en Iraq no tiene posibilidad alguna. Les estamos agradecidos a
todos los valientes hombres y mujeres de nuestras fuerzas armadas que han
prestado servicios en aras de la libertad. Ustedes han realizado una
difícil labor, lejos de casa y de sus seres queridos. Les damos las gracias
a todas nuestras familias militares que los aman y los han apoyado en esta
misión.
Apreciamos a los nobles civiles de muchos departamentos que prestan
servicios a su lado. Muchos de ustedes prestaron servicios en Iraq y
Afganistán. y algunos han estado en estos frentes varias veces. Nunca
olvidarán a las personas que lucharon de su lado. Siempre recordarán a los
compañeros que prestaron servicios con ustedes en la lucha [pero] no
retornaron a casa. Estados Unidos también los recuerda. Más de 4,400
hombres y mujeres han perdido la vida en la guerra contra el terrorismo.
Oramos por sus familias. Siempre honraremos su recuerdo.
La mejor manera que tenemos de honrarlos es asegurándonos de que su
sacrificio no haya sido en vano. Esta noche se cumplen cinco años desde que
le prometí al pueblo estadounidense que en la lucha que teníamos por
delante no aceptaríamos "desenlace alguno que no fuese la victoria". Hoy,
ante hombres y mujeres que ayudaron a liberar a una nación, reafirmo ese
compromiso. La batalla en Iraq es noble, es necesaria y es justa. Y con su
valentía, la batalla en Iraq será coronada con la victoria. Que Dios los
bendiga. (Aplausos.)
END 10:30 A.M. EDT
(termina el texto)
(Distribuido por la Oficina de Programas de Información Internacional del
Departamento de Estado de Estados Unidos. Sitio en la Web:
http://usinfo.state.gov/esp)