En su oficina de Providencia, el ex subsecretario del Interior de Lagos analiza la peor crisis del Partido Demócrata Cristiano que le ha tocado vivir "desde la elección de 1987 entre Aylwin, Frei y Valdés, porque para lo del MAPU era muy chico". Luego de que la mesa que él integra decidiera el lunes pasado pedir la cabeza del senador Adolfo Zaldívar, el contraataque del colorín fue sin escatimar artillería verbal. Y Burgos, en vez de poner paños fríos, habló incluso de llegar a los tribunales.
-¿Amenazó en serio querellarse contra Zaldívar o sólo es parte de la escalada de declaraciones?
-No lo descarto si continúa con ese tipo de imputaciones y calumnias. Es cierto que en la política se dicen cosas más duras que en la cotidianidad y uno tiene cuero duro, ¡pero acusar a un grupo de personas de ser miembros de una asociación ilícita! La asociación ilícita es un delito, y además que lo estaríamos haciendo para estar coludidos con la corrupción. Le pregunté a un importante amigo abogado y dije: "Voy a ser yo quien judicialice esto". Pero no lo ha vuelto a decir, ha estado dando explicaciones, "que no quiso decir lo que dijo".
-Pero él no se ha desdicho, sino su entorno.
-El entorno cercano ha dicho que dijo otra cosa. En un momento de mucha molestia me conseguí el audio de la entrevista en la Radio Bío-Bío, y dijo lo que dijo, no vengan con cuentos. Habló primero de la asociación ilícita del partido transversal, del que somos parte, según él; entonces, ya hay injuria. Acto seguido dijo que esta era una directiva corrupta, y espero que no lo siga diciendo.
-A propósito, usted señaló que, a diferencia de Zaldívar, no tenía dónde caerse muerto.
-Obviamente, eso creo.
-¿Quiere poner el tema de cómo se financian los políticos de tiempo completo con casa en San Damián?
-No. No soy tan pequeño para eso. Lo que quise decir es que lo más importante que tengo en mi vida es la honra, porque desde el punto de vista económico soy un profesional común y corriente, como buena parte de los profesionales de este país. Estuve en lo privado y ahora estoy en lo público, tengo un departamento en Santiago y otro en la playa, tengo más de lo que tiene la inmensa mayoría de los chilenos, pero, desde el punto de vista patrimonial, valgo igual a cero. En todo caso, ahí tengo una ventaja: mi declaración de patrimonio es pública desde antes de que fuera obligatorio.
-Pero nadie ha recordado que Adolfo también tenía acciones en las pesqueras cuando él y Andrés Zaldívar votaron a favor de la Ley de Pesca. Había un abierto conflicto de intereses, y la ley que se aprobó no favorecía precisamente a las pequeñas y medianas empresas.
-No sé cuáles serían sus razones.
-Se lo pregunto porque hoy Adolfo Zaldívar habla a favor de la pequeña y mediana empresa.
-No quiero personalizar una pelea.
-Esto no es personal, es un tema de interés público.
-Lo único que puedo decir es que en una situación así me hubiera abstenido; allá él con sus razones. En el momento que estamos debería optar por poner el dedo en ese tipo de cosas, pero no es mi forma de ser.
-Ya se habla de un nombre de consenso para la presidencia del PDC. ¿A río revuelto ganancia de Frei?
-El tema central es resolver esta crisis, quien gane es un tema secundario, con el apellido que quieras: Alvear, Frei, Ravinet. Lo que estamos mirando los militantes comunes y corrientes es que el partido salga fortalecido. Si alguien tiene un beneficio respecto de eso es secundario.
-¿Es posible que emerja la necesidad de una figura de consenso, entonces?
-Este no es un problema de que falte consenso en el partido, es una crisis producto de que hay un señor con un liderazgo interno, que fue presidente del partido y que tomó la decisión de hacer ingobernable al PDC. No es un problema entre Alvear y Zaldívar, es una pelea de supervivencia. Si nos manteníamos en esta situación iba a estallar. Hoy día, mucha gente dice: "¿No habrá sido muy exagerado, por qué resolver las crisis así?". Pero esa misma gente nos decía: "Ustedes no tienen ninguna posibilidad si no resuelven este problema".
-¿Por qué es tan profundo el asunto?
-Es profundo porque se trata de un liderazgo interno que no respeta las decisiones al interior del partido. Y su discurso es "se acabó esta coalición, ya no da para más; si el Gobierno no rectifica, nos vamos; si el Gobierno no me pone nuevamente tres intendentes que me sacó, nos vamos".
-El asunto puede alterar todo el cuadro político. Algunos en la derecha hasta se ofrecieron para ir a declarar al tribunal a favor de Zaldívar.
-Este partido será muy criticable, pero es el único en Chile que cada dos años renueva su directiva con gran participación y con un esquema un hombre un voto. La derecha habló del Tribunal de la Inquisición y entiendo que traten de sacar ventaja, a ellos les viene bien que un grupito de la DC termine al otro lado. Pero me gustaría ver qué pasa si un senador o diputado de la UDI llega con una decisión contraria al partido y firma un acuerdo con la Concertación, a ver si hablarían de inquisición y estalinismo. Uno de los más honestos ha sido Sebastián Piñera, porque se ha mantenido callado. Lo comparo con lo que ha dicho Alberto Espina en su propio partido y creo que Piñera es mejor ser humano que varios.
-Lavín tampoco ha estado muy metido.
-También salió al principio. Lavín se disfraza, no le creo mucho.
-¿Usted no es de los hinchas de Lavín en la Concertación?
-No. Lavín tiene un discurso destructor de los partidos políticos y cuando se destruyen los partidos surgen los populismos, como cuando una persona dice que si el plebiscito del 88 fuera ahora, votaría no.
-¿Encuentra frívolo a Lavín?
-En política, sí; pero estoy de acuerdo que los partidos y la política requieren una reingeniería, porque cada vez las personas se sienten más lejanas. Sin embargo, eso no pasa por destruir los partidos como lo hace Zaldívar, y en alguna medida también lo hace Lavín. Estas cosas terminan en Fujimori y en Chávez, para que no nos confundamos.
Momentos muy difíciles
-Usted dijo que si el Tribunal Supremo del PDC no expulsa a Zaldívar, la mesa debería renunciar. ¿Por qué? -Me retaron porque dije eso. Me van a volver a retar, pero creo que sí. Van a decir que estoy amenazando al tribunal, pero no estoy amenazando a nadie. Es una decisión colectiva, pero si me preguntas a mí, yo creo que sí.
-¿Por qué? ¿Se crea un vacío de poder?
-Nosotros estamos jugados, con fundamento, para la expulsión de Zaldívar, y si el tribunal dice "miren, él no ha hecho nada, lo ha hecho bien", me voy a las 24 horas.
-¿Usted renunciaría a la mesa?
-Sí. Ojalá fuera colectivo y no individual.
-Algo en lo que Zaldívar parece tener sentido común es al decir que cuando el Gobierno hace un acuerdo con la derecha es motivo de celebración, pero si él lo hace es traición.
-Una cosa es cuando un partido convoca a su Consejo Nacional y aprueba una decisión del Gobierno para llegar a un acuerdo general en materia de educación. Y convoca a su consejo previamente y mandata a su mesa, va la ministra de Educación y dice que es un buen acuerdo, los partidos llegan a la conclusión de que es un buen acuerdo, aunque como todo acuerdo hubo que ceder, y se toma la decisión. Y una cosa distinta es que se tome una decisión sin consultar a nadie porque se cree que se tiene la razón y la comunidad a la que se pertenece, el partido, no importa lo que diga. Dicho eso, creo que la frase "cada vez que hay un acuerdo con la derecha es un mal acuerdo para la DC o pierde la DC", no la comparto. Cuando hay un acuerdo con la derecha tipo educación es un buen acuerdo para el país. Tampoco comparto que nunca la DC pueda tener un acuerdo con la derecha, el acuerdo que tuvo la DC con el Partido Nacional para defenderse de la Unidad Popular fue un buen acuerdo. Hoy día, nuestra alianza es la Concertación, y en el futuro todo indica que lo va a ser. Yo sé que lo dijo mi presidenta, le tengo mucho cariño, la apoyo en todo, soy leal, pero no un obsecuente.
-¿Ya no es válida la frase de Tomic: cuando se gana con la derecha, la derecha es la que gana?
-No. Tomic era un tipo brillante, pero también hay frases que son discutibles.
-Lo que está en el fondo de su crítica es la exigencia de un mínimo de orden al que tiene que someterse una persona al interior de un partido. Pero lo que está cuestionado hoy día es la forma de ejercer ese orden en la política.
-Al final los parlamentarios tendrán derecho a votar según su conciencia, pero también los partidos políticos a que pertenecen tendrán derecho a decir "si usted va a seguir votando de acuerdo a su conciencia y haciendo lo que le da la gana, nosotros pensaremos en nunca más llevarlo de candidato". Entonces hay que ser independiente o cambiarse de partido. La política se parece a la vida, puedo llegar tarde a mi casa un día en la semana, pero no todos.
-Usted dice que los parlamentarios tienen derecho a votar en conciencia, con eso le da la razón a Zaldívar desde el punto de vista de su requerimiento al TC.
-Tienen derecho a votar en conciencia de acuerdo a la ley, pero los partidos tienen derecho a tomar decisiones internas. La Ley de Partidos Políticos en Chile la hizo Pinochet, fue una de las primeras leyes políticas y es una ley antipartidos porque lo que se quería es que no funcionarán los partidos. Hemos cometido un gran error al no no haberla modificado.
-Carlos Ominami decía en LND que si la Presidenta propusiera a Ricardo Ffrench-Davis para el Banco Central tendría la oportunidad de volver a unir la Concertación. Una de las razones de fondo que esgrime Adolfo es la necesidad de corregir el modelo, cuestión que parece hacer sentido en mucha gente de la Concertación.
-Hoy día hay necesidades que han surgido de las cosas que hemos hecho y hay que corregir cuestiones como la concentración del poder económico, y ese es un tema que lo han puesto varias personas, entre ellos Adolfo.
-Si la Concertación se quisiera ordenar, una agenda económicosocial más definida podría ser un gran instrumento.
-No es cierto que no haya agenda. Se puede mejorar la agenda, tenemos proyectos emblemáticos, como la modificación al sistema previsional.
-Pero Ominami hablaba de la presidencia del Banco Central, porque en los hechos nadie que no represente una visión económica ajustada a la ortodoxia macroeconómica tiene cargos de decisión.
-Ricardo Ffrench-Davis es un gran economista y sería un muy buen presidente del Banco Central, pero la Presidenta podría decir: "Necesito un presidente del Central que no será autónomo, como dice la ley, pero que tenga una visión parecida a quien está conduciendo la economía conmigo desde el punto de vista de las políticas macro". José de Gregorio me parece un buen nombre, no se va la vida si es uno o el otro.
-Más allá del hombre, hay una disputa de miradas.
-La mirada de la Presidenta Bachelet en materia de economía ha sido una buena mirada.
-¿Apoya al ministro de Hacienda?
-Sí. Creo que lo ha hecho bien. Pero lo importante es que lo apoya la Presidenta; mi opinión da lo mismo.
-Eso tiene una consecuencia política práctica, pues hay mucha gente dentro de la Concertación que se siente descontenta con esa mirada económica.
-Me parece legítimo, hasta productivo, que haya una discusión sobre los ejes de la conducción económica. Pero eso no tiene nada que ver con la decisión de hacer pedazos un partido político.
-¿Cuánto plazo tiene el Tribunal Supremo para resolver esto?
-No tiene plazo, pero esto no resiste mucho tiempo. Espero que sea lo antes posible, porque la Concertación está viviendo su momento más difícil.
-¿Se está desgranando el choclo en el oficialismo?
-Por el momento, un grupo de parlamentarios de la DC y algunos de ChilePrimero nos han hecho perder en el Congreso la mayoría que ganamos siendo de la Concertación. Hay que ver si nos van a hacer perder la mayoría ciudadana.
¿Qué autocrítica puede hacer la Concertación para que esto haya ocurrido?
Creo que ha faltado conversar más, probablemente. Un liderazgo distinto desde el Gobierno ha colaborado poco en ordenar. Cualquiera haya sido la responsabilidad de todos, vivimos momentos muy difíciles. LND