Eduardo van der Kooy en Clarín, de la Ciudad de Buenos Aires:
"La escena es desacostumbrada y por momentos curiosa. Cristina Fernández toma el control de la palabra y durante más de una hora no lo abandona. O lo abandona sólo para atender llamados telefónicos, uno de ellos de su hija Florencia. Habla con el periodista, responde preguntas, opina y también polemiza. Enfrente suyo, despatarrado en una silla, Néstor Kirchner escucha en silencio y se permite alguna sonrisa blanda que parece remitir a un mortal en estado de gracia.
Ciertas cosas en ese matrimonio de presidentes están empezando a cambiar. Casi nunca Kirchner dialogó con la prensa delante de su mujer. Sí delante de Alberto Fernández. El jefe de Gabinete tampoco faltó esta vez. Cristina solía hablar a solas con el periodismo cuando era senadora, pero nunca habló desde que se convirtió en primera dama. Habló a solas en raciones durante la campaña. Ahora lo hizo en compañía de su esposo. La transición ha comenzado: el Presidente se empieza a despedir y la Presidenta electa empieza a llegar.
No hay en ese movimiento combinado ninguna improvisación. Hay un cálculo político. (...)
Cristina sigue disfrutando de la victoria electoral pero disfruta, sobre todo, de una cosa: el éxito rotundo conseguido en Santa Cruz. (...) Y donde ellos ventilan supuestos vínculos políticos y personales entre periodistas y dirigentes santacruceños. "Los problemas existieron, pero nunca con la magnitud que ustedes dijeron", subraya la senadora.
Cristina disiente también con la interpretación poselectoral de que su victoria tuvo puntos flacos en los grandes centros urbanos, en los conglomerados de la clase media: "Me parece que también habría que tener en cuenta el voto de Tucumán o el voto de Mendoza. (...).
Continúa: "En el primer cordón del conurbano está Avellaneda, Lanús y Lomas de Zamora que suelen tener un comportamiento electoral similar al de Capital y, como sucedió en Mendoza y Tucumán, también ganamos con comodidad. En la propia composición del voto, según publicaron los diarios, hemos tenido una mayoría de los sectores más humildes, pero también un 40% entre clase media y el segmento ABC1. Ganar con un 45% de los votos y con tanta ventaja sin el aporte de la clase media es imposible".
(...) ¿Un futuro gabinete con extrapartidarios? Cristina dice que los extrapartidarios forman ahora parte del espacio oficial y menciona a varios socialistas. Pero los socialistas acompañaron la aventura de Elisa Carrió. Aunque daría la impresión de que el vínculo no es el mismo que era antes de votar. (...)"
Horacio Verbitsky en el diario Página/12, de la Ciudad de Buenos Aires:
"El pacto social que CFK anunció es por ahora una idea gruesa y, que se sepa, no hay equipos trabajando en los detalles. Por lo que trasciende del gobierno la intención es fijar unas pocas metas generales con vistas al bicentenario de 2010 y luego proponer a los sectores patronales y laborales los compromisos que cada uno de ellos, y el Estado, deberían asumir para alcanzarlas.
Uno de los funcionarios que habló del asunto con la presidenta electa sintetizó así los grandes lineamientos por acordar:
1. Un alto nivel determinado de crecimiento económico anual.
2. Un porcentaje máximo de inflación.
3. Un incremento del 50% de las exportaciones.
4. Una mejora en la distribución del ingreso (por ejemplo, 47/53%).
5. Una reducción de la pobreza al 10/15%.
Los encuentros de campaña de CFK con nucleamientos patronales y con medios de comunicación han dado la oportunidad para que la presionaran con sus reclamos. Ese catálogo también es genérico pero más tradicional:
1. Incremento de tarifas de los servicios públicos de gestión privada.
2. Reducción del gasto (es decir de la inversión social).
3. Control de la inflación (es decir, contención salarial).
4. Regularización de la deuda con el Club de París, lo cual incluye alguna forma de sometimiento a las condiciones del FMI.
5. Acuerdo con los tenedores de viejos bonos de la deuda argentina que no entraron en el canje de 2005.
El punto de contacto entre la ingeniería del pacto que atrae al gobierno y la vida real que expresan los intereses empresariales es la inflación. Para las grandes empresas y sus cámaras, el FMI y la gran prensa local e internacional, su causa son los salarios. (...)
(...) Con las cómodas mayorías obtenidas por el gobierno en ambas cámaras del Congreso en algún momento Cristina podría impulsar una nueva reforma de la Constitución Nacional.
Las primeras conversaciones sobre el asunto incluyeron tres temas:
> la eliminación de la elección directa de senadores, que volverían a ser dos por provincia;
> el regreso del Colegio Electoral para compensar el peso descomunal de la provincia de Buenos Aires en una elección directa, y
> una reformulación del rol del jefe del gabinete de ministros.
La negociación política que la haga viable dependerá de cómo se ordenen las fuerzas políticas y de que la oposición se decida a asumir el rol que el electorado le asignó. Kirchner se inclina por reorganizar el Partido Justicialista para no cederle ese espacio al desvencijado tren fantasma, pero no piensa asumir su presidencia.
El PJ formaría parte de una concertación más amplia. A organizarla se dedicará el próximo ex presidente.
(...) La gran apuesta de distintas fuerzas, desde tránsfugas del kirchnerismo hasta el radicalismo de Río Gallegos, algunos sindicatos, la Iglesia Católica y la paleoizquierda era mellar el sustento oficial en Santa Cruz, la provincia que mayor atención mereció de los grandes medios en lo que va del año. No obstante, CFK fue electa con el 67,9% de los votos (contra 17,6 de Carrió) y el gobernador Daniel Peralta reelecto con el 58%. Las distintas fuerzas de la izquierda sumaron apenas 2.277 votos. No es un error de tipeo ni de lectura: son las dos mil doscientos setenta y siete personas más vocales del país. (...)"
Eugenio Paillet en La Nueva Provincia, de la bonaerense Bahía Blanca:
"(...) Es cierto que hacia adelante constituye toda una incógnita saber cómo reaccionarán los sindicatos cuando haya que sentarse a discutir salarios con el gobierno de Cristina, quien pretende imponerse allí también, amparada en el respaldo de la calidad de su victoria y mandar todo a discusión del futuro Pacto Social.
Pero ningún dirigente sindical que se precie de tal se sienta, hoy por hoy, a discutir sueldos por un piso inferior al 30%. En el gobierno fruncen el ceño y reconocen que ese es quizás uno de los mayores desafíos que esperan a la futura mandataria, no importa los pergaminos con los cuales se presente a la discusión. (...)
(...) Volvamos a Uruguay. CFK aspira a ser ella la que corone un acuerdo con el hermano país. Esa fase final que permitiría el retiro definitivo de los asambleístas de los puentes comunes y, al mismo tiempo, la creación de un sistema de monitoreo conjunto, deberá tener el sello del mediador español que, en su más encumbrada instancia, encarna el rey Juan Carlos. Dicen saber en la Rosada que fue esa y no otra la razón por la cual Tabaré Vázquez autorizó primero el funcionamiento de la pastera y, casi en el mismo acto, la postergó por unos días a pedido del canciller español Angel Moratinos. (...)
(...) Las consultas van y vienen en torno a un interrogante central: ¿por qué ahora está en duda la continuidad de un número puesto en el gabinete de Cristina como era Alberto Fernández? Y por qué, en cambio, hasta cierta prensa reacia siquiera a considerarlo, en sus últimas ediciones, reconoció la casi segura continuidad de Julio de Vido, el hombre --junto, tal vez, a Guillermo Moreno, que tiene pergaminos propios-- más cuestionado del gabinete en estos cuatro años y medio. (...)
Es cierto que De Vido seguirá más allá del 10 de diciembre. Lo que poco se sabe es que la decisión, lejos de ser una imposición de Néstor Kirchner a Cristina, es un paso consensuado entre el matrimonio. (...)
Conservarlo a De Vido parece, finalmente, un paso de manual. Echarlo el 10 de diciembre sería darles pasto a las fieras, las cuales proclamarán que tenían razón y que Cristina decidió sacarse de encima ese lastre. Saben que es un riesgo empujar al llano a un hombre que ha conocido pelos y señales del matrimonio en los últimos 15 años."
Joaquín Morales Solá en el diario La Nación, de la Ciudad de Buenos Aires:
"Manuel Quindimil ha perdido. A los 83 años amenazaba con eternizarse en el gobierno de Lanús; ahora fanfarronea con regresar a los 87. Podría tratarse de un hecho aislado y anecdótico, pero también podría ser el síntoma de un embrionario proceso de cambios en la política argentina. ¿Cristina Kirchner sorprenderá al país con un cambio real el 10 de diciembre? (...)
Alberto Fernández, el funcionario de mayor confianza de la presidenta electa, venía con ganas de regresar a casa. Hace un mes, Néstor Kirchner lo convenció de que el disco rígido del gobierno que se va estaba sólo en la cabeza de ellos dos. No nos podemos ir los dos y yo estoy obligado a irme , le deslizó. Julio De Vido ha hecho trascender que podría quedarse y Aníbal Fernández aspira a retener la cartera de Interior o trocarla por otra. La presidenta electa no ofrecería ni siquiera la imagen pasajera de un cambio si en diciembre asumiera al lado de los dos Fernández y de De Vido, los más expuestos en los últimos años. (...)
Moreno les contó a algunos empresarios que ya tiene preparada una casa rodante para perderse en la Patagonia a partir del 11 de diciembre. Moreno no es, entonces, el problema. La conclusión es simple: en el gobierno de Cristina estará Alberto Fernández o estará De Vido. Uno de los dos se llevará fuera de la administración las rencillas de cuatro años y medio.
En cambio, es casi seguro que continuará el ministro de Economía, Miguel Peirano. (...)
A pesar de los vaticinios en contra, también Nilda Garré podría retener el Ministerio de Defensa, aunque su permanencia es menos segura que la del canciller Jorge Taiana. (...)"