Alemania | 03.10.2007
Libertad para unos, pagos millonarios para otros
Alemania festeja el 17 aniversario de su reunificación. Pero el este y el oeste germano miran esta fecha con ópticas totalmente distintas: con alegría de un lado y resentimiento del otro.
Puntualmente para el día de la Unificación Alemana reaparecen los expertos psicólogos. Su diagnóstico: aún después de 17 años de reunificación, Alemania no logra conquistar un sentimiento de armonía general.
Muchos de los ciudadanos de los nuevos estados federados están apenados por las transferencias millonarias que reciben desde hace 17 años del oeste germano. Resulta difícil comprobar esta hipótesis. Pero se trata de un intento interesante de investigar la vida emocional de los alemanes del este, ciudadanos que por lo demás son los seres vivos mejor investigados en este planeta.
Pedagogos y criminalistas han analizado las consecuencias de una educación uniforme, sexólogos han investigado los secretos de su vida sexual especialmente activa. Y los reportes que la Stasi, la policía secreta de la RDA, recolectó sobre ellos, han llenado a lo largo de los últimos años, más de una página de periódico.
El informe del Gobierno sobre la unidad alemana: año tras año un reporte sobre las grandes dificultades para impulsar la economía en el este alemán con transferencias millonarias del oeste germano.
Parecería que la unidad alemana es unilateral. Una unidad con la que los alemanes occidentales sólo han tenido que ver a lo largo de los años para ocupar puestos de mando y aportar miles de millones de euros para los nuevos estados federados. Desde que Angela Merkel ocupa la Cancillería su papel se ha reducido al de sólo financieros.
Esta descripción ciertamente exagerada, evidencia un problema de este aniversario de la unidad: es un feriado para todos los alemanes, pero más allá de las celebraciones oficiales, resulta un festejo sólo para los alemanes del este.
En le este alemán la vida ha cambiado, en el oeste lo único que ha cambiado es la mayor escasez de dinero en el bolsillo. Para muchos en los nuevos estados federados, para la mayoría, el 3 de octubre es motivo de festejo más allá de las preocupaciones diarias. Nadie quiere perder las libertades ganadas, y los anhelos aislados de recuperar la RDA deben tomarse tan en serio como el deseo de manejar un Trabi en vez de un Volkswagen.
¿Y qué es lo que siente el alemán occidental? Quien viaje de Berlín hacia el oeste alemán puede darse una idea: hay quien con ojos brillosos recuerda su viaje espontáneo hacia Berlín cuando la Caída del Muro. Pero si se les pregunta cómo ha cambiado su vida la reunificación muchos contestarán con perplejo silencio o mirada de interrogación. No sorprende: el este se ha convertido en una extensión del país. La oportunidad que ofreció la unificación de crear algo nuevo hace tiempo que pasó.
Para muchos, sino es que para casi todos los alemanes occidentales promedio, el 3 de octubre es una fecha en la que sobre todo recuerdan que por 17 años han inyectado dinero al este alemán y que el fin no parece estar cerca. Aún cuando en los discursos oficiales nadie lo diga así.
Rodrigo González Fernández
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
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