Con bombos y platillos los mensajeros del régimen destacaron el anuncio como un momento trascendental de la Historia Argentina, el renunciamiento de Néstor Kirchner a la candidatura presidencial cuando se encontraba en la cúspide de su popularidad y con una intención de voto del 65 %, resignaba su postulación por el bien de la Patria y en la seguridad que su esposa Cristina Fernández sería la indicada para gestionar desde su acabada inteligencia una inmejorable obra gobierno para el despegue de la Nación.
Hombre tan generoso que dejando de lado sus delirios de perpetuidad dio un paso al costado para brindar la oportunidad que se merecen los argentinos, ¡Cristina Presidente!.
Cabe recordar que la tan meritoria señora no es otra que quien después del juramento como senadora por la Provincia de Buenos Aires, nunca se acordó del 38 % de los bonaerenses que le otorgaron el voto en el 2005. Con su diploma bajo el brazo, la Señora Kirchner peleó con uñas y dientes, acosó e insultó a legisladores que no aceptaron las órdenes presidenciales para aprobar la reforma al Consejo de la Magistratura, los DNU y el exterminio de la ley de leyes, cosa que consiguió entre gritos amenazantes y votos afirmativos de una mayoría gratificada para la ocasión. La Fierecilla Domada demostró su sumisión a las directivas maritales, cumpliendo al pie de la letra las consignas estipuladas desde el poder absoluto ejercido por su consorte.
Siempre presta a las imposiciones del amo, la Señora apareció y desapareció de la escena política a uso y necesidad del llamado estilo K, de preservación de la candidatura muleto para ser presentada ante la adversidad de la figura presidencial, como lo ha demostrado las actuales circunstancias.
Primero fueron los viajes de turismo para su debut en sociedad, con acicalado plumaje pero detrás de los mismos modales insoportables que forman parte de su personalidad, ególatra e insufrible. En estos tours de propaganda oficial protagonizados por la Primera Ciudadana no se pudo romper con la visión que se tenía internacionalmente del gobierno argentino, todo lo contrario, se afirmó aún mas la imagen mediocre que se tenía de quienes estaban al frente del país y sus alianzas con Hugo Chávez, las que quedaron mas evidenciadas después de los discursos de la Senadora.
Esta Señora Cristina Kirchner, cuya intolerancia es reconocida en todos los ámbitos de la política, es quien hoy se quiere mostrar solidaria, humana y perfecta para ejercer inmejorablemente la conducción del país desde una condición femenina a la que hace poca gala. Fría, calculadora, poco afable y por demás autoritaria, no parece representar al género que pertenece.
Mientras la bufonería de los seguidores del derrotero se afanan por imponer a la Señora como lo mas lúcido de la política argentina, buscando en los antecedentes personales de su carrera proselitista no se le podría otorgar ninguna medalla de honor a su trayectoria, la que ha cambiado de color político y de pertenencia de acuerdo a las circunstancias, ayer menemista, hoy montonera, al igual que su cambiante esposo no hizo ascos a ninguna oportunidad.
Ni víctimas ni abnegados, solamente una postura para gestar conjuntamente sus diabólicos planes, el binomio pretende seguir despilfarrando el futuro, si uno se cae el otro lo reemplaza y como en este caso , gobernar detrás del sillón de la dama.
Pero las carreras parecen truncas para ambos, ya no pueden cubrir tanto engaño y con un cambio de figuritas no les será posible convencer a los millones de argentinos que hoy se resisten a sus políticas de estado, ni un mago, ni el mismo Mandrake como dice el Presidente, es capaz a partir de esas artes de cambiar con un toque de varita mágica las preferencias de los ciudadanos.
Los cazadores de votos se encuentran desesperados para revertir los trances que se avecinan y decidieron adelantarse en esta oportunidad antes que los opositores conformaran sus cuadros, creyendo todavía que el tiempo fue el detonante de la derrota de Daniel Filmus.
Con una campaña oficial que llevará al hartazgo a los argentinos que deberán soportar la cara de la senadora mañana, tarde y noche, en las diferentes jurisdicciones del país, será "con Cristina me acuesto, con Cristina me levanto".
Habrá que prepararse para después del lanzamiento, templar los nervios ante la sucesión de los discursos de la candidata, así como los shows mediáticos representados junto a millares de militantes alquilados, por lo que deberán cuidarse los estómagos frágiles
Autor: Susana Sechi
Directora de La Historia Paralela
Email: susanasechi@gmail.com
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