SÉGOLÈNE ROYAL
'Glamour', socialismo y populismo
Ségolène Royal. (Foto: REUTERS)
Actualizado viernes 17/11/2006 10:22 (CET)
EFE
PARÍS.- Diputada a los 35 años, ministra a los 38 y candidata a
Es ya la primera presidenta de una región francesa, la de Poitou-Charentes, que arrebató a la derecha en 2004, con el plus añadido de ser el feudo del entonces primer ministro Jean-Pierre Raffarin. Ese logro, acaecido pocos días después de que José Luis Rodríguez Zapatero ganase las elecciones legislativas españolas, le valió el calificativo de 'zapatera', algo que para ella es "un cumplido".
Desde ese bastión, la compañera y madre de los cuatro hijos del primer secretario del PS, Francois Hollande, ha conseguido construir su imagen de presidenciable, con carisma y habilidad comunicativa. A golpe de portadas, especialmente desde principios de este año, el fenómeno mediático de Ségolène Royal ha crecido como la espuma, no sólo en Francia sino también fuera de sus fronteras.
El gran éxito de esta hija de un teniente coronel de infantería, a quien llevó a los tribunales —y ganó— por no pagarle los estudios universitarios, es haber conseguido transmitir la sensación a la opinión pública de ser una especie de bocanada de aire fresco en la política.
Profesional de la política, a la que llegó en 1982 de la mano de Jacques Attali —uno de los principales consejeros del ex presidente Francois Mitterrand—, Royal ha trazado su ruta a la candidatura socialista al Elíseo en una campaña artesanal al margen del partido.
Su principal plataforma —abierta a mediados de febrero pasado— ha sido el sitio de internet 'Desirsdavenir' ('Ganas de futuro'), un laboratorio de "democracia participativa", que ella tanto defiende.
Nacida en Dakar —uno de los destinos de su padre— el 22 de septiembre de 1953, hizo sus estudios primarios y secundarios en Charmes (este de Francia) y los universitarios en Nancy (licenciada en Ciencias Económicas) y en París (diplomada en Ciencias Políticas y en
Salió de
Meteórica carrera
Al amparo de éste, Royal fue colocada en las listas electorales de Deux-Sevres para las Legislativas de 1988 y obtuvo el escaño de diputada que ha renovado elección tras elección desde entonces. De
De
Royal, que siempre ha explotado su faceta de "supermama" y que no ha dudado en exhibir sus embarazos y partos en las portadas de la prensa del corazón, se apuntó allí el tanto de crear un permiso de paternidad, así como leyes contra la violencia contra los menores. Fue en su condición de mujer y socialista que viajó a Chile para apoyar a la que fue elegida presidenta, Michelle Bachelet.
Detrás de esa trayectoria a la vez feminista y, según sus detractores, sin fondo, se dibuja una personalidad con maestría de comunicación; mezcla del encanto de su sonrisa y su elegancia sencilla, y de cálculo y un auténtico sentido de la empatía, o de la demagogia, según las opiniones.
Sus detractores dicen que disimula su supuesta falta de fondo con generalidades y eslóganes. Con sus polémicas propuestas en materia de seguridad, como el encuadramiento militar de jóvenes delincuentes, se ha situado en la pugna por recuperar al electorado "popular" junto a su adversario potencial de derechas en las Presidenciales, Nicolas Sarzoky.
Irascible, populista y un tanto déspota con sus subordinados, según la dibujan los más críticos, Royal arrastra heridas de una educación conservadora muy férrea y de la dolorosa separación de sus padres. Cuarta de ocho hermanos, borró el Marie que precedía a su nombre a los 25 años, una forma de romper con una parte de su pasado.