Resolver el problema social generado por la falta de micros para mejores recorridos inevitablemente terminó generando un lío medioambiental: el aumento de 4.500 a 6.400 buses y el brusco salto en los kilómetros recorridos en la nueva malla están esfumando las ambiciosas metas sobre reducción del aporte del transporte público al esmog de la capital.
Transantiago está generando más del doble de esmog estipulado en el proyecto original.
La teoría señalaba que el nuevo plan -con una flota inferior a las 8 mil micros amarillas, una reducción del 64% de los kilómetros recorridos, mejor velocidad comercial por vías segregadas y con tecnología Euro 3- bajaría en 2005 en un 75% las 647 toneladas de material particulado (PM10) registradas en 1997 y en un 40% del dañino Nox, cumpliendo así la meta de 162 toneladas de PM10 establecida como "emisión total permitida" del Plan de Descontaminación (PPDA) de 2005. Es más, para agosto de 2006, el sistema pensaba bajar hasta 94 toneladas (un 86%) de PM10 y un 77% de reducción de Nox (de 10 mil a 2 mil toneladas).
Pero todos los cálculos originales fallaron. De hecho, si en 2008 toda la flota tuviera tecnología Euro 3 -que no ocurre, pues quedan 1.800 micros Euro 2 y Euro 3 "enchuladas" sin filtro-, la cantidad de PM10 arrojada al aire bordearía las 390 toneladas al año.
¿Por qué? Aumentó la malla de recorridos y la flota a 6.400 buses, pero además se actualizó -al alza- la medición de emisiones de buses Transantiago, estudio encargado por la Conama al Departamento de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Chile, cuyo informe fue entregado en agosto de 2007.
MILLONES DE KILÓMETROS
En efecto, dos son los factores que inciden en el aumento del PM10 que, por cierto, es más bajo que las 647 toneladas que botaban las micros amarillas en 1997 (ver infografía).
Primer factor: el decisivo aumento de kilómetros recorridos con la nueva malla. Según cifras de la web del Ministerio de Transportes, el aumento de kilómetros recorridos creció al doble respecto de las bases y un 57% respecto del fatídico 10F.
Además, la cantidad de recorridos de micros subió de 193 según bases, a 223 el 10F y a 317 con el "Plan Cortázar", que, según los operadores, en marzo debiera estrenar servicios adicionales. Transantiago 2008 proyecta 466 millones de kilómetros recorridos al año (ver info), cifra que equivale a unos 73 mil kilómetros al año por bus.
Segundo factor: últimas mediciones de PM10 emitido durante 2007 por buses Transantiago. La U. de Chile aplicó el llamado "ciclo de conducción Santiago", modelo que simula viajes de distintos buses, a distintas velocidades, con diverso número de pasajeros y variable cantidad de detenciones (paraderos o semáforos), todos datos que inciden en el aumento del humo: el esmog se calcula en base a los gramos de contaminantes emitidos por kilómetro recorrido.
Así, el factor de emisión "ciclo Santiago" para un bus Euro 3 marcó 0,83 gramos de PM10 por kilómetro recorrido, dato que supera las emisiones medidas por los modelos europeo y estadounidense.
El mismo informe añade que el mismo bus Volvo Euro 3, pero con el filtro incorporado, emitió sólo entre 0,02 y 0,08 gramos por kilómetro recorrido. La clave: un filtro es capaz de reducir en más del 95% el PM10 y en 99,9% el material más fino.
FILTRO PARA TODOS
Por lo mismo, los expertos recomiendan implementar filtros en los 6.400 buses de Transantiago, incluyendo los nuevos buses Euro 3 (Volvo o Mercedes).
Ya lo advertía en julio de 2007 Mauricio Osses, del Departamento de Ingeniería Mecánica de la U. de Chile, cuando señaló que la tecnología Euro 3 no basta para cumplir las metas, y agregó la necesidad de que el Estado genere incentivos a los operadores para invertir en filtros para toda la flota, aún cuando las bases exigían el dispositivo sólo para las "enchuladas". Hoy, sólo 120 buses -todos de SuBus- poseen Euro 3 con filtro.
Quien coincide con Osses es Frank Dursbeck, consultor internacional de vasta trayectoria. Ex asesor de Conama durante diez años que hoy presta servicios a una empresa de filtros certificados, agrega que los nuevos buses Euro 3 "avanzado" del troncal 5 no son muy distintos a un Euro 3 convencional.
Calcula que con "60 mil kilómetros recorridos al año por bus, una flota de 6.400 máquinas Euro 3 sin filtro emite 326 toneladas al año. Si toda esa flota tuviera filtro, la contaminación se reduce a 4 toneladas al año, o sea, nada. Además, los filtros reducen el material particulado ultrafino, que es el más dañino para la salud, en más del 99%", dice.
El cálculo de Dursbeck asoma conservador cuando hoy el promedio de kilómetros recorridos por bus es de 73 mil al año, que equivale para toda la flota a 387 toneladas de PM10 anuales. Con filtro, la cifra bajaría a 10 toneladas al año. Ideal.
Por ello la recomendación de introducir filtros a todo Transantiago también proviene de la división de Medio Ambiente del Dictuc, de la Universidad Católica.
En un estudio encargado por la Conama, de septiembre de 2007, señala: "La rentabilidad social positiva más eficiente es la implementación de filtros de partículas en los buses Euro 3 a partir de 2008, mientras que la norma de emisión Euro 4 desde 2008 sería la más eficiente para los nuevos buses que ingresen al parque".
La rentabilidad social no es un tema menor. Según el Centro de Control y Certificación Vehicular (3CV) del Ministerio de Transportes (MTT) que certificó los filtros para Transantiago, las partículas que el diésel aportan al calentamiento global "son cancerígenas, generan infartos, agravan alergias, generan bronquitis y agravan el asma".
El daño a la salud para las micros amarillas se estimaba, según datos de Conama, en 100 millones de dólares al año y los costos sociales al año 2000 (Estudio Cifuentes) llegaban a 150 millones de dólares. Un buen Transantiago bajaría el dato a cerca de 14 millones de dólares.
Como sea, la Conama metropolitana está abordando el tema de los filtros. Su director, Alejandro Smythe, en respuesta a una propuesta ciudadana, sostuvo que en la "actualización del PPDA se espera incorporar exigencias de usos de filtros en buses nuevos y existentes".
Pero no está claro aún cuándo podría ocurrir el cambio. Con todo, fuentes del MTT señalan que por ahora no habrá "cambio de política", por lo que se seguirá "aplicando la normativa vigente" que exige filtro a los buses Euro 2, multando a quienes no cumplen, y que no pide filtro a ningún Euro 3.
El tema es que la compra, fabricación e instalación de los filtros tardaría, según los vendedores certificados, "al menos tres meses" y el periodo más crítico por esmog -de abril a agosto- inexorablemente se acerca. Si nada cambia, sólo los 600 nuevos buses del troncal 3, en caso de que la inminente licitación exija filtro o Euro 4, aportarían en julio menos partículas al aire santiaguino.