Páginas

martes, febrero 21, 2012

La crisis de la RSE vista por economistas

La crisis de la RSE vista por economistas

ecosfron diario responsable Economistas sin Fronteras (EsF) publicó el pasado mes de enero un dossier sobre los interrogantes que acechan a la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) en periodo de crisis. Sus colaboradores han tratado de dar respuesta a preguntas como si la RSE dejará de ser percibida como un gasto equivalente al despilfarro o si constituye una oportunidad para mejorar la gestión empresarial, si seguirá siendo voluntaria o será legislada o si es utópica en la práctica.

Expertos en la materia como Orencio Vázquez, coordinador del Observatorio de la Responsabilidad Social Corporativa, Marta de la Cuesta, socia fundadora de EsF y profesora de la UNED, Juan Felipe Puerta, director de Responsabilidad Social y Reputación Corporativas de Iberdrola o Jose Miguel Rodríguez, profesor de la Universidad de Valladolid, exponen en este documento sus reflexiones acerca de si la crisis que estamos atravesando supondrá finalmente la consolidación de la RSE o el comienzo de su declive.

Bajo el título Crisis: consecuencia de un modelo de desarrollo insostenible, Orencio Vázquez alude a la dependencia directa e indirecta de la economía española de la construcción y de la promoción inmobiliaria como causa fundamental de que hoy tengamos un modelo económico de los menos competitivos y productivos de toda Europa. "La opacidad que envuelve a parte del sector de la construcción e inmobiliario, el sentimiento de impunidad y la sensación de dinero fácil han generado un aumento de la corrupción y de la economía sumergida" apunta.

El drama de haber basado nuestro crecimiento económico en el desarrollo urbanístico se ha puesto de manifiesto una vez terminado el ciclo expansivo. Si bien entre 2000 y 2007 se generaron casi 5 millones de empleos, muchos de ellos han sido absorbidos por sectores de bajo valor añadido, que requieren mano de obra no cualificada y que no han invertido en formación de la fuerza de trabajo. Por tanto, "con la misma facilidad con la que se creó empleo en la etapa expansiva, se destruyó con la caída de la economía". Lo peor es que entramos en una espiral negativa. "El dinero fácil de aquella época" afirma Vázquez, "ha generado unas tasas de fracaso y abandono escolar en España por encima de la media europea y de los países de la OCDE. España, con su modelo de desarrollo económico basado en dinero fácil y en el consumo, ha perdido competitividad en una economía globalizada –bajando del puesto 22 en 2006 al 33 en 2009–". Un tercio del abandono escolar, por ejemplo, está relacionado con la incorporación al mercado laboral, ante la sensación de poder obtener un trabajo de manera fácil, sin necesidad de acreditar estudios.

Marta de la Cuesta señala en su artículo Evolución reciente de la RSE en España que el reto ahora es hacer efectivas algunas de las propuestas de mejora incluidas en la Ley de Economía Sostenible para que el discurso de la RSE cale de verdad en la gestión empresarial y en la sociedad española. Se muestra optimista al considerar que "en estos últimos años se ha avanzado bastante en un mayor compromiso de la empresa española con los valores de la RSE y la rendición de cuentas a la sociedad", a pesar de que han tenido que pasar casi diez años para dejar claro que la RSE afecta al negocio y al impacto que éste tiene sobre la sociedad; que la regulación en algunos aspectos clave de la RSE no está reñida con la autorregulación y la sana competitividad y que el respecto a los derechos humanos es clave si se quiere hablar de RSE.

Sin embargo, también da cuenta de la persistencia de algunos problemas importantes. "Muchas empresas en la Unión Europea aún no han integrado las cuestiones sociales y medioambientales en sus operaciones y estrategia básica, persisten las acusaciones de la falta de respeto por parte de una pequeña minoría de empresas europeas de las normas fundamentales del trabajo y los derechos humanos o únicamente 15 de los 27 estados miembros disponen de marcos de políticas nacionales para promover la RSE". ¿Es entonces la voluntariedad asociada a la adopción de políticas de RSE su talón de Aquiles?

Para Juan Felipe Puerta, directivo de Iberdrola, "la regulación no resulta una solución en sí misma, salvo a largo plazo, en la medida en que, por el propio funcionamiento de las instituciones, se va produciendo con un importante retraso frente a la sensibilidad social y con carácter reactivo para corregir imperfecciones concretas del sistema". Mientras se vaya desarrollando, Puerta propone promover estándares internaciones con la suficiente calidad y nivel de exigencia que las empresas se vean empujadas a adoptar voluntariamente, por exigencia social, sin escudarse en temas de competitividad, con garantías de cumplimiento y escrutinio público. También perseguir la consolidación de unos determinados valores sociales compartidos desde el punto de vista de la información, la formación y la educación, de tal manera que su desarrollo implique su efectiva adopción en el tejido social. Y por último, pero no menos importante, desarrollar la corresponsabilidad de la población consumidora, ya que nuestras decisiones de inversión y de consumo disponen de una fuerza absolutamente relevante para orientar los comportamientos.

El profesor José Miguel Rodríguez defiende que la solución a la crisis pasa por implantar un modelo avanzado e intrínseco de RSE que implique:

a. El fomento de la participación efectiva en las decisiones empresariales, que requiere formas concretas de diálogo comprometido e intervención real en la dirección y gestión.

b. La legitimidad en las actuaciones, que exige tomar como guía u objetivo general de la compañía la creación de riqueza neta total desde una perspectiva multidimensional, satisfaciendo equilibrada y armónicamente los intereses de los diversos grupos de partícipes y evitando la posibilidad de que algunos de éstos expropien rentas o cuasi-rentas económicas a otros. "Esto sería una transferencia de riqueza, pero uno una verdadera creación de la misma" puntualiza Rodríguez.

c. Nuevos deberes de los administradores y directivos, quienes han de tener unos sistemas de incentivos congruentes con esta misión/visión de la empresa y de su objetivo general, a la vez que deben actuar con honradez, diligencia y transparencia en sus relaciones con los stakeholders, para salvaguardar los intereses a largo plazo de todos ellos y la supervivencia de la firma.

 

Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU
Diplomado en Gerencia en Administracion Publica ONU
Diplomado en Coaching Ejecutivo ONU( 
  • PUEDES LEERNOS EN FACEBOOK
 
 
 
 CEL: 93934521
Santiago- Chile
Soliciten nuestros cursos de capacitación  y consultoría en GERENCIA ADMINISTRACION PUBLICA -LIDERAZGO -  GESTION DEL CONOCIMIENTO - RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL – LOBBY – COACHING EMPRESARIAL-ENERGIAS RENOVABLES   ,  asesorías a nivel nacional e  internacional y están disponibles  para OTEC Y OTIC en Chile

No hay comentarios.:

Publicar un comentario