En apenas 24 horas, el Gobierno echó pie atrás a su definición de impedir que autoridades políticas de La Moneda asistan a actividades internas de los partidos políticos, pese a que algunos personeros habían alcanzado a ser informados de este lineamiento.
El martes, en la tarde, el ministro vocero Andrés Chadwick aseguró en Palacio que "no queremos desde el Gobierno y menos desde La Moneda inmiscuirnos ni generar ningún tipo de problemas ni participar en ningún tipo de situación interna de los partidos políticos".
Tras publicarse esta información ayer, en "El Mercurio", hubo diversos llamados telefónicos entre ministros, dirigentes de partidos y miembros de la disidencia de Renovación Nacional, luego de lo cual Chadwick citó a la prensa para una nueva declaración:
"Es un derecho de los funcionarios públicos, cualquiera que ellos sean, que en sus horas libres y a título personal puedan participar en las actividades políticas que ellos determinen. Por consiguiente, (no hay) ninguna decisión, orden del Gobierno o acuerdo del comité político de impedir o prohibir la participación de los funcionarios en actividades políticas, porque no nos corresponde y porque eso es un derecho de los ciudadanos".
La explicación que circuló ayer en el oficialismo sobre este vuelco indicó que en el Gobierno existen dos posturas respecto de este asunto: mientras un sector estima inapropiado que autoridades que trabajan cerca del Presidente Sebastián Piñera se involucren en debates internos de una colectividad afín, ya que eso expone al Mandatario a verse envuelto en enfrentamientos partidistas, otra vertiente defiende la libertad de éstas para ir a este tipo de encuentros.
Ambas posturas quedaron expresadas en dos días distintos. De hecho, el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, asistió ayer a un almuerzo con los diputados de RN en donde se habló la situación interna.
A fines de septiembre, la mesa encabezada por el senador Carlos Larraín expresó su molestia a La Moneda por la asistencia de la jefa de asesores del segundo piso, María Luisa Brahm, a un acto en el que se criticó la conducción de la colectividad. El secretario general de RN, Mario Desbordes, incluso concurrió a Palacio para plantearle a Brahm el punto de vista del partido. Posteriormente, ni la asesora ni otros miembros de su staff asistieron a las reuniones posteriores de la disidencia.
Texto: Equipo de Política / Foto: Alex Moreno.
Saludos
Rodrigo González Fernández
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