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viernes, mayo 20, 2011

Se impone Tesis de oposición dura

 

Se impone Tesis de oposición dura . OPONERSE A TODO

Concertación: las razones del triunfo del "NO"... a Piñera

Con una crisis de conducción, donde las diferencias entre ellos impiden una estrategia común, la férrea oposición al gobierno asoma como el gran factor de unidad.

 

Por Blanca Arthur


Como lo confirma la actitud asumida en este último tiempo, en la Concertación se ha ido imponiendo la tesis de aquellos que consideran que lo más rentable políticamente es ejercer una dura oposición al actual gobierno.

Los cálculos de quienes lideran esa postura parten de un supuesto simple: si las encuestas indican que aproximadamente un 50% se declara opositor, mientras sólo poco más de un 20% se identifica con el conglomerado, la forma de interpretar a todos los que rechazan la gestión de Piñera, es acentuando el sello de oposición.

Esa es la explicación más recurrente con la que aquellos que están en esa línea justifican, por ejemplo, la decisión de encarar la agenda social sin darle tregua a las autoridades -como ocurrió en la tramitación del post natal- aun reconociendo que comparten en lo sustancial su contenido.

O, en otro ámbito, el repentino respaldo a la causa ambientalista entre quienes nunca antes habían mostrado interés, pero que al percibir que puede ser el germen de una expresión que aglutine a los descontentos, intentan no quedarse al margen, anunciando incluso que se sumarán a las protestas en lugar de asisir a la cuenta presidencial del 21 de mayo.

Pero más allá del propósito de representar a todos quienes se declaran opositores, desde las propias filas concertacionistas parten de un diagnóstico lapidario para explicar esta actitud: que son tales las diferencias que existen entre ellos frente a los temas más cruciales, que no tienen otro factor que los una con la misma fuerza que la férrea oposición a Piñera.

Eso no quiere decir, sin embargo, que esta conducta -acentuada en los últimos días- responda a una estrategia diseñada o concordada por los principales líderes del conglomerado. Por el contrario, no son pocos los que difieren de ella, e incluso ni siquiera es compartida por todos los presidentes de los partidos.



Partidos pierden poder


Como es una realidad que la tesis de ejercer una oposición más dura se ha ido imponiendo de manera inorgánica, ello da cuenta de un fenómeno que por momentos aparece más claro, como es la falta de conducción que existe al interior del conglomerado opositor.

Una realidad que contrasta con las expectativas que se generaron hace aproximadamente un año, cuando luego de que todos los partidos enfrentaran procesos eleccionarios internos, todo indicaba que la Concertación contaría con una estructura sólida que, liderada por los presidentes recién elegidos, enfrentaría con una mirada común los desafíos de ser oposición después de 20 años.

Pero los hechos confirman que no ha sido así. De hecho, pese a que se establecieron instancias de decisión, como el comité político que reúne a los cuatro presidentes los días lunes, más otro estratégico que suma a los representantes de los parlamentarios, los acuerdos que se adoptan -cuando sucede- no siempre terminan siendo respetados.

Es que ocurre que, con la excepción de los radicales -donde el senador José Antonio Gómez es el genuino representante de sus huestes- los demás jefes partidarios enfrentan, con distintos grados, problemas internos que atentan contra cualquier intento de gobernabilidad.

Quizás el caso más claro sea el del PPD, donde Carolina Tohá -que asumió sin contar con la mayoría- no ha podido imponerse frente a la fuerza interna que mantiene el senador Guido Girardi, que es quien, al final, impone los principales criterios en dicho partido sobre la base de un perfil marcadamente opositor.

Menos evidente había sido, hasta ahora, la situación de la Democracia Cristiana, donde el senador Ignacio Walker, ejercía sin grandes contrapesos la conducción partidaria, en la línea de buscar acuerdos con el gobierno como fue en el caso de educación. Pero en el último tiempo se ha comenzado a incubar un conflicto por la decisión de los sectores disidentes a la mesa liderados, entre otros, por el jefe de bancada de los diputados, Aldo Cornejo, de impulsar el liderazgo del senador Jorge Pizarro, a quién le reconocen una actitud más decidida para enfrentarse al gobierno, como lo demostró desde la presidencia del Senado.

La situación de los socialistas es, al menos aparentemente, la más ordenada, desde el momento en que todas las tendencias internas se alinearon en torno a la conducción de su presidente, el diputado Osvaldo Andrade, quien incluso asomaba como el conductor natural de la Concertación e interlocutor del gobierno.

Pero de acuerdo a lo que indican tanto en dicho partido como entre sus aliados, su liderazgo ha sido neutralizado, en gran parte, por la fuerza que aun mantiene el senador Camilo Escalona, quien se ha erigido últimamente como uno de los que comandan la oposición más dura al gobierno.

Con especial nitidez, esta pérdida de poder de los presidentes de los partidos se percibe en la disminución de su influencia en el las decisiones que adoptan los parlamentarios, donde las bancadas -pese a participar de una instancia común- actúan prácticamente en forma autónoma, incluso quitándoles el piso para que los representen, como ocurrió de manera clara durante la polémica tramitación del post natal.



Posiciones en pugna 


Existe coincidencia que lo que ocurre en el actual escenario opositor responde, en importante medida, a las diferencias de fondo que persisten al interior de la Concertación, donde todo indica que han ido perdiendo terreno aquellos exponentes del grupo más liberal -o autocomplaciente- que ha apostado, básicamente, a un recambio de liderazgos para rearmarse con la mirada puesta en los próximos desafíos electorales.

Encarnado básicamente por el laguismo -con Tohá o Ricardo Lagos Weber como figuras- o por el grupo que actualmente conduce la DC 
-que apuesta a cartas como Claudio Orrego o el mismo Walker- la postura de este sector es que deben tratar de recuperar a ese segmento de la clase media que representa al centro político moderado que respaldó a Piñera, por lo que estiman un error estratégico la dura confrontación al gobierno, sobre todo con ideas más izquierdizantes.

Pero a este grupo le juega en contra, no sólo que los nuevos liderazgos no han prendido, sino que crecientemente son más los que creen que no se puede seguir con el mismo discurso liberal, menos si la derecha cambió, lo que constatan con el hecho de que muchas de las propuestas del actual gobierno en poco difieren de las que ellos impulsaron desde el poder.

Lo cierto es que con esos u otros argumentos, ha ido adquiriendo especial fuerza en todos los partidos la postura contraria a la de los sectores más moderados, la que postula la necesidad un discurso más izquierdista, con propuestas que marquen una clara diferencia con el perfil que le ha dado Piñera a su gobierno.

Para afirmar su posición, los sectores más duros aluden también a que con sus posiciones tienen más posibilidades de atraer a aquellos movimientos sociales que se están gestando, donde su "leiv motiv" es la protesta contra las políticas del gobierno, que no sólo apuntan a los problemas ambientales, sino a otras áreas sensibles, como educación.

Con el fantasma emergente de la reaparición en las encuestas de Marco Enríquez-Ominami, que indica a lo menos que lo que representó está vigente, este grupo es el que apuesta a que se den las condiciones para el retorno de Michelle Bachelet, partiendo de la base que es quien mejor puede interpretar ese sentir ciudadano.

Como ese escenario es el que le da a la Concertación la posibilidad de recuperar el poder sin entrar en pugnas ideológicas, es que incluso quienes no comulgan con un ideario izquierdista, se han sumado a la postura de quienes creen que lo más rentable es el "NO" a Piñera.


Fuente:

CONSULTEN, OPINEN , ESCRIBAN .
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU
Diplomado en Gerencia en Administracion Publica ONU
 
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