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jueves, mayo 19, 2011

El reto de la equidad en America Latina

Heraldo Muñoz

Heraldo Muñoz

Heraldo Muñoz es Subsecretario General de la ONU, Administrador Auxiliar y Director Regional del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo para América Latina y el Caribe.

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El reto de la equidad en America Latina

Artículo de Heraldo Muñoz, Director para América Latina y el Caribe del PNUD

Por Heraldo Muñoz

Lo social está en el centro de todas las campañas electorales porque la fuerza de la ciudadanía exige no solo hacer sostenible el crecimiento y reducir la pobreza, sino también enfrentar la desigualdad.

Muy bienvenidos a este IV Foro Ministerial de Desarrollo, organizado por la Dirección Regional del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) para América Latina y el Caribe con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).

En febrero de 2010, los participantes de este encuentro concentraron sus presentaciones y debates en el análisis de las iniciativas para sortear los impactos sociales de la crisis económica en sus respectivos países. Ministros y, viceministros, así como expertos y altos funcionarios de gobierno de la región, compartieron sus experiencias e ideas.

"Pareciera que en nuestros países estamos en presencia del tránsito de una concepción asistencial de la política social a una fundada en la noción de derechos, cuestión que está transformando a nuestras sociedades"

Durante dicho evento, aún estaban presentes los coletazos de la peor crisis económica que sacudió al mundo después de la gran depresión. Hubo descenso en las tasas de crecimiento y consecuencias sociales.

Los Programas de Transferencias Condicionadas

En varios países de la región hubo un aumento moderado de la pobreza; pero, en otros –a pesar del alza de los precios de los alimentos y de la pérdida de puestos de trabajo– la pobreza siguió descendiendo algo se debió en buena medida de las variadas experiencias de los llamados Programas de Transferencias Condicionadas, cuya principal virtud está en articular transferencias monetarias directas con políticas de inversión y promoción social en los hogares de mayor pobreza.

Estos programas, de manera general, están mostrando el nuevo rumbo de las políticas sociales (en 2010, un total de 17 países latinoamericanos los han desarrollado, con una cobertura estimada en 100 millones de personas). Sin embargo son sólo uno de los instrumentos que forma parte de una nueva orientación de las políticas públicas y han contribuido a la reducción de la pobreza.

"Debemos reconocer que han vuelto a ser satisfactorias las tasas de crecimiento del PIB (se proyecta un 4.7% para 2011 en la región de ALC) y la región se ha recuperado de la crisis"

En rigor, lo que estos programas revelan es que se ha producido un punto de inflexión respecto de la naturaleza de las políticas sociales precedentes, otorgándole centralidad a las políticas sociales universalistas (formulando mínimos sociales básicos a satisfacer, en algunos casos, o garantizando derechos sociales esenciales, en otros), se ha creado una preocupación por articular políticas económicas y sociales, reforzando una tendencia al incremento del gasto social como proporción del gasto fiscal.

De modo tal, que los Programas de Transferencias Condicionadas han pasado a ser uno de los componentes de estas nuevas orientaciones que se inscriben en la lógica de la protección social para asegurar derechos esenciales a los ciudadanos.

Boom de commodities

Habiéndose centrado en este punto el Foro anterior, es entendible entonces que la reunión que nos convoca en el IV Foro Ministerial de Desarrollo organizado por el PNUD con el apoyo de la AECID, la pregunta central es si existen lecciones que la crisis ha dejado, que nos lleven a reflexionar sobre las sociedades que tenemos y los retos de políticas sociales para los años venideros.

Para contextualizar debemos reconocer que han vuelto a ser satisfactorias las tasas de crecimiento del PIB (se proyecta un 4.7% para 2011 en la región de ALC) y la región se ha recuperado de la crisis. América Latina y el Caribe fue la región donde más creció el porcentaje de recepción de inversión extranjera directa a nivel mundial aumentando un 40% en relación al 2009, en tanto también aumento la presencia de empresas transnacionales latinoamericanas en el resto del mundo. Se ha producido un boom de commodities que benefician a muchos países de nuestra región, aunque no está claro si ello levara o no a los países en cuestión a diversificar sus estructuras productivas e intentar generar un crecimiento menos dependiente de las exportaciones de materias primas y sin los riesgos de acelerar la inflación. De hecho, la región no está totalmente fuera de peligro. Hace pocos días, el Fondo Monetario Internacional nos alertaba que tenemos que estar atentos para garantizar que la reciente alza de los precios de los alimentos y la energía no se traslade a la inflación subyacente, levantando el espectro inflacionario casi olvidado en la región, pero que no ha alcanzado un nivel de alerta, hay que mirar con atención.

"Entre 1990 y 2007 en 10 países de la región los hogares de clase media aumentaron de un 80 por ciento"

Volviendo al tema social, pareciera que en nuestros países estamos en presencia del tránsito de una concepción asistencial de la política social a una fundada en la noción de derechos, cuestión que está transformando a nuestras sociedades. Ello es el resultado de la vigencia de sistemas democráticos que han comenzado a dar espacio y respuestas a sentidas demandas ciudadanas en sociedades que, a medida que avanzan en reducir la pobreza, se confrontan a procesos de integración social muy desiguales, generando nuevos desafíos de políticas públicas. Ya no basta con combatir la pobreza; hay que reducir la desigualdad.

Si bien todavía muchos países deben afrontar primordialmente las exigencias de reducir los persistentes y altos porcentajes de pobreza, existe una realidad latinoamericana heterogénea. Y aún en aquellos casos en que la pobreza continúa siendo el mayor de los retos, los rostros de esa pobreza están cambiando, tanto por efecto de las políticas emprendidas en años recientes, como por la masificación de la información y la educación, modelando nuevas expectativas ciudadanas, incluso en los sectores sociales más vulnerables.

Aumento de la clase media

Al respecto un reciente estudio de la CEPAL muestra que entre 1990 y 2007 en 10 países de la región los hogares de clase media aumentaron de un 80 por ciento. Este es dato muy positivo, al ser, por un lado, un resultado de las transiciones hacia sistemas democráticos, y, por el otro, porque una clase media urbana más sólida contribuye a una mayor estabilidad social y política. Pero frente a esa misma transformación, debemos repensar la manera de hacer políticas sociales. En particular, la experiencia de las clases medias requiere un acercamiento hacia modelos de políticas universalistas.

"Si bien se ha podido reducir estadísticamente la pobreza, ello no ha significado superarla"

En otras palabras, los cambios políticos y sociales por un lado ubican a los países de la región en la franja de Países de Renta Media, y, por el otro, fortalecen una ciudadanía que, más informada y formada, hace crecientemente exigibles sus derechos. Y los expresan en las urnas haciendo de la cuestión social, como nunca antes, el centro de las propuestas en todas las campañas electorales. El poder político de esta nueva fuerza ciudadana en nuestras democracias, que se manifiesta en sectores aspiracionales y medias, exige que las políticas sociales asuman los desafíos de la post-crisis que, ya no sólo consisten en reducir los niveles de pobreza sino, además, de atacar las distintas formas de desigualdad que segmentan a nuestras sociedades. Las cinco elecciones presidenciales que ocurren este año en América Latina reflejan este fenómeno.

No olvidemos que estas transformaciones pueden dar lugar a un cambio en términos de aspiraciones, como hemos mostrado en nuestro Informe Regional. Nos tenemos que preguntar si es posible que el nuevo contexto, ayude a que las personas puedan contribuir a disminuir las desigualdades reforzando su autonomía.

Por otra parte una lección de la crisis que no debemos desestimar, es que si bien se ha podido reducir estadísticamente la pobreza, ello no ha significado superarla, como bien lo muestra la alta visibilidad de la pobreza y la fragilidad de los sectores medios emergentes en la región.

Qué sociedades tenemos, cuáles certezas se han diluido, cuáles nuevas paradigmas estén emergiendo, son algunas de las preguntas que aspiramos a abordar y responder en esta reunión.

Si somos más exitosos en la elaboración y perfeccionamiento de nuestras políticas sociales en el contexto post-crisis, estaremos siendo más efectivos para responder a las legítimas aspiraciones de nuestros pueblos.

Discurso de Heraldo Muñoz, Director para America Latina y el Caribe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, en la apertura del IV Foro Ministerial de Desarrollo, que se celebró el 6 de mayo en la sede de la ONU en Nueva York.


Fuente:

CONSULTEN, OPINEN , ESCRIBAN .
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU
Diplomado en Gerencia en Administracion Publica ONU
 
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