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lunes, enero 31, 2011

Tabaquismo y decisión política

tabaquismo =  muerte

Tabaquismo y decisión política

Chile ha demostrado que cuando Educación y Salud enfrentan juntos un problema de salud pública, se alcanza pleno éxito.

por Héctor Sánchez - 31/01/2011 - 09:00

La reciente Encuesta Nacional de Salud muestra que 40,6% de la población mayor de 15 años fuma en nuestro país. Esta cifra es alarmante, al igual que otros indicadores de enfermedades crónicas que arroja la misma encuesta. A pesar de que hace años se esperaba estos indicadores, poco se ha hecho para cambiar el modelo de atención y definir políticas públicas costo-efectivas para detener estos problemas de salud. 

Respecto del tabaquismo, todos los actores involucrados en el tema coinciden en que la ley publicada el año 2006 es insuficiente. No sólo por no cumplir con los objetivos para los que fue creada, sino porque no está a la altura de lo alcanzado en países más avanzados en la materia. Ha quedado en evidencia que implementar áreas para fumadores y no fumadores en recintos públicos cerrados no es efectivo. Es laxa la medida de impedir que menores de 18 años ingresen a estos recintos y, por último, la fiscalización y las sanciones han resultado insuficientes cuando se vulnera la ley.

En el intertanto aumentan los adictos al tabaco que en una alta proporción se transforman en enfermos de cáncer y/o desarrollan enfermedades respiratorias crónicas. A esto se suma una alarmante tasa de nuevos fumadores. Los costos familiares, sociales y económicos para la salud pública y el país son muy altos. Actualmente existen tratamientos que ayudan a los adictos a dejar el tabaco, pero el porcentaje de éxito varía entre pacientes: algunos mejoran entre un 3% a 7% la adicción, mientras que otros logran hasta un 70% o más de resultados positivos con tratamientos farmacológicos a largo plazo. 

Se ha señalado que actuar sobre los fumadores es caro para el Estado. En efecto, el ministro de Salud ha dicho que el costo de tratar a los enfermos provocados por el tabaco supera los US$ 2.000 millones al año. Dicha cifra, sin embargo, está subestimada al no contemplar los costos sociales y los asociados al ausentismo laboral y a la menor productividad de los trabajadores fumadores a lo largo de sus vidas. Por lo tanto, "intervenir sobre los actuales fumadores", partiendo por aquellos grupos en que el costo efectividad es mayor (población más joven), es a todas luces una buena inversión. 

Para aquellos que aún no comienzan a fumar, se necesitan políticas de largo plazo, en un adecuado marco legislativo que desincentive el consumo. Hablamos de alza de impuestos, espacios públicos cerrados sin fumar, eliminación de la publicidad. A estas se suman las medidas eficientes para la prevención del tabaquismo a través de los planes de estudio e intervenciones tempranas. Recientemente, en Barcelona se han efectuado evaluaciones de intervenciones de este tipo y los beneficios superan los costos en 22 veces. 

La responsabilidad de mejorar estos índices no sólo está en Salud, sino que recae fundamentalmente en Educación. Chile ha demostrado en el pasado que cuando Educación y Salud trabajan juntos para enfrentar un problema de salud pública, se alcanza pleno éxito. El ejemplo más destacado han sido las políticas públicas de control de la desnutrición infantil y escolar. Es el momento de que Chile repita experiencias exitosas en esta dirección y no sólo sobre el tabaquismo, sino que también sobre problemas de salud pública como la obesidad. 


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Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU

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