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miércoles, agosto 18, 2010

FRAUDE EN VALPARAISO: EN GOBIERNO DE BACHELET

FRAUDE EN VALPARAISO: Las historias de ascensos, romances y complot en la carpeta del fiscal
Miércoles 18 de Agosto de 2010
Fuente :René González R.
Hasta ahora, sólo se conocían públicamente los antecedentes recopilados por la Comisión Investigadora de la Cámara de Diputados que indaga el fraude en la Intendencia de Valparaíso por al menos US$2 millones, pero hoy «La Segunda» publica en exclusiva las declaraciones recogidas en el expediente que tiene en sus manos el fiscal jefe de la V Región, Jorge Abbott. Testimonios explican por qué el Ministerio Público formalizará a seis personas por estos hechos: al ex jefe del Departamento de Finanzas de la Intendencia, Lorenzo Leiva Tapia; a su pareja y también ex funcionaria, Harajá Mancilla Rifco; el tesorero Jaime Lorca Rocca; el ex asesor Julio Medina Correa, el contratista Eugenio Aubele Guerín y su cuñado Marcelo Urzúa Pérez. Las energías de la fiscalía ahora se enfocan a determinar si parte de estos recursos se fueron a campañas políticas, como lo atestiguan diversas personas en el caso.
Capítulo I:  ESPIONAJE
El escenario era el peor para los estafadores del lugar: no sólo había cambio de gobierno, sino que también una misión de Contraloría amenazaba con desenmascarar todo el tinglado... Habían birlado US$ 2 millones o más de la Intendencia de Valparaíso, creando proyectos fantasmas, pagados a un par de palos blancos. Era hora de ocultar la evidencia.

"En el mes de marzo o abril de este año, se me acercó la señora Lucía, ignoro sus apellidos, funcionaria de Contraloría… Lorenzo Leiva —jefe del Departamento de Finanzas del Gobierno Regional— me llamó a su oficina y me pidió una explicación… Llamó a Jaime Lorca —su tesorero— y me pidió que acompañara en todo momento a la señora Lucía", relató a la policía la contadora de Finanzas, Pamela Villarroel Jeldes a la Policía.
Comenzaba así la operación de espionaje y sabotaje contra el organismo fiscalizador. Según Pamela, la orden era "que observara todo lo que estaba haciendo y que si me pedía algo, que me fijara qué documento era".

La auditora puso sus ojos sobre un proyecto fantasma y solicitó el comprobante de egreso: "Le comuniqué (a Jaime Lorca) lo sucedido, quien me dijo que había que buscarlo y que no diera ninguna información respecto a qué proyecto correspondía el egreso, porque él los iba a anular… incluso dijo que mostrara el Libro Banco ocultando de la planilla la columna 'pagado', 'depósito' y 'números de egreso'".

Más tarde aumentó la alerta y Leiva puso llave a todos los estantes a la hora de almuerzo. La mujer continuó su relato: "Si me preguntaba algo la gente de Contraloría debía decirle que era normal, que cuando había gente estaban abiertos y cuando nos íbamos a colación las sacábamos y quedaba todo cerrado, situación que nunca fue así... Lorenzo no quería que la gente de Contraloría buscara sin su permiso o sin que pudieran arreglar o modificar algo".

Capítulo II:AMIGOS Y ENEMIGOS
El mecanismo irregular era simple: Leiva asignaba un proyecto inexistente a un palo blanco, a quien se le daba un cheque y luego recibía él u otros el dinero. 

Para poder hacerlo con cierta tranquilidad — mal que mal operó entre mediados de 2008 y el primer trimestre de 2010— se generó un ambiente propicio: desorden administrativo, amistades a prueba de balas y miedo.

"El clima laboral siempre fue malo... (Leiva) manifestaba que todas las personas nuevas le debían absoluta lealtad, así como (a) una mujer de nombre Harajá Mancilla, quien posteriormente me enteré que era su pareja. Me indicó que yo debía hacerle caso a ambos", relató la secretaria y controladora de los Fondos Nacionales de Desarrollo Regional, Ivonne Reyes Pacheco.

"Yo era un problema para Lorenzo Leiva. Informé de todas las anomalías por mí detectadas, lo que no le gustó..., ya que sus subalternos tenían que ser 'ciegos, sordos y mudos'", dijo a los policías el técnico en abastecimiento, Manuel Carlos Muñoz Cáceres.
Pero no calló y recurrió al ex jefe de la división de Finanzas, Gabriel Aldana, superior jerárquico de Leiva.

Ignoraba que su reclamo no tenía destino. La secretaria de Aldana, Ruth Cohen, lo explica: "(Aldana) le perdonaba todo a Leiva; me imagino que hasta le podría haber tenido miedo…".

La mujer confidenció que cinco personas que tuvieron problemas con Leiva fueron removidas o despedidas. Y Manuel Muñoz fue uno: "El 5 de noviembre de 2008 y debido al hostigamiento del cual era víctima, presenté un documento a diversas jefaturas del gobierno regional, empezando por el intendente De la Maza… motivó mi despido".

Por el contrario, quien ayudaba sin preguntar podía recibir atractivos ascensos, como le ocurrió a "la Milly" —Inés Varas Carrasco—, auxiliar de aseo que sin tener ningún título profesional apareció en reuniones de coordinación de las jefaturas. Ella lo relata: "En abril de 2008 se me comunica que por necesidad de servicio soy reasignada como secretaria del Departamento de Finanzas, a petición de Lorenzo Leiva".

¿La función de "la Milly"? Hay antecedentes de que depositó $25 millones en efectivo en la cuenta de su jefe. Ella dice que nunca recibió un peso por las irregularidades, que nada tiene que ver... el Ministerio Público indaga sus propiedades.

El auxiliar Javier Vargas Azócar asegura que nunca recibió una coima. Pero sí reconoció que hizo numerosos depósitos en efectivo en la cuenta personal de Leiva por sumas de entre $4 y $6 millones (aunque se lo indaga por notorias mejorías a una mediagua y la compra de un auto valorizado en casi $8 millones, pese a su sueldo de $400.000 mensuales).

Capítulo III:ROMANCE Y DINERO
Aunque al interior de la Intendencia numerosas parejas son objeto de suspicacias, dos están en la mira de Investigaciones.

A éstas ya se les comprobó viajes al extranjero y sospechosos traspasos de dinero, si se considera su perfil profesional.

La clave es la conformada por Leiva y la administradora pública Harajá Mancilla Risco, ex funcionaria de Finanzas. La relación dataría de 2007 y habría sido —según declaró ella— perseguida por el jefe de su pareja, Gabriel Aldana.

El propio intendente De la Maza reconoció a la policía que la cambió de puesto por las rivalidades.

En su lugar asumió el cuestionado tesorero Jaime Lorca, quien no sólo logró cercanía con Leiva, sino que también inició un romance con Carola del Carmen Muñoz Arellano, funcionaria del mismo lugar.

Todos juntos manejaron la chequera, la misma de donde salieron los giros fantasmas.
De los cuatro (Harajá-Lorenzo Leiva y Carola-Jaime Lorca) existen informes de bienes.
Leiva confesó que sólo se quedó con $30 millones (se sospecha que el monto sería cuatro veces superior).

En los hechos, este funcionario arrendó un segundo departamento por $550.000 mensuales. En el lugar se estacionaba una camioneta Mazda CX9 de 2010.

La contadora Pamela Villarroel aseguró que lo vio en una segunda camioneta, una San Yong "último modelo", que dijo que era de Harajá y "a los dos días lo veo en otra más linda... me dijo que era de su propiedad".

La cuenta corriente de Leiva muestra ingresos por $121 millones 18 meses (período en que ganó casi $20 millones como empleado).

Ello le permitió regalarle un vehículo a su pareja y traspasarle $10 millones. Quizás por eso es que ella era vista bien alhajada por la secretaria Ruth Cohen: "A diario llegaba con una tenida nueva y con muchas botas. Mi hija se compró unas botas que valen $180.000 y Harajá llegó con unas iguales".

Jaime Lorca también apareció con vehículo nuevo, full celular y —según la funcionaria Pamela Villarroel— junto a Carola Muñoz adquirió una casa de unas UF 4.000.

Capítulo IV:TRABAJO SUCIO
Numerosos son los testimonios que coinciden en que tanto Leiva como Lorca ordenaban saltarse los procedimientos regulares.

El primero cumplió con diligencia su confeso rol de defraudador. Así lo recuerda su secretaria, "la Milly", quien dice que un día llegó a hablar con él el también confeso palo blanco, Eugenio Aubele, quien "portaba un bolso de mano… salió con un cheque por $62.000.000".

Aubele reconoció que "nunca he postulado para adjudicarme algún proyecto en instituciones públicas".

¿Cómo explicó entonces los cerca de US$2 millones que cobró a la Intendencia? "El 18 de agosto de 2008 recibo un llamado de una persona a la cual no conocía, quien se identifica como Julio Medina… que si quería adjudicarme algún proyecto grande, por lo cual necesitaba que le hiciera un favor para respaldar una obra que tenía... le indiqué que sí".
Así comenzó a emitir facturas sin sustento real, algunas de las cuales llenó su cuñado Marcelo Urzúa Pérez, quien lo acompañó en ocasiones a cambiar los cheques al banco y que también está querellado por el Consejo de Defensa del Estado.

Aubele afirmó a la PDI que sólo se quedó con cantidades menores (entre $200 mil y $300 mil) por algunas operaciones, esperanzado en que le adjudicaran un proyecto importante.
Claro que nunca explicó cómo es que un desconocido lo llamó a su celular, para ofrecerle ser parte de un fraude tan grande… desconocido que, según él mismo relata, se metió en su bolsillo un fardo de dos millones.

Aubele no sólo asegura haberle entregado hasta $100.000.000 en efectivo a Leiva en un estacionamiento, sino que también le pasó un kilo de dinero en papel a un personaje desconocido: Alguien que "me saludó como si me conociera y él era de 1,65 de estatura, pelo negro ondulado, cara redonda, llamándome la atención que usaba unos zapatos tipo cocodrilo de color café, quien tomó una bolsa negra de Prosegur con el dinero... luego me despido y salgo del lugar".
FUENTE:
Saludos,
 
RODRIGO  GONZALEZ  FERNANDEZ
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
DIPLOMADO EN GESTION DEL CONOCIMIENTO DE ONU
Celular: 93934521
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