PHILLIP DURÁN emol
Adversidad. Esta fue la palabra más mencionada ayer por Sebastián Piñera, desde uno de los balcones de La Moneda, en su primer discurso como Presidente de la República. Y la utilizó no sólo para hacer una descripción de los efectos del terremoto que golpeó al centro y sur de Chile y de su plan de iniciar la reconstrucción del país. También la situó como el contexto en que su gobierno buscará lograr su anunciada meta de una "nueva transición".
Piñera también marcó un contraste en temas valóricos con la administración anterior, diciendo que su gobierno apuntará a "construir un Chile en que el valor de la vida y de la familia sean siempre sagrados".
El Presidente llegó a Palacio cerca de las 21.20 horas, fuertemente custodiado por la policía y no en el tradicional Ford Galaxy descapotable por el retraso en el programa.
Con todo, Piñera se tomó un breve respiro antes de salir al balcón del salón Toesca de Palacio. Junto a su esposa, Cecilia Morel, dio un par de vueltas por la sala. Y con un intempestivo "ahora, vamos", apareció junto a su familia para saludar a los adherentes que lo esperaban en la Plaza de la Constitución.
Y partió su intervención diciendo que había debido asumir en un contexto "histórico y dramático". Histórico por la celebración en septiembre próximo del Bicentenario de la independencia. Y dramático por el terremoto y tsunami de hace dos semanas.
Así, delineó lo que llamó las "dos grandes misiones" de la "generación del Bicentenario": reconstruir lo devastado por la tragedia -"vamos a reconstruir (las cosas) mejor"- y lograr una "nueva transición, joven, de futuro".
Este último punto había sido levantado por Piñera durante su campaña, aludiendo a un programa de gobierno centrado en alcanzar el umbral de país desarrollado y también en referencia a una administración que integrara a personeros de la Concertación. El concepto había molestado en el entonces oficialismo, que salió a retrucar que el cambio de gobierno no implicaba una "transición de un régimen a otro".
De todas maneras, Piñera retomó ayer el concepto y recordó que "hace 20 años nuestro pueblo recuperó la democracia y la sana convivencia entre los chilenos (...) Con el aporte patriótico de todos, del mundo civil y militar". "La nueva transición apunta a construir un Chile desarrollado, sin pobreza, verdadera igualdad de oportunidades y oportunidades de progreso para todos sus hijos", agregó el mandatario.
En ese contexto, el Presidente resumió sus grandes objetivos de gobierno diciendo que "vamos a enfrentar los desafíos que este Bicentenario ha puesto sobre los hombros de nuestra generación y vamos a dar juntos ese salto hacia el progreso".
En esa línea, si bien reconoció que "tendremos que hacer opciones muy difíciles", reiteró su llamado a actuar con "coraje" y "voluntad". Incluso, citando pasajes de la Araucana de Ercilla, en que se habla de Chile como una nación "soberbia, jamás sometida a rey alguno".
Saludos,
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