Los senadores endulzan el paquete para ganar apoyo de representantes renuentes
Por Andrzej Zwaniecki
Redactor
Washington - El Senado de Estados Unidos aprobó una versión revisada de un plan de 700.000 millones de dólares destinado a apuntalar los sistemas financieros estadounidense y mundial, lo que revive las esperanzas de que la medida sea aprobada por la Cámara de Representantes del Congreso, que rechazó el plan hace algunos días.
El 1 de octubre los senadores votaron abrumadoramente a favor del proyecto. Este fue concebido para impedir más quiebras de instituciones financieras estadounidenses y extranjeras, puestas en peligro por la crisis de las hipotecas en Estados Unidos, y para devolver la confianza en los mercados de crédito, que han estado prácticamente congelados en días recientes.
El presidente Bush dijo que el plan es "esencial para la seguridad financiera de cada estadounidense".
"El pueblo estadounidense espera, y nuestra economía lo exige, que la Cámara de Representantes apruebe este proyecto beneficioso esta semana y lo envíe a mi firma", dijo Bush.
El 29 de septiembre, la Cámara de Representantes rechazó por escaso margen la versión inicial del plan.
Para que el proyecto se convierta en ley, tanto la Cámara como el Senado deben aprobar la misma versión, y el presidente debe promulgarla. Se espera que la Cámara vote el 3 de octubre el proyecto aprobado por el Senado, y los líderes de ambos partidos expresaron un cauteloso optimismo en torno a las probabilidades de que lo aprueben.
El índice del industrial Dow Jones bajó 778 puntos, o lo que es lo mismo cerca del 7 por ciento, el día que la Cámara rechazó el proyecto. Aunque el índice recuperó algún terreno al día siguiente, no volvió a su nivel anterior.
Los representantes que tratan de medir la opinión de los votantes han tropezado con dificultades. En la semana del 22 de septiembre, la mayoría de las llamadas y mensajes electrónicos de los votantes expresaron enojo ante lo que perciben como un intento de rescatar a las compañías y funcionarios codiciosos e irresponsables de Wall Street; en la semana del 29 de septiembre, la cantidad de mensajes que criticaban a los miembros de la Cámara por no aprobar el plan de rescate aumentó significativamente.
El senador demócrata Christopher Dodd, presidente de la Comisión de Banca del Senado, reconoció que "muchos estadounidenses se sienten confundidos y enojados por esta crisis". Pero les aseguró que, en último término, el plan actuará en su beneficio.
Dodd, que desempeñó una función clave en impulsar la legislación en el Senado, dijo que "no sólo aportará estabilidad y confianza en nuestros mercados financieros, sino que también ayudará a las familias estadounidenses que luchan para llegar a fin de mes".
El derrumbe del mercado de valores y el cambio en el sentir de los electores, sumados a las nuevas cláusulas en la versión senatorial del proyecto de rescate, podrían persuadir a los miembros de la Cámara, que previamente votaron en contra, a que cambien de opinión, indicaron observadores congresionales.
También es importante el hecho de que los líderes y los bancos centrales de los países industrializados y los mercados en surgimiento, sorprendidos por el grado de exposición de sus países a la crisis financiera estadounidense, han venido pidiéndole a Washington que haga lo que sea necesario para impedir un desplome financiero mundial.
Algunos legisladores y economistas del sector privado advirtieron en contra de la creación de expectativas de que el paquete de medidas financieras resuelva todos los problemas de los mercados financieros y saque pronto de su depresión a la economía estadounidense. El senador por Nueva Hamphsire Judd Gregg, el republicano de más alto rango en la Comisión de Presupuesto del Senado, dijo: "Nos encontramos en una economía difícil, por un período de tiempo considerable. (Algunas) instituciones no sobrevivirán a esta situación económica".
Pero agregó que "no hacer nada en este momento equivale a prácticamente garantizar que como economía comencemos un movimiento descendente muy significativo, de impacto desproporcionado en la gran masa del pueblo".
RESCATE AL ESTILO DEL SENADO
Las cláusulas añadidas por el Senado incluyen un aumento temporal (de 100.000 a 250.000 dólares) en el máximo de los depósitos bancarios garantizados por el gobierno, y un paquete de recortes tributarios, inclusive una pequeña medida de alivio tributario para algunos propietarios de la vivienda que habitan, lo cual había sido rechazado previamente por la Cámara.
El proyecto solicita que el gobierno actúe como comprador de última instancia de las hipotecas sobre viviendas y los llamados valores tóxicos que poseen las instituciones que enfrentan problemas, y como proveedor de capital fresco para las instituciones financieras, incluyendo bancos extranjeros, cuya quiebra podría poner en peligro el sistema financiero. Los títulos respaldados por hipotecas o de otro tipo perdieron gran parte de su valor cuando cientos de miles de estadounidenses dejaron de pagar los préstamos hipotecarios de sus propias viviendas.
Los redactores del plan original, preparado por el Departamento de Hacienda con el apoyo de la Reserva Federal, el banco central de Estados Unidos, esperan facilitar el arranque inicial de los mercados de crédito, para que los precios de los valores suban y los inversionistas privados se sientan lo bastante confiados como para volver a entrar en el mercado.
El plan, tanto en su forma original como en la más reciente, contiene varias opciones para que el gobierno recupere el dinero utilizado para financiarlo y, posiblemente, recibir alguna ganancia. Si, cinco años después de la aplicación del plan, el gobierno determina que el programa ha perdido dinero, solicitaría a la industria financiera que cubra el déficit proyectado.
Como resultado, una rama investigativa del Congreso estima que el "costo neto (para el gobierno) es, probablemente, substancialmente menor de 700.000 millones de dólares".
Durante las negociaciones con líderes del Congreso, la propuesta de tres páginas sometida por el secretario de Hacienda Henry Paulson aumentó hasta sobrepasar las 100 páginas de legislación, que incluye cláusulas de supervisión, de protección a los contribuyentes, de ayuda a los dueños de vivienda que luchan contra su deuda y otras que reflejan las muchas reservas con que los legisladores contemplan el plan, su efectividad y el costo que representará para los contribuyentes. La versión aprobada por el Senado tiene más de 400 páginas.
Un resumen ( http://banking.senate.gov/public/_files/latestversionEESASummary.pdf ) del proyecto del Senado, un análisis ( http://banking.senate.gov/public/_files/latestversionBill_sectionbysectionF.pdf ) del mismo y el texto completo ( http://banking.senate.gov/public/_files/latestversionAYO08C32_xml.pdf ) en versiones PDF están disponibles, en inglés, en el sitio en la Web de la Comisión de Banca del Senado.
(El Servicio Noticioso desde Washington es un producto de la Oficina de Programas de Información Internacional del Departamento de Estado de Estados Unidos. Sitio en la Web: http://www.america.gov/es )
Redactor
Washington - El Senado de Estados Unidos aprobó una versión revisada de un plan de 700.000 millones de dólares destinado a apuntalar los sistemas financieros estadounidense y mundial, lo que revive las esperanzas de que la medida sea aprobada por la Cámara de Representantes del Congreso, que rechazó el plan hace algunos días.
El 1 de octubre los senadores votaron abrumadoramente a favor del proyecto. Este fue concebido para impedir más quiebras de instituciones financieras estadounidenses y extranjeras, puestas en peligro por la crisis de las hipotecas en Estados Unidos, y para devolver la confianza en los mercados de crédito, que han estado prácticamente congelados en días recientes.
El presidente Bush dijo que el plan es "esencial para la seguridad financiera de cada estadounidense".
"El pueblo estadounidense espera, y nuestra economía lo exige, que la Cámara de Representantes apruebe este proyecto beneficioso esta semana y lo envíe a mi firma", dijo Bush.
El 29 de septiembre, la Cámara de Representantes rechazó por escaso margen la versión inicial del plan.
Para que el proyecto se convierta en ley, tanto la Cámara como el Senado deben aprobar la misma versión, y el presidente debe promulgarla. Se espera que la Cámara vote el 3 de octubre el proyecto aprobado por el Senado, y los líderes de ambos partidos expresaron un cauteloso optimismo en torno a las probabilidades de que lo aprueben.
El índice del industrial Dow Jones bajó 778 puntos, o lo que es lo mismo cerca del 7 por ciento, el día que la Cámara rechazó el proyecto. Aunque el índice recuperó algún terreno al día siguiente, no volvió a su nivel anterior.
Los representantes que tratan de medir la opinión de los votantes han tropezado con dificultades. En la semana del 22 de septiembre, la mayoría de las llamadas y mensajes electrónicos de los votantes expresaron enojo ante lo que perciben como un intento de rescatar a las compañías y funcionarios codiciosos e irresponsables de Wall Street; en la semana del 29 de septiembre, la cantidad de mensajes que criticaban a los miembros de la Cámara por no aprobar el plan de rescate aumentó significativamente.
El senador demócrata Christopher Dodd, presidente de la Comisión de Banca del Senado, reconoció que "muchos estadounidenses se sienten confundidos y enojados por esta crisis". Pero les aseguró que, en último término, el plan actuará en su beneficio.
Dodd, que desempeñó una función clave en impulsar la legislación en el Senado, dijo que "no sólo aportará estabilidad y confianza en nuestros mercados financieros, sino que también ayudará a las familias estadounidenses que luchan para llegar a fin de mes".
El derrumbe del mercado de valores y el cambio en el sentir de los electores, sumados a las nuevas cláusulas en la versión senatorial del proyecto de rescate, podrían persuadir a los miembros de la Cámara, que previamente votaron en contra, a que cambien de opinión, indicaron observadores congresionales.
También es importante el hecho de que los líderes y los bancos centrales de los países industrializados y los mercados en surgimiento, sorprendidos por el grado de exposición de sus países a la crisis financiera estadounidense, han venido pidiéndole a Washington que haga lo que sea necesario para impedir un desplome financiero mundial.
Algunos legisladores y economistas del sector privado advirtieron en contra de la creación de expectativas de que el paquete de medidas financieras resuelva todos los problemas de los mercados financieros y saque pronto de su depresión a la economía estadounidense. El senador por Nueva Hamphsire Judd Gregg, el republicano de más alto rango en la Comisión de Presupuesto del Senado, dijo: "Nos encontramos en una economía difícil, por un período de tiempo considerable. (Algunas) instituciones no sobrevivirán a esta situación económica".
Pero agregó que "no hacer nada en este momento equivale a prácticamente garantizar que como economía comencemos un movimiento descendente muy significativo, de impacto desproporcionado en la gran masa del pueblo".
RESCATE AL ESTILO DEL SENADO
Las cláusulas añadidas por el Senado incluyen un aumento temporal (de 100.000 a 250.000 dólares) en el máximo de los depósitos bancarios garantizados por el gobierno, y un paquete de recortes tributarios, inclusive una pequeña medida de alivio tributario para algunos propietarios de la vivienda que habitan, lo cual había sido rechazado previamente por la Cámara.
El proyecto solicita que el gobierno actúe como comprador de última instancia de las hipotecas sobre viviendas y los llamados valores tóxicos que poseen las instituciones que enfrentan problemas, y como proveedor de capital fresco para las instituciones financieras, incluyendo bancos extranjeros, cuya quiebra podría poner en peligro el sistema financiero. Los títulos respaldados por hipotecas o de otro tipo perdieron gran parte de su valor cuando cientos de miles de estadounidenses dejaron de pagar los préstamos hipotecarios de sus propias viviendas.
Los redactores del plan original, preparado por el Departamento de Hacienda con el apoyo de la Reserva Federal, el banco central de Estados Unidos, esperan facilitar el arranque inicial de los mercados de crédito, para que los precios de los valores suban y los inversionistas privados se sientan lo bastante confiados como para volver a entrar en el mercado.
El plan, tanto en su forma original como en la más reciente, contiene varias opciones para que el gobierno recupere el dinero utilizado para financiarlo y, posiblemente, recibir alguna ganancia. Si, cinco años después de la aplicación del plan, el gobierno determina que el programa ha perdido dinero, solicitaría a la industria financiera que cubra el déficit proyectado.
Como resultado, una rama investigativa del Congreso estima que el "costo neto (para el gobierno) es, probablemente, substancialmente menor de 700.000 millones de dólares".
Durante las negociaciones con líderes del Congreso, la propuesta de tres páginas sometida por el secretario de Hacienda Henry Paulson aumentó hasta sobrepasar las 100 páginas de legislación, que incluye cláusulas de supervisión, de protección a los contribuyentes, de ayuda a los dueños de vivienda que luchan contra su deuda y otras que reflejan las muchas reservas con que los legisladores contemplan el plan, su efectividad y el costo que representará para los contribuyentes. La versión aprobada por el Senado tiene más de 400 páginas.
Un resumen ( http://banking.senate.gov/public/_files/latestversionEESASummary.pdf ) del proyecto del Senado, un análisis ( http://banking.senate.gov/public/_files/latestversionBill_sectionbysectionF.pdf ) del mismo y el texto completo ( http://banking.senate.gov/public/_files/latestversionAYO08C32_xml.pdf ) en versiones PDF están disponibles, en inglés, en el sitio en la Web de la Comisión de Banca del Senado.
(El Servicio Noticioso desde Washington es un producto de la Oficina de Programas de Información Internacional del Departamento de Estado de Estados Unidos. Sitio en la Web: http://www.america.gov/es )
CONSULTEN, OPINEN , ESCRIBAN LIBREMENTE
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en RSE de la ONU
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