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domingo, agosto 17, 2008

Ricardo Lagos: "No hay ninguna razón para que perdamos la elección presidencial"

Ricardo Lagos: "No hay ninguna razón para que perdamos la elección presidencial"

Listo para volver a la contienda electoral como figura de la campaña municipal, el ex Presidente saca la voz: da su opinión sobre cómo superar la crisis económica y arremete con fuerza en contra de los díscolos. "Hay que ponerle coto al desorden de la Concertación", sentencia.

La Tercera, Reportajes


17/08/2008 - 09:17

"Esta es mi 'egoteca'", dice riendo el ex Presidente Ricardo Lagos, al mostrar con orgullo el salón donde se exhiben las decenas de regalos, medallas, recuerdos y diplomas que ha recibido en su larga carrera política. Con especial orgullo muestra la donación que le hizo Roberto Matta del cuadro que pintó en 1988 para el No. También exhibe un muestrario que le regalaron en una visita a China con algunas de las primeras monedas que se acuñaron en los albores del gigante asiático.
Consciente de que sus palabras son analizadas con lupa en busca de alguna clave sobre su eventual postulación presidencial, Lagos cuida cada una de éstas. Tal vez el único momento en que se libera y deja de lado su mesura y autocontrol, es cuando se refiere a la carrera política de su primogénito. Confidencia que en una cumbre del Apec, él estaba conversando con su hijo y se les acercó George W. Bush. El Presidente norteamericano le dijo a Lagos Jr. que debían tener una conversación  a solas para "explicarte lo difícil que es ser hijo de un presidente", cuenta riendo.
Luego de un largo silencio, Lagos entra de lleno en la contigencia y hace su estreno como uno de los rostros de la campaña municipal. Su debut será mañana en el lanzamiento de la postulación de Jaime Ravinet a la alcaldía de Santiago.

¿Qué lo decidió a tener un rol activo en la campaña municipal?
Yo fui Presidente de Chile, lo que también implica ser jefe de Estado y líder de la coalición, por lo que no se entendería que tuviera una actitud prescindente o de indiferencia en esa elección. Si bien he estado dedicado a los temas internacionales, disminuiré mis salidas al exterior para apoyar a los candidatos de la Concertación.

¿Veremos a un Lagos más opinante en los temas contingentes o este es sólo un paréntesis?
Hoy mi preocupación es la municipal.

¿A qué candidatos apoyará?
A los que me lo pidan, porque tal vez no todos tengan interés en recibirme. El criterio será muy amplio y transversal.

¿Qué efecto tendrá el que la Concertación compita en listas separadas a concejales?
Yo soy muy crítico de eso. Si bien esto tendría la ventaja de que se sacarán más votos, en la vida los votos no son lo único importante: también hay que pensar en los mensajes que se envían. Un amigo me contó que una señora en la calle le había preguntado: ¿Con cuál de las dos concertaciones está el Presidente Lagos?

¿Y con cuál de las dos está?
Con ambas. Lo grave es que estas dos listas hacen que la gente se confunda con lo que está pasando

¿Le afectó el que fuera justamente el PPD, el partido que usted fundó, el que impulsó esta competencia?
Lo peligroso es que uno puede saber cómo comienzan estas cosas, pero no cómo terminan. Estoy convencido de que la Concertación sacará la primera mayoría en alcaldes, concejales y en votación popular. Lo importante es que ese triunfo nos permita mirar el futuro de manera unitaria. La Concertación pertenece a todos los chilenos, no sólo a los partidos, por lo que debemos cuidar este patrimonio común. A veces siento que con los díscolos por ahí, los indisciplinados por acá, se da una imagen de desorden que no es la que quiere ver el país. No me parece bien que por conseguir 10 minutos de fama, lograr ciertos intereses muy personales, defender negocios particulares o hacerse de un nombre, algunos critiquen lo que se ha logrado. En democracia existe el derecho a disentir, pero al momento de votar hay que tener claro a qué coalición se pertenece. No puede ser que terminemos en un sistema en que cada voto haya que negociarlo individualmente. Esa es la destrucción del sistema democrático. Por eso, yo trabajaré para que la Concertación se ordene.

¿El desorden es algo que empezará a suceder más habitualmente?
Hasta ahora el desorden lo habíamos visto crecientemente en la derecha, donde cada uno actúa por su lado. Me parece muy grave que ocurra en la Concertación y hay que ponerle coto. Así de claro: hay que ponerle coto.

¿Cómo se hace eso?
Con disciplina interna, los partidos son los que inscriben a los candidatos. Estoy seguro de que el pueblo concertacionista distingue y castiga a quienes anteponen su interés personal sobre el colectivo.
Pero los parlamentarios díscolos generalmente obtienen muy buenas votaciones.
Hay que distinguir lo que son determinadas elecciones con lo que son los intereses más generales del país. La gente aspira a que haya gobernabilidad, orden y tranquilidad y que no existan estas verdaderas murgas que andan por ahí sin que nadie sepa quién las manda. 

¿No se debería llevar a los díscolos como candidatos?
Eso tiene que verlo cada partido. La política hay que hacerla con seriedad: el que alguien sea escogido en la lista de la Concertación y termine siendo presidente del Senado con los votos de la oposición no le hace bien al país ni al sistema democrático.

¿Los díscolos son el gran peligro del futuro de la Concertación?
La coalición es sólida y no corre peligro. Sin embargo, hay que tomar medidas para ordenarse.

¿Los sectores críticos deberían dejar la Concertación?
Ellos tendrán que resolverlo. Algunos ya se han ido. Cuando las cosas se sinceran, es bueno para el país.

¿Es efectivo que usted ha puesto como condición para ser candidato y que se suscriba un "pacto de gobernabilidad" que neutralice a los díscolos?
Si yo me dedicara a desmentir todas las cosas que se le atribuyen al señor Fuentes, pasaría el día entero haciendo eso. No estoy en eso en esta etapa de mi vida. 

FUTURO Y RENOVACION
En los 80 los socialistas decían: "Renovarse o morir". ¿Hoy en la Concertación la disyuntiva sería "disciplinarse o desaparecer"?
No creo que la desaparición esté en la orden del día. Nosotros le cambiamos el rostro a Chile y por eso las demandas hoy son otras. Hay que plantear una visión distinta a la que teníamos hace 20 años.  
¿Existe el peligro de que el oficialismo también presente dos listas parlamentarias?
Esa tentación puede existir, pero hay que saber enfrentarla y estoy seguro de que la dirigencia concertacionista lo hará. Los chilenos no comprenderían que una coalición que es mayoría esté dispuesta a transformarse en minoría yendo en listas separadas. Eso significa regalarle a la derecha la mayoría en el Congreso.

¿En la presidencial el oficialismo podría competir con dos candidatos en la primera vuelta?
Sinceramente, no creo que la Concertación lleve dos candidatos en la primera vuelta. Pero para definir ese tema queda mucho, así que concentrémonos en apoyar a los candidatos concertacionistas y a la Presidenta Bachelet. A veces nos perdemos, porque empezamos a hablar del futuro y no sabemos defender el presente. 

¿A qué atribuye el que sectores de la Concertación no defiendan lo hecho por el gobierno?
A la Presidenta le queda todavía un tercio de su gobierno y ya estamos actuando como si esto se acabara. La preocupación por los candidatos presidenciales es muy apresurada. Hay que estar consciente de lo que hemos logrado, lo que no significa tener una actitud autocomplaciente. A todos nos gustaría andar más rápido, pero la democracia es continua y se va perfeccionando día a día.

¿La Concertación sobrevive en la oposición?
Hablemos de cosas reales... no hay ninguna razón para perder la elección presidencial: vamos a ganar en la municipal y en la senatorial recuperaremos la mayoría en el Senado. ¿Por qué deberíamos perder?

Las encuestas coinciden en que gana Sebastián Piñera.
A ver, a ver, a ver... usted debería hacer un mejor trabajo y mirar dónde estaba Joaquín Lavín en las encuestas a un año y medio de la elección: en la del Cerc, por ejemplo, él tenía el 55% y, finalmente, llegó tercero. Esto depende de cómo la Concertación se ordena y elige a su candidato.

¿Qué características debería tener ese candidato?
Las que defina la sociedad chilena... Lo importante es encarnar un proyecto de futuro. No se vota por lo que usted ya hizo, sino que por el futuro, lo otra a la gente se le olvida.

Soledad Alvear dijo eso y se interpretó como una crítica a su liderazgo y al de Eduardo Frei.
No. Cuando era ministro de Obras Públicas veía que apenas se le entregaba a un alcalde un nuevo camino, éste altiro pedía que se le construyera el resto. Es muy lógico y humano que la gente pida más. 

¿Usted siente que todavía le quedan cosas por hacer desde la presidencia?
No, no, no. Yo estoy constantemente pensando en Chile, pero me parece espléndido que otros también puedan encarnar esas ideas. Así que, por favor, no saque una deducción de otra.

¿No le dan ganas de encarnar usted mismo esas ideas?
Yo las representé en su momento con mucha honra y estoy muy agradecido de cómo se midió mi gestión. Por amor a Chile me he quedado en silencio ante los ataques que he recibido. Yo sé por qué lo hacen y no me quita el sueño. 

¿Por qué?
La gente lo sabe... yo terminé mi gobierno con el 70% de aprobación. Sin embargo, tengo claro que todas las obras humanas tienen errores, pero ponga en la balanza hechos como la decisión sobre Irak o el manejo económico. Las críticas son chimuchina cotidiana. No he visto que las encuestas muestren una visión crítica de mi gobierno, al contrario.

¿Y el Transantiago?
Por cierto que hay cosas que están al debe. El diseño del Transantiago era adecuado para lo que teníamos. Echarlo a caminar implicaba un conjunto de cosas y hasta hoy no tenemos el soporte tecnológico indispensable para saber dónde están los buses. Yo estoy muy consciente de los perjuicios que el Transantiago ha significado para los santiaguinos.

¿Qué siente al ver que en la última encuesta Cerc un 32%, el porcentaje más alto, culpa a su gobierno del fracaso del Transantiago?
Yo supongo que la mayoría de la gente coincide conmigo en que había que cambiar los buses amarillos. A veces es más fácil no tomar medidas por temor a lo que va a ocurrir. Yo prefiero tomarlas y equivocarme que seguir con los problemas que se van heredando. 

¿Siente que a veces se le culpa a usted por los problemas del actual gobierno?
Todo el mundo deja mochilas y pepitas de oro. 

¿Usted dejó más pepitas de oro que mochilas?
Eso tendrá que resolverlo el país. ¿Quién soy yo para andar diciendo, mire usted lo que dejé? No estoy para entrar en ese juego.

En términos personales, ¿le afectan las críticas?
Yo lo tomo como parte del juego político. Lo que no significa que la familia no piense que deba quedarme en la casa. Ser presidente es duro, hay que dejar de lado la vida familiar y las cosas gratas del día a día. Eso no significa que deje de preocuparme de Chile.

¿Ha descartado ser candidato presidencial?
Es de mal gusto hablar de una candidatura, porque ahora estamos dedicados a colaborar con la Presidenta. Ella no alcanzó a sentarse cuando ya se estaba hablando de quién sería el próximo. Esto es el resultado de tener gobiernos de sólo cuatro años. Por eso es que yo nunca estuve de acuerdo con el período presidencial de cuatro años sin reelección. Eso debería revisarse.

¿Cuándo hay que definirlo? Algunos dicen que usted tomará una decisión en marzo. 
No es un tema que hoy esté en mi mente, no estoy por tomar definiciones a estas alturas, ni pensando en qué se debe hacer en marzo. Yo sigo con mis compromisos internacionales, lo que no significa que no mire con interés lo que pasa en Chile. Con preocupación veo el desorden y la actitud de los díscolos, por eso creo que tenemos que dar una demostración de mayor ordenamiento. Hay que cuidar ese tremendo capital que es la Concertación.  

¿Estima que sería muy malo para el país que gobernara la Alianza?
No es malo ni bueno, depende de lo que quieran hacer. 

Pero usted conoce las ideas de Sebastián Piñera.
La verdad es que me gustaría que él las explicitara para poder darle una respuesta. Hasta ahora yo no sé qué es lo que ha propuesto. Dicen que lo van a hacer mejor. Me parece espléndido. Pero, ¿en qué consiste su programa?

¿Considera un punto débil que un candidato presidencial sea un empresario?
Que alguien sea rico o pobre no me parece ni malo ni bueno en sí mismo. Depende de sus ideas y que sus intereses estén debidamente transparentados.


CONSULTEN, OPINEN , ESCRIBAN LIBREMENTE
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en RSE de la ONU
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