| Redacción BBC Mundo |
 Bolivia exige que la Junta Internacional de Estupefacientes (JIFE) retire la hoja de coca de la lista de drogas peligrosas. |
Bolivia se mantiene desafiante y no está dispuesta a renunciar al uso de la hoja de coca, uno de sus principales cultivos.
Esta semana las autoridades de ese país viajaron a Viena, Austria, para pedir a la Junta Internacional de Estupefacientes (JIFE) que la retire de la lista de drogas peligrosas.
El último informe de este organismo de la ONU exigió a los gobiernos de Perú y Bolivia a que den los pasos necesarios para erradicar los usos que no estén contemplados en la Convención de 1961 sobre estupefacientes.
Y esto incluye usos tradicionales muy extendidos en las comunidades indígenas como la práctica de masticar la hoja y la fabricación de mate de coca.
Problema de usos
El informe indignó a las autoridades bolivianas, que decidieron convocar una jornada nacional de acullico o masticación de coca el pasado lunes coincidiendo con la llegada de la delegación boliviana a Viena.
 |  La Organización Mundial de la Salud tiene que verificar primero si hay razones para su exclusión y hasta que eso no suceda el Gobierno boliviano tiene que cumplir las disposiciones de la Convención  Margaret Ehrenfeldner, portavoz de la JIFE |
Pero, ¿por qué la hoja de coca está considerada por la JIFE como un narcótico? Margaret Ehrenfeldner, portavoz de este organismo, explicó a BBC Mundo que el problema está en sus "diversas posibilidades".
"Con la hoja de coca pasa lo mismo que con la tebaína, otra sustancia que ni siquiera se utiliza en medicina, pero que la Convención de 1961 incluyó en su lista porque puede utilizarse para fabricar morfina o codeína".
Es una especie de política preventiva que no hace excepciones con los usos ancestrales de la hoja de coca, aunque sí con los que tienen fines médicos, científicos o incluso industriales ya que este cultivo también se utiliza como saborizante en la transformación de diversos alimentos.
"Estos usos sí están permitidos pero el resto, no", aclara Ehrenfeldner.
"Contenido colonialista"
Al gobierno boliviano sólo le queda recurrir a la diplomacia. El procedimiento para solicitar la salida de un estupefaciente de la lista de la JIFE está escrito en la misma Convención de 1961, pero no basta con solicitarlo a su secretario general.
"La Organización Mundial de la Salud tiene que verificar primero si hay razones para su exclusión y hasta que eso no suceda el Gobierno boliviano tiene que cumplir las disposiciones de la Convención", concluye Ehrendelfner.
El gobierno de Evo Morales, dirigente cocalero antes de ser presidente del país andino, mantiene el pulso. En tono desafiante, su viceministro para este cultivo, Jerónimo Meneses, aseguraba que seguirán manteniendo "esta tradición y esta cultura" de la hoja de coca.
El ministro de Gobierno, Alfredo Rada, fue más allá y criticó "el alto contenido colonialista" del informe de la JIFE.
Saludos
Rodrigo González Fernández
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
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