Carlos Larraín: País de izquierda, ¿gobierno de derecha?"

"¿País de izquierda, ¿gobierno de derecha?" Afirmo por ende lo contrario que Eugenio Tironi: la sociedad chilena se sentirá mucho mejor y llegará más lejos con un gobierno de derecha que le es afín.     Señor Director: Don Eugenio Tironi en su columna recurre a uno de los argumentos "de escalera" que bate la izquierda para autojustificarse: el habitante de Chile es de izquierda y por lo tanto, un gobierno de derecha es nonato. Dogma revelado por la genética que reconforta a los instalados. Vamos por partes: 1. Se discute el salario "ético". Nadie sabe lo que es, pero apunta a la justicia. No es un tema nuevo: todos los años se discute el "mínimo" y todos los años se argumenta, desde ambos lados, lo mismo. ¿Qué ayuda más a los pobres: subir el piso o facilitar el empleo? Las dos posturas apelan a la justicia. La Iglesia Católica desde 1891 habla del salario justo como aspiración. Conclusión: el asunto no es de izquierda ni de derecha. 2. La calidad en la educación. Si la derecha habla de esto, se la acusa de elitismo darwiniano, pero si las víctimas de años de educación intervenida salen a la calle para protestar, el asunto pasó a ser gran tema de la izquierda. La educación de calidad no es prioridad de la izquierda que busca la masificación y combate siempre la carga cultural que puede transmitir la familia organizada que se esfuerza para conseguir la mejor educación. 3. Según el comentarista, para la derecha ahora el Estado reemplaza a la libertad y al crecimiento como camino a la equidad. ¡Era que no! Si el Estado se apropia de los excedentes del cobre, claro que deberá abrir la mano, ya que Codelco es de todos los chilenos, o así dice el folclore. Esta propuesta no sólo no es izquierdismo, sino conservantismo puro y duro: entre favorecer al Estado (peor todavía, al gobierno de turno) y a la comunidad compuesta de personas, familias, escuelas, universidades o la propia ciudad que las acoge y que llora por mejoras del espacio compartido, no hay cómo perderse. La derecha en Chile siempre apuesta por un Estado más chico. En realidad, la sociedad chilena está despertando con impulsos rotundamente nuestros: menos impuestos, un Estado más chico, trabajos creativos y dignos, responsabilidad de los representantes públicos y de quienes administran la prosperidad, y todo bendecido por la libertad, que es la que mejor anima a la cooperación social. Todas estas nociones vienen de la derecha. La mejor noticia: que en Francia, donde la izquierda secularizante ha hecho colosales esfuerzos por convertir al país en un hormiguero neurótico, gana las elecciones un pro-americano que propone revalorizar el trabajo, el ahorro, la identidad propia, el orden, en suma ¡la patrie! Afirmo por ende lo contrario que Eugenio Tironi: la sociedad chilena se sentirá mucho mejor y llegará más lejos con un gobierno de derecha que le es afín. CARLOS LARRAÍN P.

Posteado por El Mercurio a las Septiembre 7,

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Rodrigo González Fernández
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