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sábado, julio 28, 2007

Los efectos de la indefinición de Bachele EN ELMERCURIO.COM

¿CUANTOS MILLONES CUESTA EL CONFLICTO A LAS EMPRESAS?
 
ESTAS EMPRESAS SON SOCIALMENTE IRRESPONSABLES.
 
Los efectos de la indefinición de Bachele
 
BLANCA ARTHUR

Fue necesaria la intervención directa de la Iglesia Católica para impedir que el conflicto continuara escalando a niveles impensados. Luego de la sigilosa mediación que inició en las últimas horas, las partes entraron en una suerte de armisticio que tendría como plazo este fin de semana.

Con ello se detuvieron las manifestaciones de violencia impulsadas por los trabajadores subcontratistas, exacerbados por la decisión de Codelco de mantenerse firme con la última propuesta.

Pero nadie se atrevía a apostar por cuál sería el resultado de las gestiones eclesiales, considerando que ni la CTC, multisindical que lidera el dirigente comunista Cristián Cuevas, ni tampoco la cuprera encabezada por José Pablo Arellano, estaban dispuestos a ceder, menos por las consecuencias para los intereses de cada uno, del estigma de quedar como derrotados.

En ese escenario, las cartas quedaron jugadas al éxito de la intermediación que realiza la Iglesia, luego de que el Gobierno quedara definitivamente sobrepasado.

Mensajes equívocos

Y es que cuando esta semana la Presidenta Michelle Bachelet decidió tomar cartas en el asunto intentando dirimir la situación, era tarde.

Ella misma, como admiten los distintos actores que han participado en el desarrollo de los sucesos, se encargó de dar mensajes equívocos, alimentando de esa manera a que sus asesores más cercanos actuaran de acuerdo con sus disímiles posiciones.

Recién iniciado el paro hace un mes, con sus primeras manifestaciones de violencia, la Mandataria mostró su cercanía con el mundo laboral al instruir a sus ministros a fomentar el diálogo para resolver un problema que -como expresó públicamente- no se había resuelto bien de acuerdo con la visión de los trabajadores.

Con ese respaldo, sumado al que le entregaba parte importante del PS, comenzando por su presidente Camilo Escalona, el ministro del Trabajo, Osvaldo Andrade, incentivó la conformación de una mesa de negociaciones con la multisindical recientemente creada que lidera Cuevas, contrariando la posición sustentada por Codelco de dialogar con los sindicatos de cada división.

Complicado e incluso molesto por el precedente que podía sentar la gestión de Andrade para el resto de la gran minería e incluso de otras actividades, el titular de Hacienda, Andrés Velasco, de inmediato le hizo ver a la Presidenta que no correspondía que los ministros participen de las negociaciones ni que éstas se hagan en contra de las normativas vigentes, que no permiten que las grandes empresas negocien directamente con los empleados de las contratistas. Luego de reunirse con la Mandataria, se sintió tan apoyado como Andrade, al punto de declarar a la salida que las instrucciones presidenciales eran que el problema lo debía resolver Codelco con las empresas contratistas y sus trabajadores.

Las posiciones, a partir de entonces, se tornarían irreconciliables. Por una parte, nada haría echar pie atrás al ministro del Trabajo, en una causa que excedía el problema concreto de la cuprera estatal, como sostener la bandera de la defensa de la ley de subcontratación, pero además, aprovechar estos casos para modificar los criterios de la negociación colectiva. Pero tampoco a su par de Hacienda, quien secundado por la titular de minería, Karen Poniachik, se convierte en el más irrestricto defensor de la posición de José Pablo Arellano, al respaldar no sólo el hecho de que debe ser él quien conduzca las tratativas, sino además en la postura de mantenerse firme frente a las demandas de los trabajadores, una vez que la mesa de diálogo con la CTC impulsada por Andrade fue inevitable.

Dos almas en pugna

En medio de una sórdida guerrilla entre ambos sectores, poco se avanzaba. Infructuoso fue el mandato que le entregó Bachelet a su ministro del Interior, Belisario Velasco, para que intentara poner orden en las filas internas, porque la posición que éste sostuvo -que además hizo pública-, de que Codelco debía flexibilizar su postura, se topó con el decidido rechazo de Arellano, tal como el de Andrés Velasco.

Tironeada por las dos almas que conviven en la Concertación como en su propio interior -que en este conflicto se han expresado con especial fuerza-, la Presidenta no dirimía la situación, provocando que sus más cercanos colaboradores continuaran actuando de acuerdo con sus dispares criterios.

Hasta que, cuando el problema se tornaba amenazante por todos lados, decidió zanjar el problema. Fue en el comité político del domingo pasado cuando la Mandataria planteó su fórmula de salida a la crisis que, en lo sustantivo, respaldaba la postura sostenida por el ministro de Hacienda de entregar definitivamente la solución al vicepresidente ejecutivo de Codelco, quien precisamente en esas horas había manifestado su disposición a renunciar.

En esta oportunidad, Bachelet se distanció de la línea más proclive a las demandas sindicales impulsada por Andrade, a la que se había sumado Belisario Velasco, a lo menos en cuanto a que un problema de desigualdad social podía solucionarse con más recursos.

La instrucción presidencial apuntó no sólo a que debían descontarse los días de trabajo a los huelguistas y expulsar a aquellos que hubieran instigado actos de violencia, sino a que el bono que pedían los trabajadores para finalizar el paro debía fluctuar entre 450 y 500 mil pesos, monto que distaba de la demanda de los subcontratistas.

Con ello, Codelco hizo su propuesta final, aunque sobre la base del piso, es decir, $450 mil, consiguiendo que parte de los trabajadores la aceptaran, pero no aquellos de la CTC, quienes se resistieron a deponer las movilizaciones, reclamando que la postura de la empresa estatal se alejaba de las expectativas que les había generado la postura del Ministerio del Trabajo.

En ese cuadro, el llamado que la Presidenta hizo el jueves a la responsabilidad de los trabajadores era tardío.

Por eso se recurrió a la Iglesia Católica, que está empeñada en conciliar las posiciones que pongan fin a la huelga y sus secuelas de violencia.

Pero el pronóstico es incierto. Porque se topa con la irreductible posición de Hacienda y Codelco, de que no se debe ceder más por el mal precedente que ello establecería, frente a la firmeza de los subcontratistas que se sienten pasados a llevar. Ello, mientras Belisario Velasco reclama que no se le puede exigir la mantención del orden público en una situación que considera de carácter económico.
 
PERO TODO ESTE CONFLICTO SE HUBIERA OBVIADO SI lAS EMPRESAS HUBIESEN CAPACITADO. eSTAMOS ANTE EMPRESAS SOCIALMENTE IRRESPONSABLES Y DEBEN CAPACITAR A SUS FRABAJADORES EN FORMA EFICAZ EN MATERIA DE RESPONSABILIDADA SOCIALEMPRESARIAL Y EN SUBCONTRATACION PARA GENERAR EL CAMBIO CULTURAL AL INTERIOR DE LA ORGANIZACION
Saludos
Rodrigo González Fernández
Renato Sánchez 3586 of. 10
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