El electorado debe castigar la falta de debate
Gustavo Martinez Pandiani (Argentina)
| Macri toma esta decisión de bajarse del debate siguiendo una larga y lamentable tradición en la política argentina, que es creer que quien va ganando no debe aceptar debatir con sus oponentes. Esto tiene que ver con que los candidatos especulan con que el costo seguro de bajarse del debate es menor que el costo eventual de que se presten al debate y les vaya mal. Entonces sacan la cuenta. Esta tradición se justifica en la inexistencia de una tradición que haga sentir a los candidatos que la sanción moral o social de no debatir es superior a la de debatir y que les vaya mal. La llave para modificar la tiene la sociedad, porque sólo el electorado puede sancionar a aquellos que no quieren debatir. En los Estados Unidos no se bajan aunque vayan ganando porque la sanción moral sería tremenda. En nuestro país desde 1983, con la democracia recuperada, a esta parte no hubo un solo debate televisivo a nivel presidencial. Quizá Macri creyó que imponiéndole la participación de los vices en el debate a Filmus, éste se iba a negar a esa condición y de esa manera poder evitar el debate. Pero el candidato de Frente para la Victoria aceptó esa condición, y puso a Macri en una situación muy complicada, ya que no tenía el pretexto que el líder del PRO suponía. De todas maneras, el costo que Macri va a pagar por no debatir va a quedar amortizado por una suerte de victimización en la cual entró el candidato por mérito de las agresiones que recibió durante la campaña. Macri, acompañado de la figura de Gabriela Michetti, se ha vuelto políticamente victimizable, ya que en el 2005 fue igualmente atacado desde el gobierno, pero en ese momento no era victimizable por su pertenencia social familiar y empresarial. Pero el ingrediente Michetti ha hecho más creíble a nivel colectivo su condición de víctima. Lo que pasa en la Ciudad y en la Argentina, es decir, la falta de debate, es un fenómeno bastante constante en toda América latina, ya que en esta parte del mundo el que va ganando siente muchas veces que no debe arriesgar lo que tiene. En los países más desarrollados existe una obligación social de debatir y la sanción en términos de opinión pública es altísima. más informacion: pincha aquí http://www.e-lecciones.net/opinion/opinion.php?numero=443&leer=S |
Rodrigo González Fernández
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