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viernes, noviembre 17, 2006

La política puede fallar, pero no los valores de los hombres

La política puede fallar, pero no los valores de los hombres
Inculcar valores republicanos

Estimado lector / a:

"Por un clavo se pierde una herradura, por una herradura un caballo; por un caballo un jinete; por un jinete un reino".
Proverbio español

Inculcar valores republicanos y sus consecuentes ventajas, en cuanto a la salud de la Nación se refiere, es quizás una de las tareas que más hay que ahondar cuando se trata de lograr un futuro venturoso.
Claro que los discursos, artículos periodísticos, libros y toda forma de difusión oral o escrita de tales valores resulta, cuando menos, extenuante, si los logros no son palpables. Surge entonces, como muy valioso, el ejemplo de lo acaecido en la Provincia de Misiones. Aún alejados de la intención de demostrar la fragilidad de las encuestas en cuanto a su confiabilidad, queda para resaltar el hecho de que los ciudadanos se abstuvieron de toda clase de presión y manifestaron su voluntad bajo la égida del más sabio instrumento de la democracia: la Constitución.

Es auspicioso, también, que esta voluntad se haya centrado en la defensa de dicho instrumento. Cuando todo parecía apuntar a un rumbo de poder hegemónico, el pueblo se expidió en contrario. Amén de las interpretaciones de tinte partidario que cada ciudadano está en absoluta libertad de hacer, existe una lectura que las supera y se refiere a la institucionalidad. El equilibrio es solo posible en igualdad.

Alguien dijo una vez que las fórmulas sencillas son las más efectivas. Estamos frente a una.

La política puede fallar, pero no los valores de los hombres. La perpetuación en el poder implica un grave riesgo para la libertad y como tal debiera ser entendida.

Es por eso que la Constitución pone en especial relieve los mecanismos de recambio. Las sanas consecuencias de la fuerza misionera ya están apareciendo. La señal ha sido clara y muchas provincias se curan en salud, razón por la que han desistido otros gobernantes de las iniciativas re-eleccionarias. Una pequeña bisagra para la historia de la Argentina, puesta por una sola provincia, ha marcado un nuevo punto de inflexión en el crecimiento cívico.

Ha sido auspicioso saber que se puede; tan auspicioso como la reacción de aquellos que, al menos esta vez, han aprendido que en orden de importancia, la República les precede. Al menos esta vez, la herradura está segura.

Dr. Sergio H. Nunes

 

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