Hace tiempo un lector de Biocarburante.com decía que por qué no usamos todos aceite vegetal como biocombustible y nos dejamos de biodiésel, indicando que el aceite vegetal es más barato y contamina menos.
He recibido información sobre el aceite vegetal de una empresa que va a comenzar en España la adaptación de motores diésel y el suministro de aceite vegetal para combustible, orientado a grandes flotas del sector de transporte o a vehículos industriales y agrícolas, con lo que aprovecho para hablar del aceite vegetal.
Aceites vegetales hay muchos, pero el más utilizado como biocombustible es el aceite de colza. Debemos diferenciar entre el aceite vegetal sin refinar y el aceite vegetal refinado. El aceite sin refinar requerirá unos motores especiales para poder utilizarlo como combustible mientras que el aceite vegetal refinado tan sólo requiere unas ligeras modificaciones.
¿Qué ventajas tiene el uso de aceite vegetal en el motor del coche? Por un lado está el precio del aceite, alrededor de 0,80 euros el litro. Un buen precio, teniendo en cuenta que está libre de impuestos. Con los impuestos de los combustibles derivados del petróleo el precio sería superior a la gasolina sin plomo, pero mientras se mantenga así, bien está.
En cuanto a la protección medioambiental la combustión de aceite vegetal reduce las emisiones de CO2 y de azufre aunque aumenta un poco las de compuestos de nitrógeno. El balance es positivo para el medio ambiente.
Para poder utilizar aceite vegetal como biocombustible es necesaria una adaptación de los motores que por su coste, se rentabiliza tras 30.000km echando cuentas me salen 80.000 km recorridos en un turismo, que se reduce a 3 meses para un camión de transporte que recorre 120.000 kmm al año. Para un camión o vehículo de maquinaria la adaptación está entre los 3.000 y 4.000 euros, y para un turismo alrededor de 1.500 euros. Debemos tener en cuenta que los vehículos adaptados deben ser homologados por el Ministerio de Industria. Las adaptaciones, que son posibles en la mayoría de los casos, consisten generalmente en un sistema de doble depósito:
Sistema de 2 depósitos: Este sistema nos permite modificar cualquier tipología de motor diesel. Necesita un pequeño depósito adicional con gasoil mineral.y unos elementos de calefacción del combustible en todo su recorrido, desde el depósito hasta el pistón. Su ciclo de funcionamiento es: arranque con gasoil; al llegar el aceite a una temperatura de 70ºC, automáticamente empieza a funcionar con SVO [aceite vegetal]. Antes de parar el motor abriremos el paso al gasoil para asegurar el limpiado del circuito e inyectores.
Sistema de 1 depósito: Devido a la complejidad de esta modificación, este sistema sólo lo aplicamos en motores de gran consumo de última generación. La modificación es exhaustiva e implica conductos, filtros, inyectores y modificación de la programación de la inyección.
Con la adaptación de doble depósito podremos seguir utilizando el gasoil convencional. La cuestión del repostaje será un problema para un consumidor individual, ya que no existen surtidores de aceite vegetal. La empresa que ahora se quiere introducir en el mercado en España facilitará el suministro a flotas de vehículos que tienen sus propios surtidores de abastecimiento.
Mi conlusión es que es una alternativa de ahorro económico y medioambiental muy atractivo para camiones y vehículos agrícolas, pero muy complicado en la práctica para coches del ciudadano convencional. Ahora bien, recordemos que en Alemania han empezado a ponerle impuestos al biocombustible, con lo que el diferencial de precios con el diésel convencional se reduce.
Gracias a Ecoengin.es por la información suministrada.
(Imagen de Spaincenter.org).
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Rodrigo González Fernández
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
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