Por Andrés Allamand y Andrés Chadwick
Nos encontramos con que hay en Europa una convicción generalizada de que la economía de mercado deberá funcionar hacia adelante en forma distinta. "Todo va a cambiar", decía Sarkozy. Pero nadie está pensando -como repite Frei con monótona majadería- que la solución sea "más Estado, más Estado y más Estado".
La gira europea de Sebastián Piñera se inscribió en el principio general de la campaña: trabajar para ganar y prepararse para gobernar.
Sus objetivos específicos eran tres: 1.- Transmitir el significado de la campaña de Sebastián Piñera.
2.- Tratar la crisis mundial y prepararse para la post crisis.
3.- Entablar relaciones personales con líderes europeos que están (o estarán) al frente de gobiernos clave para Chile en los próximos cuatro años (fue imposible incluir Alemania por problemas de agenda).
Tales objetivos se cumplieron plenamente.
Necesidad de cambio en Chile El planteamiento central que transmitió Piñera a los líderes europeos fue que después de 20 años de Concertación la democracia chilena requiere un cambio de rumbo, liderazgo, y equipos gobernantes; la Concertación muestra evidentes signos de fatiga, fragmentación e inclinación hacia la izquierda. En España, por ejemplo, resulta incomprensible que la Concertación, y especialmente la DC, pacte electoralmente con el Partido Comunista.
Asimismo se señalaron los atributos de Sebastián Piñera (sólida formación académica, experiencia política como senador y presidente de partido y exitoso empresario). También se enfatizó su liderazgo al frente de una coalición amplia (sorpresa en los interlocutores generaba el apoyo de Fernando Flores, ex ministro de Allende), capaz de hacer que Chile retome su crecimiento acelerado, de combinar una red social con una red de oportunidades y ser el primer país de América Latina en derrotar la pobreza y el subdesarrollo. Se mostró que la "Coalición por el Cambio" está en sintonía natural" con los principales partidos populares (centroderecha) y con el mundo que viene.
La nueva economía Nos encontramos con que hay en Europa una convicción generalizada de que la economía de mercado deberá funcionar hacia adelante en forma distinta. "Todo va a cambiar", decía Sarkozy. Pero nadie está pensando -como repite con monótona majadería Frei- que la solución sea "más Estado, más Estado y más Estado". El cambio apunta a redefinir el rol y aumentar la eficacia del Estado.
Todos los países aspiran a mejores regulaciones, menor concentración de la riqueza, más competencia y transparencia en los mercados y mayor sustentabilidad ambiental, pero también se esfuerzan por promover más emprendimiento, oportunidades e innovación. La coincidencia en las conversaciones es que la energía para superar la crisis debe provenir de una inyección de espíritu emprendedor e innovador que anime a la sociedad y a las empresas de todos los tamaños a ponerse en movimiento para retomar el crecimiento y generar empleo.
Sarkozy y Cameron han asumido con fuerza el mensaje ambiental. En palabras del primero, se viene una "revolución ambiental. La gente ha comprendido la conexión directa que existe entre medio ambiente y salud. Y sabe desde siempre que la salud es lo más importante". Cameron no se queda atrás: Uno de sus lemas ha sido "vote blue, go green", un juego de palabras, ya que el azul era el color clásico del Partido Conservador. No sólo eso: ha cambiado la tradicional antorcha conservadora por un árbol como símbolo del partido.
La gestión del Estado Los 27 países de la UE -con mayor urgencia los más atrasados y sin dilaciones los más avanzados- saben que deben impulsar reformas en el diseño e implementación de la políticas públicas. Simplemente no hay espacio para el despilfarro o la ineficiencia. Otra vez Sarkozy lo tiene claro: "En política importan los resultados, no los discursos. Gobernar es empujar el carro con visión y determinación. Cuando se gobierna, siempre hay quienes consideran que lo más razonable es no tomar riesgos. Yo discrepo frontalmente de ese punto de vista. El liderazgo actual exige poner en movimiento todos los engranajes de la sociedad e impulsar el máximo de reformas. No hay tiempo que perder".
La coincidencia es completa: Sebastián Piñera plantea que la actual crisis exige excelencia y eficacia tanto en el mundo privado como en el público. En este último hay que reemplazar el partidismo exacerbado a la hora de las nominaciones por un gobierno amplio, de unidad y de mérito. ¡Sarkozy tiene 6 ministros socialistas!
¿Dos Américas Latinas? Aunque sería exagerado afirmar que América Latina ocupa un lugar prioritario en la agenda de los países europeos -quizás con la excepción de España-, no es menos cierto que se le observa con especial atención. El "estado de situación de la región" surgió, a modo de pregunta, en todas las conversaciones.
El argumento de Sebastián Piñera en orden a que se están perfilando "dos Américas Latinas" caló hondo: Una es la orientación del eje Venezuela-Cuba, el modelo "bolivariano" en que se inscriben con distintas aproximaciones, entre otros, países como Nicaragua y Bolivia. Tales naciones avanzan, en lo económico, de la mano del populismo e intervencionismo estatal, y en lo político, con autoritarismos larvados bajo apariencias democráticas.
La otra orientación de América Latina es la de México, Brasil, Chile y otros países. Todos ellos tienen un compromiso firme con la economía libre y democracias de instituciones sólidas que no permiten desvíos autoritarios ni amenazas a los derechos civiles. La última elección argentina mostró la esperanza -encarnada por Mauricio Macri- de que Argentina pueda jugar un rol destacado en este segundo grupo.
Sebastián Piñera, manteniendo el principio de no intervención tradicional de la política exterior chilena y de amistad con todos los países, planteó claramente que su propósito es impulsar con fuerza la segunda orientación, ya que Chile, aun siendo un país abierto al mundo, no debe olvidar que su futuro está ligado al de la región a la que pertenece y debe privilegiar la relación con los países vecinos.
Fin de un par de mitos Uno de los resultados de la gira europea fue el fin de dos mitos alentados por la Concertación.
El primero es que a la Coalición por el Cambio le "cuesta tener amigos en el exterior". Tal afirmación resultó desmentida: Pocos dirigentes políticos en el mundo pueden ser recibidos en apenas tres días por el Presidente Sarkozy, por el ex Presidente Aznar, por el líder del Partido Popular español, Mariano Rajoy; por quien se vislumbra como el más probable Primer Ministro del Reino Unido, David Cameron, y por el actual Presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, quien a contar de enero del próximo año encabezará la Unión Europea.
El segundo es que de la actual crisis económica mundial iba a resultar un revés político e ideológico para la centroderecha. Tal premisa parte de una falacia, cual es suponer que el origen del descalabro sólo fue norteamericano (y por ende de responsabilidad del Partido Republicano). Sin embargo, la "trazabilidad" de la crisis lleva también a Europa y a países como España y el Reino Unido, que bajo gobiernos de orientación socialista no sólo tampoco la previnieron, sino que la han manejado en medio de grandes dificultades.
Los resultados electorales antes mencionados demuestran exactamente lo contrario: Es falso que Europa esté girando a la izquierda.
Tags: Allamand, Chadwick, Europa, gira
Domingo, Julio 5, 2009 Puedes seguir la respuestas a través de este RSS 2.0 feed. Puedes dejar una respuesta, o puedes hacer trackback desde tu propio sitio.
