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lunes, marzo 07, 2016

VEAN COMO SE EQUIVOCA UN DOCENTE DE LA UC ENEL NEGOCIO DE LAS CEREZAS

Se equivoca el autorJuan Pablo Subercaseaux: lo que hay es la #Colusión en el mercado de fruta de exportación y las exportadoras no retornan el verdadero precio al productor


El negocio de las cerezas en un contexto de precios más bajos

"La estabilidad de los precios llevará a que muchas zonas de plantación dejen de ser rentables para los productores, generando que se deban arrancar cientos de hectáreas en distintas zonas de Chile".

Juan Pablo Subercaseaux

Juan Pablo Subercaseaux es
docente de la PUC. Crédito. UC


Gracias a los altos valores con los que se transan en los mercados internacionales, las cerezas se han convertido en sinónimo de éxito y altas rentabilidades. Sin embargo, lo que muchos no entienden o no quieren ver es que estos precios son temporales e insostenibles. En una economía de mercado perfecta, las rentabilidades anormales se corrigen con el tiempo, cuando entran más actores a producir. En el caso de las cerezas, existe una burbuja que tarde o temprano se romperá, lo que afectará fuertemente el negocio y su rentabilidad.

Y es que tal como ha ocurrido con todos los negocios agrícolas,  donde existen muchos productores muy atomizados —lo que impide cualquier intento de colusión—,  llegará un momento en que el mercado encontrará un equilibrio que, inevitablemente, hará bajar los precios. Cuando eso pase nos encontraremos con un negocio distinto al actual, pero que seguramente seguirá siendo bueno para aquellos productores que hagan las cosas bien. Por lo mismo, suponer que el precio en el mediano plazo se establecerá en los US$ 2/kg no parece en ningún caso descabellado.

El factor China

Para entender lo que ocurre con las cerezas, se debe tener claro que parte fundamental del boom que ha experimentado esta especie en los últimos años ha estado dado por el activo papel que ha jugado China, país que recibe cerca del 80% de nuestra producción y que paga altos precios especialmente en las vísperas del año nuevo chino.

Pero todo tiene un límite, por lo que la situación actual perfectamente podría variar en el corto plazo, perjudicando los intereses de nuestros productores. No debemos olvidar que el próximo año entrarán en producción cientos de nuevas hectáreas en el país, con lo que el volumen total aumentará de manera importante, siempre y cuando no se repitan las malas condiciones climáticas. Por lo mismo, habría que preguntarse: ¿Será capaz China de absorber toda esa fruta? 

Tampoco se puede olvidar la fragilidad que exhibe a menudo la capacidad de la infraestructura de puertos del gigante asiático. De hecho, nuestra fruta se descarga en pocos puertos, lo que representa un gran riesgo, pues basta que en una temporada determinada aumente la cantidad de barcos en uno de los puertos, para que colapse el sistema y no se pueda desembarcar la fruta a tiempo.

Si bien China posee varios puertos y canales, los cuales pueden ser transitados sin problemas por los barcos de carga, es importante tener en cuenta que los principales puntos de desembarque ya están siendo utilizados por Chile, por lo que las opciones que aún no han sido exploradas por los exportadores nacionales y que aparecen como realmente interesantes para el futuro del negocio son bastante restringidas.

"Con todo el respeto que me merecen, les diría a aquellas personas que quieren plantar por primera vez cerezos que no lo hagan, pues llegaron tarde a la fiesta".

Lamentablemente tampoco se ven en el horizonte potenciales mercados de importancia que puedan complementar el papel que juega China en la actualidad. India, por ejemplo, es un mercado sumamente atractivo pero que carece de infraestructura de frío, vial y en general de todo tipo. A esto se agrega que los indios dispuestos a pagar altos precios por las cerezas son pocos y que en ese país, a diferencia de China, no existe la cultura de consumo de esta fruta. De todas maneras, creo que en el futuro este sí puede ser un mercado interesante, siempre y cuando se desarrollen las condiciones generales.

Por su parte, la reciente apertura de Corea es una muy buena noticia para las cerezas chilenas, pues se trata de un mercado de 50 millones de personas, con un ingreso per cápita de US$ 33 mil. Esto nos hace pensar que en el mediano plazo podría transformarse en una interesante alternativa para desahogar los envíos a China. Sin embargo, esta situación debe ser valorada en su justa medida. Así, no se debe olvidar que el tamaño de este mercado es tremendamente inferior si se compara con China e India, que tienen 1.400 y 1.300 millones de personas, respectivamente.

Una nueva realidad

Pero eso no es todo. La estabilidad de los precios llevará a que muchas zonas de plantación dejen de ser rentables para los productores, generando que se deban arrancar cientos de hectáreas en distintas zonas de Chile. Es más, me atrevería a decir que ocurrirá algo similar a lo que pasó con el kiwi en pleno boom, cuando se realizaron cuantiosas plantaciones en zonas como Quillota, las cuales estaban lejos de ser propicias para el correcto desarrollo de este frutal. De hecho, gran parte de ellas fueron arrancadas al poco tiempo, debido a la caída de los precios, a que se producía fruta de mala calidad producto del alto estrés hídrico al que eran sometidas las plantas y a que existían especies que podían alcanzar mejores  rentabilidades en la zona como las paltas y los cítricos, entre otras.

Así, estoy convencido de que una vez que esta situación se normalice, las plantaciones volverán a concentrarse entre las regiones de O´Higgins y la del Maule, tal como ha ocurrido históricamente.

"Siempre que el hombre ha desafiado las zonas naturales del cultivo para instalar un proyecto, logra rentabilizarlos cuando hay altos precios. Sin embargo, cuando estos se sinceran y, por ende, bajan, los primeros en desaparecer son estos mismos".

En vista del panorama actual, aparece como atemporal que nuevos productores de cerezas estén pensando en entrar al negocio o que productores actuales deseen aumentar su superficie. Todo lo contrario, deberían estar seleccionando las variedades y cuarteles que eliminarán y buscando nuevas especies para complementar sus negocios. Es más, con todo el respeto que me merecen, les diría a aquellas personas que quieren plantar por primera vez cerezos que no lo hagan, pues llegaron tarde a la fiesta. Si lo hacen verán la cara más dura de este negocio, la cual —lamentablemente— ha sido conocida en el pasado por muchos fruticultores. Sólo apoyaría la decisión de entrar al negocio si se tratara de productores ubicados en lugares con muchas ventajas competitivas, es decir, donde exista ausencia de heladas y lluvias en cosecha, generación adecuada de horas frío y disponibilidad de mano de obra, entre otras cosas.

Si aún así les interesa concretar un proyecto de estas características, resulta fundamental que eviten zonas donde existan problemas serios para el cerezo. Y es que siempre que el hombre ha desafiado las zonas naturales del cultivo para instalar un proyecto, logra rentabilizarlos cuando hay altos precios. Sin embargo, cuando estos se sinceran y, por ende, bajan, los primeros en desaparecer son estos mismos. La razón es muy simple: si hay alta frecuencia de fenómenos como heladas y lluvias, el productor de cerezas tendrá que utilizar cuantiosos recursos para enfrentarlos, lo que en un modelo de precios cercanos a los US$ 2, significará que el negocio no será rentable.

Caso aparte es lo que ocurre con aquellos productores que llevan años en el negocio, que conocen al dedillo cuáles son sus fortalezas y debilidades, y que por estos días están realizando replantaciones con variedades que sí les han funcionado.

Proyectando el futuro

Lamentablemente como en Chile manejamos los frutales como si se trataran de cultivos anuales, mientras los retornos sigan siendo buenos, tal como ha ocurrido con las cerezas esta temporada, la fiebre por las plantaciones seguirá. Así, mientras no haya un ajuste de precios va a seguir entrando gente al negocio.

Muchos me podrán decir: "pero Juan Pablo, ¿cómo estás tan seguro de todo esto?". La respuesta es muy simple: en Chile, en general, el productor se mueve a partir de lo que ve en un año determinado. Es decir, si las manzanas andan bien esta temporada, seguramente la superficie crecerá de manera importante durante la próxima. Al contrario, si hay malos resultados este año en los retornos de exportación, nos encontraremos con que el próximo los viveros venderán muchas menos plantas de manzanos. El tema de fondo es: ¿por qué toman la determinación de un negocio de 20 años en base a la información de un año específico? Es más, a menudo se toma la determinación de qué plantar hoy con la información de una temporada, lo que parece como un contrasentido si tomamos en cuenta que ese huerto recién comenzará a producir en cuatro años más.

Por todo esto, hoy me atrevo a aconsejar a aquellos que quieran a apostar por las cerezas que esperen hasta cuando el precio se estabilice y se sincere, bajando de los US$ 3/kg. Es en ese momento, con muchos productores desalentados por los retornos, que se podrá acceder a plantas de muy buena calidad y a muy buen precio. Se los doy firmado.

http://www.elmercurio.com/Campo/Especiales/cerezas2015/02_Producirconpreciosbajos.aspx

Fuente:

Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU
Diplomado en Gerencia en Administracion Publica ONU
Diplomado en Coaching Ejecutivo ONU( 
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