Cerca de las 10 de la noche, en el Congreso de Valparaíso, en plena hora de los noticieros de televisión, se firmaba, sorpresivamente, el protocolo de acuerdo que permitiría la aprobación de la Reforma Tributaria en el Senado.
Esta vez no hubo brazos alzados, pero sí en la foto oficial parlamentarios de todas las bancadas expresaban su satisfacción por un acuerdo que, para algunos, reflejaba fielmente el espíritu democrático que solventó la gobernabilidad de la Concertación.
¿Qué pasó entonces con el espíritu renovado que prometía la Nueva Mayoría y que hablaba de romper con la antigua política de los acuerdos?, lo concreto es que la foto cayó mal y aún sigue generando discrepancias en aquellos actores del pacto oficialista que no pertenecieron a la Concertación.
Fue pública la molestia del Partido Comunista, expresada por su presidente Guillermo Teillier, respecto de la pertinencia que se repita este tipo de acciones en otros proyectos como la reforma Educacional o que se les deje de lado para este tipo de decisiones.
Si bien el Gobierno logró apaciguar la molestia de estos sectores, las dudas que se sembraron fueron muchas y vinieron a ensombrecer la labor del Ejecutivo a meses de su instalación.
¿Qué llevó entonces al ministro de Hacienda a impulsar este acuerdo?, para algunos integrantes de la Nueva Mayoría "hay personeros dentro del Gobierno que parecen más interesados en negociar en los grandes salones de la burguesía, que con sus parlamentarios", dando a entender que el nivel de influencia de los grupos económicos poderosos se mantiene.
De hecho, en las últimas semanas, los gremios empresariales comenzaron una ofensiva comunicacional y a nivel de lobby para atenuar los efectos de la Reforma Tributaria, expresando públicamente su opinión contraria a la iniciativa.
Pero, ¿cuál es el nivel real de influencia que poseen actualmente las grandes empresas en nuestro país?, para la investigadora de la Fundación Ciudadano Inteligente, María Jaraquemada, "es difícil dimensionar cuál es la influencia real que tiene el empresariado en la toma de decisiones políticas, por eso es tan importante que la ley de lobby, que ya se aprobó, entre en vigencia", asegura.
Influir o no influir
¿Intervenir o no intervenir en las políticas públicas? ese parece ser el dilema del empresariado y que incluso ha generado divisiones al interior del mismo.
Hace algunos días se publicó una entrevista al empresario, Alfonso Swett, explicando su alejamiento de la vicepresidencia de Sofofa y de sus diferencias con la presidencia de Hermann Von Muhlenbrock.
"Hermann creía más en los puentes y en el lobby, yo en los conceptos y las ideas" fueron las palabras de Swett para explicar su salida de uno de los gremios más tradicionales del país. Para Swett, "en el sector no se han dado cuenta que la clase política ya no escucha tanto a los empresarios", por lo que perder tiempo en estrechar estos vínculos no hacía bien a la imagen de la entidad.
Pero para María Jaraquemada, esta apreciación no necesariamente puede ser cierta "ellos pueden decir eso por medios públicos, pero no sabemos la verdad de si las autoridades se están reuniendo con ellos u otros empresarios", cree la investigadora.
Lo cierto es que por lo menos el aporte que realizan los empresarios a la clase política es relevante, investigaciones han determinado que el monto donado a la última campaña electoral por el sector privado bordeó los 19 mil millones de pesos.
Por ejemplo, se estima en 2,5 millones de dólares el aporte de Enersis a la campaña, mientras que las familias Luksic, Angelini, Matte, Solari y Saieh también aportaron importantes cantidades de dinero, aunque sin poder conocer sus destinatarios debido al resquicio legal que permite hacer donaciones con carácter reservado.
Para los pequeños y medianos empresarios esta "relación" entre los grandes conglomerados y el Gobierno no se ha terminado, sino que todo lo contrario como afirma el presidente de la Asociación de Exportadores Manufactureros, Asexma, miembro de Sofofa, Roberto Fantuzzi.
"Si es cosa de ver quién se sube al avión del presidente, porque generalmente van las grandes empresas. En el último viaje a Estados Unidos, la presidenta acordó un beneficio para las pequeñas y medianas empresas y los representantes eran Luksic y otros que de pequeña empresa tienen bien poco, esto lo digo como crítica constructiva, pero decir que han perdido protagonismo yo creo que es un error garrafal", sostiene el empresario.
En la entrevista, Alfonso Swett acusó además falta de liderazgo luego de la salida de Andrés Concha, situación que Fantuzzi desestimó, "es como el reinado del papado, cada Papa aparece en su momento histórico y tienen perfiles distintos, Andrés era un negociador, conversaba, hay otros que usan más los medios de comunicación, depende de cada actor gremial la forma en la que actúa", finalizó.
En concreto, La Sofofa y en particular Hermann Von Muhlenbrock continúa con los acercamientos hacia el Gobierno, el último de ellos, la "reunión protocolar" para tratar los llamados "impuestos verdes" tema que está siendo revisado por la mesa técnica encargada de redactar las indicaciones producto del acuerdo alcanzado en el Senado.
Acuerdo que además ahora tiene enfrentados a los diputados de la Nueva Mayoría con Hacienda, así lo dio a entender el diputado de la Izquierda Ciudadana, Sergio Aguiló, quien afirmó que "el subsecretario Micco es un mentiroso" esto luego que la autoridad afirmara que informó al parlamentario del protocolo.
"Hace cuatro sesiones que no asistimos a la Comisión de Hacienda del Senado" aseguró Aguiló, lo que hace prever que la negociación por sacar adelante la Reforma en la Cámara baja, pueda estar incluso más entrampada que lo vivido en el Senado.
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