Por qué apoyar el tipo de cambio
Luis Mayol
Presidente Sociedad Nacional de Agricultura
Hace 30 años Chile dio un giro fundamental. Abrió su economía al mundo y convirtió a las exportaciones en uno de los pilares de su desarrollo. La agricultura no sólo aprovechó esta oportunidad sino que lo hizo con creces: llevó al país a los primeros lugares del mundo en envíos de uva de mesa y ciruela, segundos en paltos y arándanos, terceros en vinos y cerezas. Las exportaciones agrícolas ya alcanzan los 12 mil millones de dólares con casi la mitad de las exportaciones no cobre. Si volviéramos a crecer al 10% como hace un tiempo, podríamos convertirnos en potencia agroalimentaria y forestal en sólo siete años.
Sin embargo, hoy corremos el riesgo de que todos estos logros sean sólo un buen recuerdo. El sector está enfrentando una de las peores crisis de competitividad de su historia, por la fuerte y sostenida apreciación del peso producto del alto precio del cobre. El dólar nominal está 27,5% más bajo si se comparan sólo los primeros semestres de 2004 y 2010, en circunstancias de que el valor de la unidad de fomento y el costo de la mano de obra están 23,6% y 41,1% más altos. Con este dólar estaremos perdiendo en menos de cuatro años un 15% de las plantaciones de uva de mesa, el 20% de las viñas y el 10% de los huertos de manzana. En cultivos, sólo esta temporada se dejarán de sembrar 30 mil hectáreas de granos y 10 mil hectáreas de semilleros. El panorama es claro. Nuestro sector no resiste más. Si no se toman las medidas para revertir esta situación, no sólo enfrentamos el peligro de retroceder y convertirnos en un monoexportador de cobre, sino también de dar un golpe devastador a las zonas agrícolas de nuestro país y al bienestar de seis millones de chilenos.
El agro es una actividad de pymes. De los 300 mil agricultores del país, más del 93% cuenta con explotaciones menores a 12 hectáreas de riego básico y con ventas bajo las 2.400 UF. Pero sobre todo, es un generador de empleos. Hoy la agricultura genera dos millones de puestos de trabajo directos e indirectos. Es también el corazón productivo de la zona centro sur, donde sólo en O'Higgins y El Maule representa cerca del 50% del PIB regional. Y cuenta con un enorme potencial para crecer si lo permiten las condiciones macroeconómicas.
Como Sociedad Nacional de Agricultura hemos desplegado todos nuestros esfuerzos para sensibilizar al país de esta compleja situación. En lo inmediato requerimos que las autoridades hagan todo lo que esté en sus manos para defender el tipo de cambio. En esa línea, valoramos el esfuerzo por reducir el gasto. Sin embargo, eso no es suficiente. El sector requiere una inyección a la vena de competitividad: mayor flexibilidad laboral, incentivos mayores a la inversión, programas amplios de apoyo a la reconversión mediante financiamiento de largo plazo, eficientes programas de transferencia tecnológica para cerrar las brechas de productividad, incorporar definitivamente a los pequeños productores a la agricultura competitiva, una fuerte inversión en imagen país y apertura de nuevos mercados en el exterior.
Sin estos cambios, el agro corre el peligro de ir desapareciendo; el país verá cómo se desvanece uno de sus pilares sociales y económicos (con todos los costos humanos que esto conlleva) y ante los ojos del mundo seremos el ejemplo de una estrategia de desarrollo exitosa que por los vaivenes externos e internos, va quedando atrás. Es momento de actuar.
Fuente:emol
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Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU
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